Adopción

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La luz entraba por la ventana, había recuperado toda su consciencia la noche pasada, la razón por la que seguía en su dormitorio eran varias. Durante los últimos cinco días había recibido comida desde la puerta, cada mañana cuando despertaba encontraba un platillo preparado en el suelo, jamas había visto al alfa pero sabia que no se trataba de Higuruma por el aroma que dejaba.

El leve aroma a pan horneado y el reconfortante aroma a bosque solía impregnarse en los palillos, en un inicio no los quiso tocar porque no eran el aroma de granos de café, pero su apetito le gano.
Al tercer día, las comidas empezaron a venir con una carta, eran cortas y generalmente se centraba en los platillos, siempre acompañados al final con un “espero te encuentres bien, Nanami”.

Habían pasado cinco días desde su terrible accidente con Higuruma, si no fuera por su trabajo, se hubiera encerrado el resto de su vida en el dormitorio.
Cruzo la puerta y se dirigió lentamente a la cocina, aunque apenas era la madruga, pudo observar la figura de un hombre alto y con cabello rubio preparando el desayuno.

- Buenos dias Itadori-kun – habia colocado dos tazas de tè en la mesa, y varias opciones de bocadillos para acompañar -Por favor.

- Ah claro, gracias – La vista de los platillos lucia deliciosa, tostadas acompañado con huevo y una pequeña ensalada, un pequeño plato hondo con fruta, un yogur con trozos de fresas en el, y por ultimo, un jugo de naranja que llegaba hasta el tope.
Felizmente aceptaría que este extraño sujeto se quedara a vivir con él, aunque tenia que descubrir su identidad.

-¿Quien eres? -

-Me gustaría que comas algo primero, esta semana solo estuviste bebiendo agua y apenas tocabas tu plato -

Nunca fue su intención despreciar su comida, estaba con demasiadas emociones mezcladas desde que fue abandonado de nuevo por el alfa. Por suerte la ropa que habia dejado servía como un consuelo en su primer celo.

-Lo siento, no tenia mucho apetito -

No demoro tanto en terminarse todos los platillos, creyo que el alfa comeria algo pero solo bebio su taza, jamas espero estar tan hambriento como pensaba. Cuando termino, estuvo una hora charlando con el hombre, supo que Higuruma tuvo que volver a su trabajo asi que fue dejado al cuidado de Nanami, o al menos eso le habia dicho.

-Bien, me ire a mi turno en la cafeteria -

-Lo mejor sera que descanses un dia mas, puedes avisar que tomaras un día por tu presentación -Parecía que esas no fueron las mejores palabras de su parte a juzgar por el puchero del chico.

-¡No puedo hacer eso! Todos se enteraran de que soy un omega y entonces… -

No habia pensando en lo que sucedería si el servicio se enterara de su presentación, peor aun, si supieran que es un omega, no tardarían en llevarlo a un conservatorio para omegas. Debía haber una solución, tal vez podía hablar con Higuruma para hallar una.

-Itadori-kun, no te preocupes, todo saldra bien -

Habia comenzado a soltar su aroma para relajar al menor, habia previsto que algo asi sucederia. Se alejo por un momento de la mesa para volver con una bolsa de compras.

- Tengo un plan para ocultar tu aroma -

-

El jabon y parches que le dio Nanami resulto ser muy efectivo, no podía oler una pizca de su esencia, era como si nunca se hubiera presentado.

Nanami lo acerco hasta su trabajo, además de darle su numero para que le avisara si pasaba algo, o no resistía su primer día. Al inicio no entendió esto ultimo, pero al pasar las horas atendiendo a distintos clientes, pudo comprender a lo que se refería.

Bajo mi ala | HiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora