Me And The Devil [Duff Mckagan]

Capitulo 4: It's So Easy

Apenas entraron en el ascensor Duff pegó a Rachel a su cuerpo ya que ella seguía con frío, al llegar ella se apuró a subir la calefacción del lugar. Sus mascotas recibieron con felicidad a Duff, quien se sentó en el suelo para acariciar a Sam quien movía su cola feliz.

-Hola preciosa.- acarició su lomo mientras hablaba con voz aguda.

Rachel sonrió y se comenzó a quitar su chaqueta para colocarla en el perchero de la entrada de su hogar, fue rápidamente hacia su cuarto y cambio su top por su cómoda camiseta de The Smiths. Al volver se sentó en el sofá viendo como Duff mimaba a Sam, y Kirk dormía sobre algunas almohadas.

Prendió la televisión, daban un programa completamente estúpido sobre una familia cenando y soltando chistes. Hizo zaping hasta llegar a el canal de la MTV, dónde presentaban una de las nuevas canciones de Mötley Crüe, acomodó su espalda en el respaldo y se estiró haciendo crujir uno que otro hueso.

-¿Estás muy cansada? Si quieres, me puedo ir y lo dejamos para otro día.- se levantó del suelo para sentarse a un lado en el sofá.

-No, no. Solo que mi cuerpo está cansado, no tengo sueño.- sonrió.

Se quedaron observando el canal que seguía presentando artistas y canciones. Rachel estaba luchando por mantenerse despierta, sus ojos se cerraban pero volvían a abrirse paranoicos cuando había el más mínimo ruido ajeno al televisor.

Duff se giró para mirarla, ella también lo hizo. Ambas miradas eran iluminadas por la televisión, sus rostros se iban acercando cada vez más, sus respiraciones se mezclaban. Todo comenzaba a ser igual que en la playa.

Excepto por Sam que comenzó a ladrarle a Kirk, quien comenzó a correr por la sala. Ambos volvieron a explotar en risas escandalosas de nuevo, se tomaron de las manos para luego caminar juntos a la habitación de ella. Guió a Duff hacia su cama y lo dejó sentado sobre las sábanas, se giró y fue hasta la puerta para cerrarla con seguro. Al darse la vuelta, Mckagan estaba ahí con su nariz muy cerca de la de ella.

-¿En qué estábamos?- preguntó acercándola a su cuerpo, colocó sus manos sobre su cintura e hizo que sus piernas se engancharan a su cadera.

Entre jadeos se besaron, ésta vez no era pacífico como el la playa. Ésto era salvajismo, el deseo carnal los consumía y derretía en cada chasquido que producían sus bocas. El rubio caminó hacía atrás hasta tropezar en la cama y sentarse, automáticamente fue una señal para que Rachel comenzara a mover sus caderas de atrás para adelante.

Rápidamente se comenzaron a quitar la ropa entre suspiros, la chaqueta y las camisetas de ambos quedaron perdidos por alguna parte del suelo. Las manos de Duff acariciaban los senos de Rachel por encima del sostén, ella se dejaba tocar mientras que tiraba su cabeza hacia atrás.

Estratégicamente él desató el sostén dejandolo caer, se levantó de la cama y dejó a Rachel sobre la cama. Observó detenidamente el camino de pecas que recorrían sus senos hasta desaparecer totalmente al llegar a su abdomen. Duff comenzó a quitar el pantalón de ella, Rachel, para seguir dando algún tipo de placer, comenzó a masajear el bulto que se comenzaba a notar sobre los pantalones de Duff. Él se alejó apenas terminar de quitar el pantalón y las bragas.

-Lo siento, no sabía si querías...- sus disculpas se acabaron cuando él abrió sus piernas y metió su cabeza entre ellas.

Comenzó a besar y lamer su feminidad. Abrió aún más sus piernas, haciendo que ella las colocara sobre sus hombros. Los primeros gemidos de ella salieron dando por iniciada aquella lujuriosa noche.

Duff comenzó a succionar su clítoris con fuerza, buscando que ella gritara de placer. Era su único propósito en esa noche.

Se levantó del suelo y, para reemplazar su boca, introdujo sus dedos para masajear su feminidad. Rachel solo gemía sintiendo cómo su orgasmo se acercaba casa vez más.