Marcia y Esteban se conocieron durante la época de la universidad, aunque ambos estudiaban en lados opuestos del edificio eso no impidió que sus vidas se cruzarán, poco después decidieron casarse en contra de sus familias, duraron bastante casados...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Durante las primeras dos paradas se encararon de que los niños comieran, fueran al baño y luego ellos hicieron la misma cosa, aunque con menos tiempo por supuesto, lo bueno fue que el tiempo en la carretera fue agradable, viajaron escuchando música, charlando un poco y claro comiendo porque Marcia empaco cada cosa deliciosa.
– Pensé que sólo serían sándwiches, barritas de cereal, algo de fruta y galletas
– ¿Cómo crees bobo? Si vamos a pasar encerrados en un coche, mínimo que la comida sea buena, aunque si quieres fruta también traje
– ¿A que hora preparaste esto?
– En la madrugada
– Marcia ¿Dormiste aunque sea un poco?
– Tres horas más o menos y no hagas esa cara... Emi no quería dormirse así que bajamos, el veía sus dibujos en la sala y yo pues hice los bocadillos, aunque él si se durmió por más tiempo
– Hasta preparaste barritas de cereal caseras, se la vi a los niños
– Hugo me las pidió y si prepare sándwiches
– Ujum de queso crema con pedacitos de jamón
– Y cebollita verde — ríe — Mira no es algo complicado de hacer, cortas todo bien chiquito, lo mezclas con el queso crema y listo
– El pan lo hiciste de cero ¿Verdad?
– Está vez no pero viene de la pastelería, así que en teoría si pero no
– Con haber puesto galletas oreo teníamos
– Me gustan pero no como desayuno Esteban ¿Además de que te quejas? Bien que estas comiendo todo lo que empaque
– Sólo digo que hubieras aprovechado el tiempo para dormir
– Lo haré esta noche, si Emi no invade mi cuarto — asiente — Sabes, menos mal te dije que hiciéramos reservacion, van más padres de lo que pensé, no tendríamos cuarto al llegar
– Lo que me preocupa es que si no hicieron reservacion, tengan que buscar una posada — ríe — Porque dudo que quieran dormir al intemperie
– Ah claro que no, te apuesto lo que quieras que no saben lo que es acampar — toma un sándwich
– ¿Te los imaginas tratando de dormir en una hamaca?
– Ay no, mejor que vayan directamente al piso
– En casa sigue estando la hamaca que me hiciste poner cuando te embarazaste de Hugo
– ¿Todavía la tienes? — frunce el ceño — No la vi en la parrillada
– Ese día la había mandado a lavar pero los ganchos están ahí
– Hay tantos lindos recuerdos en ese rincón, a ti también te gustaba la hamaca
