Rachel cocinó lo prometido a Robert y mientras lo colocaba en una fuente para llevarlo observó a Duff algo decaído. Luego de aquella llamada el solo se había sentado en el sofá y no habla pronunciado palabras.
-Duff, llevaré ésto hasta el final del pasillo. Solo necesito que me habras la puerta cuando llegue.- dijo desde la puerta. Observando para saber si Duff se inmutaba.
-Está bien.- respondió girando hacia ella, dedicándole una sonrisa.
Duff volvió su vista hacia la televisión, solo veía una película animada. Ni siquiera se había fijado en el título, los personajes animados corriendo de un lado a otro le hacía sentir mejor, con esa nostalgia que lo llenaba.
No sabía cómo decirle a Rachel que debía volver a Los Ángeles, él quería volver con ella y seguir esa farsa que habían comenzado en el Cabaret. Ahora no se quería ir de su lado, no quería que ella se sintiera mal por qué el la "abandonara" cuando él también se había metido a esa situación, no se iba a rendir.
Se levantó del sofá y fue hacia la cocina, observó en todas las repisas buscando algo fuerte para tomar, pero aún así no encontró nada.
Se tomó un vaso de agua, y pensó que había mucho tiempo no tomaba agua. Observó las palmas de sus manos y notó como estaban ásperas, fue hacia el baño para buscar alguna de las miles de cremas que había visto. Al momento de esparcirlas por sus palmas notó una marca en su cuello. No era un chupón, eran marcas como esas que habían quedado en su rostro luego de la adolescencia, ¿Quizás...?
-¡Duff!- el grito de Rachel la interrumpió-, ¡Ábreme!
Cuando le abrió la puerta se encontró con una Rachel algo cansada, pero aún así con una sonrisa. Avanzó por del departamento y se quitó su camiseta a la mitad de la sala, él se puso rígido.
Idiota, se dijo a si mismo, han tenido sexo y te congelas cuando se quita su camisa.
Rachel se giró hacia él, al notarlo rígido ella rió.
-No seas idiota Duff, me conoces más desnuda que vestida.- le sonrió y se metió dentro del baño
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Luego, cuando Duff se sentía más tranquilo, se ofreció a ayudar a cocinar a Rachel. Ella revolvía algo en una olla y el cortaba verduras en una tabla, ella mantenía a un rodete alto en su cabeza y Duff, tras un pequeña riña que terminó perdiendo, también tenía algo que sostenía su cabello teñido.
-Duff, ¿Desde hace cuanto no te haces un retoque?- habló ella dándole la espalda.
-No lo sé, quizás hace un tiempo. No recuerdo.- le respondió tratando de cortar las verduras del tamaño que ella le había indicado.
Al terminar de cortar dejó las verduras dentro de la olla y lavó sus manos, se apoyó sobre la mesada y Rachel se acercó a él con un cigarro sobre sus labios. Sus manos rozaron levemente haciendo que ambos retiraran sus manos al instante con sus mejillas rojas.
-Rachel tengo que decirte algo- habló Duff, firme-. Mis compañeros llamaron porque mi ex novia mandó a golpear a mis amigos, tengo que volver a Los Ángeles- ella escucho atentamente, Duff hizo una pausa y siguió-. Quiero que vuelvas a Los Ángeles conmigo, podremos convencer a los medios de que somos pareja y poder terminar con los rumores.
Rachel lo asimiló por unos segundos, le dió una profunda calada a su cigarro. Soltó el humo con lentitud y observó a Duff, sus ojos verdes con marrón y su altura que sin duda hacían una gran diferencia. Se acercó a él y comenzó a besarlo, Duff no se negó, colocó sus manos en su cintura comenzando a subir sus manos hacia su espalda. Rachel se separó y dejó pequeños besos sobre sus labios, apoyó su mentón sobre su pecho y lo observó desde debajo.
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Me And The Devil [Duff Mckagan]
Random-No se si fue buena idea conocerte.- negó el, metió el chicle en su boca. -Cállate, ahora eres mi persona favorita. (ÉSTA HISTORIA CONTIENE LENGUAJE EXPLÍCITO, DROGAS Y ESCENAS +18. LÉELO BAJO TU CONSENTIMIENTO)