Los coros, las personas charlando y gritando era algo que se escuchaba en la pequeña casa, ésta vez ellos celebraban después de un pequeño show en el cuál se habían escuchado muy bien y muchas personas habían asistido. Se sentían felices y llenos. Según Izzy, era algo que los hacia todavía más feliz cada día y que, algunas veces, los hacia perder la cordura con aquella felicidad.
El líder de aquella caótica banda se subió a la mesa de café de la sala con una botella de Vodka y una enorme sonrisa de ganador, la alzó en una especie de brindis.
-Nosotros Guns N' Roses damos por lanzado el segundo álbum de nuestra maravillosa carrera.- lo siguieron gritos de todos. Se habían encargado de que la casa estuviera llena de gente y en condiciones de una fiesta.
Habían esperado mucho aquella presentación, pero al ver que les había ido tan bien no se podían hechar hacia atrás. Con el primer pago de parte del show habían comprado todo tipo de alcohol, drogas y hasta pagado a mujerzuelas que se paseaban por la casa. Ellos habían traído tanto a las personas de su show como a algunos amigos y bandas amigas.
Duff tenía en su mano una cerveza, observó a su alrededor y suspiro aburrido. No sé estaba divirtiendo en lo absoluto, habían personas inhalando o inyectandose en la cocina, le habían regalado uno de los famosos puros de el hermano de Slash. Pero no quería a toda esa gente ahí.
Tomó su chaqueta y salió de la casa ignorando los llamados de sus amigos. Se fue alejando poco a poco de modo que el bullicio perteneciente al hogar se disminuyera con cada paso que daba. Se acercó a un teléfono público, metió algunas monedas y presionó los botones hasta que el teléfono comenzó a sonar, mientras esperaba se ocupó de encender un cigarro apoyado en el poste del teléfono.
Quería divertirse de otra manera, es decir, amaba las drogas y las fiestas que hacían sus compañeros pero habían veces en las que las personas no eran las mismas. Si antes asistían a sus fiestas porque habían drogas gratis, ahora lo hacían para ser parte de la fama de ellos.
-¿Hola?- habló la voz del otro lado de la línea. Mckagan sonrió y exhaló el humo del cigarrillo.
-Hola Rachel, habla Duff.- sonrió.
-Hola Duff- saludó del otro lado, se escuchaba feliz-, ¿Que se te ofrece?
-Rachel, ¿Quieres salir a dar un paseo? Quiero decir, si no tienes nada más importante que hacer.- propuso, comenzó a jugar con una lata de Pepsi que había en el suelo.
-Claro Duff, ¿Ahora? ¿Estás aquí afuera?
-No, si quieres nos encontramos en el club en veinte minutos.- miró vagamente el reloj de una casa allí cerca.
-Claro, nos vemos.- se despidió ella dejandolo a él con la palabra en la boca.
Colgó el teléfono y suspiró, observó de nuevo la casa del reloj y vio una familia muy feliz cenando, estaban riendo de alguna anécdota familiar o de como les había ido en el día. Sonrió con cierta molestia y comenzó su camino hacia el club.
En cada esquina podía ver a mujeres fumando con sus típicos vestidos cortos y cuerpo de plástico. Metió las manos a los bolsillos para ver si tenía algo de dinero, al girar la cabeza vió a una de aquellas mujeres sobre una pared.
De ella destacaban sus grandes senos siendo cubiertos por una simple tela y muslos anchos. También sus grandes labios rojos. Mckagan la observó unos instantes y ella se acercó a él, podía sentir su barato perfume.
Prostituta, pensó.
-Hola cielo- habló en una profunda voz, apoyó las palmas en los hombros de Duff y pegó sus senos a su pecho-. ¿Estás solo?
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Me And The Devil [Duff Mckagan]
אקראי-No se si fue buena idea conocerte.- negó el, metió el chicle en su boca. -Cállate, ahora eres mi persona favorita. (ÉSTA HISTORIA CONTIENE LENGUAJE EXPLÍCITO, DROGAS Y ESCENAS +18. LÉELO BAJO TU CONSENTIMIENTO)