Capitulo VI - Yo sé quién eres...

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Percibiendo la urgencia en la voz de su amigo, lo siguió sin hacer preguntas. Mientras salían del museo, Jeronimo no podía dejar de pensar en esa extraña interacción. Algo de ese momento le había dejado un mal presentimiento, una sensación desagradable que no podía ignorar.

Mientras caminaban hacia la salida, Sakura intentó aligerar el ambiente. —¿Qué te parece si después vamos a tomar un café? Conozco un lugar que te encantará.

—Claro, suena bien —respondió Jeronimo, intentando disimular su inquietud.

—¿Seguro que estás bien? —insistió Sakura, notando la tensión en su amigo.

—Sí, es solo que... —Jeronimo hizo una pausa, mirando a su alrededor con desconfianza. —Ese tipo me dio mala espina.

—¿El hombre en la exhibición? ¿Qué te dijo?

—Nada en particular, pero su presencia me resultó... perturbadora.

—Bueno, ya estamos fuera. Vamos a relajarnos un poco, ¿sí? —dijo Sakura, tratando de calmarlo mientras caminaban hacia la calle.

Durante el trayecto, la señorita Mori trató de distraer a su amigo señalando las pequeñas tiendas y cafés que bordeaban la calle. Todo esto con la intención de que él despeje su mente.

—Mira, ese café de ahí tiene las mejores tartas de manzana de la ciudad. ¡Te va a encantar! —dijo Sakura, sonriendo.

Jeronimo asintió, aunque su mente todavía estaba atrapada en el museo. Entraron al café y se sentaron en una mesa junto a la ventana. Sakura pidió dos tartas de manzana y dos tazas de café.

—Entonces, ¿Cuál es tu dinosaurio favorito? —preguntó Sakura, tratando de cambiar de tema.

—El Acrocanto que te mencione... supongo. —respondió Jeronimo, pensativo.

—¡OHH! Con razón hablaste tan apasionadamente. A mí me gustan los sauropodos en general. Su tamaño siempre me ha impresionado y creer que alguna vez existieron animales así te hace algo humilde. Aunque no hay que menospreciar la fauna de Harvest en lo mas mínimo. —dijo Sakura, animada.

—Sí, los sauropodos también son increíbles...

Las tartas llegaron, y ambos comenzaron a comer en silencio. Sakura notó que Jeronimo seguía pensativo.

—Oye, si ese tipo realmente te molestó, deberíamos hablar con alguien en el museo.

—No es eso, Sakura. Es difícil de explicar, pero sentí algo extraño, como si ya lo conociera de algún lado —dijo Jeronimo, mientras juega con la cuchara de su café.

—¿Algo así como déjà vu? —preguntó Sakura, intentando comprender.

—Sí, pero más intenso. No sé cómo explicarlo, pero no solo eso... cuando vi ese cráneo por alguna razón un escalofrió recorrió todo mi cuerpo—dijo Jeronimo, frunciendo el ceño.

Sakura puso su mano sobre la de Jeronimo, buscando darle algo de consuelo. —Vamos a descubrir qué te está pasando. No estás solo en esto.

Jeronimo la miró y asintió. —Gracias, Sakura. Siempre puedo contar contigo.

—Por supuesto. Ahora, ¿por qué no hablamos de algo más? ¿Has visto la nueva película que salió? —preguntó Sakura, tratando de aligerar el ambiente.

—No, no he tenido tiempo, pero he oído que es buena —dijo Jeronimo, relajándose un poco.

—Es genial. Vi el tráiler, tiene aliens y robots boxeadores ¡Boxeadores! Hay un robot que se llama Billy. Olvide el nombre de la película, pero solo por el nombre del protagonista vale la pena —dijo Sakura con entusiasmo.

Dark Hole: Ciegos por la VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora