Departamento

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Han pasado dos semanas desde que ambos empezaron a vivir juntos, aunque el menor era bastante independiente y no causaba problemas, Higuruma tuvo que poner reglas en la casa, no eran para controlarlo, era para mantener a raya al servicio social y evitar que indagarán a fondo.

-Escucha Itadori, puedes dejar de usar los parches cuando estés en el departamento pero no puedes retirarlos en público ¿Entendido?

-¡Si!

El omega duerme en la habitación de invitados, ahora su nueva habitación. El abogado quiere que se sienta lo mas a gusto posible, el chico ocupara el departamento más tiempo que él después de todo.

-¿Lo estas usando ahora mismo?

Ante su pregunta, el omega aparta el cuello de la sudadera a un lado y expone completamente su cuello, asomandose sutilmente bajo la ropa esta el parche ubicado sobre las glándulas. Su obediencia y el descubrimiento completo del cuello frente al alfa hizo que su respiración se detuviera, que sus pupilas se dilataran y tuvo que toser para olvidarse de la vista, la piel lisa del omega y sin ninguna marca lucia un poco tentadora para su alfa.

-¿Higuruma-san? ¿Estas bien?

-Lo siento, no es nada - Se clavo demasiado tiempo en su cuello

-¿Esta bien con un solo parche? Aún tengo el jabón que me dio Nanamin pero no soporto el aroma que deja.

Una punzada atravesó el pecho del alfa, por alguna extraña razón oír el nombre de su amigo lo molestaba bastante.

-Con los parches sera suficiente, recuerda volver temprano a casa

Las reglas eran bastante simples, el omega ocultaría su aroma con los parches, llevaría incluso algunos de repuestos ocultos en su mochila, y debía estar temprano en casa, al menos durante los primeros meses para mantener la apariencias, por el mismo motivo, era el abogado quien lo acercaba al instituto. La verdadera preocupación era mantener su papel de beta, lo cual era un trabajo sencillo para el chico mayormente gracias a su apariencia atlética.

En algunos días ambos tienen que lidiar con las entrevistas sobre la estadía del chico en su nuevo hogar, eran preguntas sencillas, en aquellos días la paranoia del omega aumentaba y terminaba optando por usar los jabones especiales para ocultar el aroma además de los parches.

Pero dentro de todo no tenían mas problemas, incluso el abogado se encontró esperando el final del día solo para volver a casa y disfrutar de la presencia del omega.

-¡Bienvenido a casa Higuruma-san! La cena esta lista

El pelirosa era quien se encargaba de preparar la cena y el almuerzo desde ahora, aunque quiso ayudarlo en la cocina, el chico detenía cualquier avance y aclaraba era su manera de agradecer por todo lo que hacia por él, desde entonces Higuruma se limitó a observar al omega desde la sala mientras preparaba la comida, solo disfrutar el tarareo del chico mientras cocinaba.

-

Percibir nuevos aroma era toda una experiencia para Yuuji, en especial porque todo a su alrededor no olía a nada familiar. Cada rincón del departamento estaba impregnado por el aroma del alfa, incluso su nueva habitación guardaba la esencia del mismo, rápidamente se acostumbro a esta nueva información.

Jugar con su olfato era su nuevo pasatiempo, aunque olfateaba a sus amigos con frecuencia durante el trabajo, aún no era suficiente y deseaba saborear de nuevo el aroma del abogado. Por eso, esperaba con ansias que el alfa terminara su taza para aprovechar el mejor momento para sentir su aroma, hoy era un dia de esos.

El abogado terminaba de beber su taza, que después era dispuesta a un lado de su computadora portátil, cuidadosamente, el omega robaba la taza con la excusa de que podía manchar los papeles en la mesa.

Bajo mi ala | HiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora