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Stuart Pot estaba dormido en su cuarto, el lugar estaba lleno de paz y tranquilidad, dejó de estarlo cuando empezó a escuchar unos golpes en su ventana que lograron despertarlo y sin ganas se levantó a ver qué o quién hacía ese ruido.

-Hola Stu. Gracias por abrirme, no sabes lo que me costó subir hasta aquí.

-¡Murdoc! ¿Qué haces aquí a estas horas?- Stuart trataba de hablar lo más bajito para no despertar a sus papás.

-Mira, se que estás castigado pero...- Murdoc no terminó la oración para, según él, añadir suspenso a la escena.

-Pero qué, Murdoc.

-¿No me quieres acompañar por unos tacos? Yo invito.

-Perdón pero no puedo, si mis papás se enteran de que salí me matan.

-Ándale, no pasa nada, si se enteran di que fue mi culpa ¿Va?

-Mmm... No lo sé Muds, me da miedo.

-Aww vamos, te estoy invitando a salir.

-¿A la taquería nueva de allá por el parque que abre de noche? No vayas a ser muy romántico tú eh.

-Bueno es que tuve un antojo de tacos y pues... Pensé en invitarte. A la próxima te llevo al cine ¿Sale?

-Agh, bueno pues, si me descubren es tu culpa.

-Si, si, no importa.

Murdoc bajó de donde estaba, Stuart salió con mucho cuidado de su casa, no quería despertar a nadie; no contaba con que esa noche habría frío y para su suerte Murdoc era muy atento a él por lo que se quitó el suéter que llevaba y se lo dio a Stu.

Vaya que el amor transforma a las personas.

Se tomaron de la mano y comenzaron a caminar hacía la taquería, lo primero que vieron al llegar fue el nombre del lugar: "Tacos doña Loli". Afortunadamente para ellos no había nadie en el lugar, solo los dos.

-Buenas noches.

-Buenas noches joven ¿Qué van a querer?

-A mi deme 3 de pastor, 1 de tripa y 2 de suadero. ¿Tú?

-Yo voy a querer 4 de asada, por favor.

-¿De tomar qué van a querer?

-Una coca.

-Una horchata.

-Claro que sí, ahora se los traigo.

-Muchas gracias señorita.

-Tú siempre bien fresa con tus tacos de asada, come de otra cosa.

-¿Qué tiene? No te hagas porque sabes que como de otra cosa.

-Si ajá, mejor cómete la mía.

-¡Oye! ¿Qué te pasa? No estés diciendo tales vulgaridades y menos en público.

-Ya vas a empezar...

La pareja se quedó sentada hablando de cualquier cosa mientras esperaban sus tacos. La chica que los había atendido estaba de lejos observándolos con su amiga.

-Ay mira, que guapo se ve ese del cabello azul.- Suspiró la que anteriormente tomó la orden como si estuviera enamorada. -¿Tú crees que me haría caso?

-No lo sé...

-Es que míralo, fue muy educado conmigo. Yo creo que le gusté.

-Ya quisieras, él no tiene ojos para nadie más que para ese otro que lo acompaña. De lejos se ve que traen algo.

-Ugh, ¿qué dices? Él es bastante guapo, el otro no, o sea, ¿se te hace atractivo? A mí no. Míralo, tiene la piel verde, se ve bien naquillo y Dios, su nariz, parece que lo han golpeado un montón de veces.

-Ay mana, tú lo que tienes es envidia, dirás lo que sea pero él es atractivo. Tú tienes unos gustos bien raritos.

-Ya cállate oye.

-¡Niña, ya ven por los tacos!

-Ah bueno, bye ahora vuelvo.

La chica corrió a buscar los tacos para irlos a dejar.

-Jejej tengan, buen provecho.- La chica estaba claramente nerviosa y no dejaba de ver a Stuart. Luego de eso empezó a alejarse.

-Oye oye, espera un momento no te vayas. ¿Y nuestras bebidas?- Preguntó Murdoc demandante.

-¡Ay, es verdad! Una disculpa, ya vengo.

-Si no pierde la cabeza porque está pegada a su cuerpo...

-Bueno Muds, errores comentemos todos.

-Tienes razón, todos hemos cometido errores, hasta yo que soy la perfección encarnada, pero si de algo estoy seguro es que en toda mi vida habrá algo que jamás consideraré un error, ¿sabes de qué hablo?- Stuart negó. -De tí, eres lo mejor que me ha pasado, lo digo en serio.

-Aww que tierno eres. Quién diría que serías todo un romántico en el fondo.

-Es que tú lo mereces más que nadie.

-Gracias- Rió tímidamente -, que haría sin ti... Eres lo mejor que me ha pasado.

-Te amo.

-Yo también.

La chava volvió con sus bebidas, había alcanzado a escuchar el final de su plática, solo dejó lo que faltaba y con la misma se fue donde su amiga.

-¿Y ahora?

-Son novios creo...

-Te dije que ahí había algo.

-Y yo pensé que era el ideal para mí.

Los dos enamorados comieron disfrutando cada bocado; para ser la primera vez que iban no estuvo nada mal, claro sin contar lo de las bebidas. Pero en general todo bien. Murdoc pagó la cuenta y se fueron satisfechos del lugar.

-Gracias por los tacos.

-Te lo merecías, eso y mucho más. ¿Que tal el lugar? A mí me gustó, bueno no del todo.

-Estaba bien ¿Pero por qué no te gustó del todo?

-La muchacha que nos atendió no dejaba de verte.

-Ya sabes que solo tengo ojos para tí.

-Por suerte...- Lo dijo en un tono muy bajo. -¿Cuánto tiempo te castigaron?
-2 semanas. Apenas llevo una.

-Bueno ya pronto acabas, cuando ya no estés castigado te prometo que te llevo al cine.- Stuart rió un poco con lo que su novio había dicho, si que estaba muy enamorado.

-Sí, Murdoc. Nos vemos, buenas noches.

-Buenas noches, sueña conmigo.

Se despidieron y Stuart entró a su casa, Murdoc caminó hasta la suya. A medio camino se acordó del suéter que le había prestado a Stuart, pero ya no iba a volver por el.

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Wattpad no me dejaba publicar ;___;

2docs ranciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora