Rachel despertó con su cabello más alborotado de lo normal, si mal no recordaba, se había quedado unas horas más con Susan para tomar algunas copas. Aunque también lo primero que cruzó por su mente fue la ardiente imagen del rubio, también recordó el número de teléfono en el cigarrillo que le había dado.
Se levantó envidiando internamente a el gato que dormía plácidamente en las sábanas, caminó hacia el baño de su cuarto y observó su rostro. Su pijama estaba ligeramente corrido por lo que fue lo primero que acaparó su visión, subió su vista por su pecho hasta ver su cuello.
-¡Mierda!- pensó ruidosamente, su corazón comenzó a rugir y sintió como sus mejillas se pintaban de un rojo carmesí-, ¿Enserio?
Paso sus dedos delicadamente por las marcas de chupones, ¿Había estado toda la noche con ese vestido escotado enseñando a todo el mundo sus marcas? Mierda, quería desaparecer de la faz de la tierra.
Aunque, siendo sinceros, en realidad no le importaba, no tenía padres a los que decepcionar. Pero pobre Courtney, ella estaría avergonzada de ella.
Tomó un pomo de base y comenzó a colocarlo sobre los chupones.
-¡Desayuno listo!- se escuchó desde la cocina.
Lavó rápidamente su cara y sus dientes, se colocó una remera algo grande de Sex Pistols que tenía guardada y fue hasta la cocina. Allí ya se encontraban Sam comiendo de su plato y Amber leyendo el diario.
-¿Algo nuevo ahí?- pregunto la pelirroja sirviendo el café en una taza, tomó una tostada del plató y se la llevó hacia el sofá. Rápidamente Sam la siguió esperando algo de comer.
-Nada, solo cosas de política y que el país se está yendo a la mierda- comentó Amber cerrando el diario y llevando su vista a la televisión-. ¿Que tal si hoy hacemos una tarde de chicas? De seguro te pagaron bien por ese Mckagan.- sonrió con picardía.
-Díos, si supieras como la pasé anoche- respondió con ironía, se giró hacia su amiga con una sonrisa-. Acepto tu salida, pero primero déjame bañarme que huelo del carajo.- rio ligeramente.
Al terminar de desayunar se encaminó hacía su cuarto, abrió la ventana y dejó que el aire corriera mientras elegía la ropa que se pondría para esa tarde. Se decidió por una camiseta de The Smiths y unos shorts con unas Converse negras, sus pies habían quedado destruidos luego de la noche anterior.
Mientras se bañaba comenzó a pensar en Courtney, ella estaría avergonzada si viera en lo que se había convertido.
-Nunca muestres más de lo que piden, sé lo jodido que es el negoció.- le decía cuando ambas fumaban en el balcón.
Debería ir ese fin de semana a Nueva York, ya se cumplirían dos años de su muerte. Debía llevarle flores. También podría visitar la casa de Courtney, quizás la señora de la limpieza seguía yendo.
Cuando terminó se seco el cabello pelirrojo mientras terminaba de darse unos toques de maquillaje, así su rostro no se vería tan demacrado. También maquillo las marcas en su cuello.
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Caminaban por las calles de Los Angeles, llevaban bolsas de tiendas de ropa entre sus brazos y reían con un helado cada una. Habían pasado casi todo el día en tiendas, buscando ropa para el verano que en Los Angeles ya se hacía notar.
Llegaron a un tienda de discos y sin siquiera ver si tenían algo de dinero entraron con grandes sonrisas.
-¡Hola Miles!- sonrió Ámbar con cierta emoción.
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Me And The Devil [Duff Mckagan]
Diversos-No se si fue buena idea conocerte.- negó el, metió el chicle en su boca. -Cállate, ahora eres mi persona favorita. (ÉSTA HISTORIA CONTIENE LENGUAJE EXPLÍCITO, DROGAS Y ESCENAS +18. LÉELO BAJO TU CONSENTIMIENTO)