Nayeon entró, cerrando la puerta detrás de ella. Jeongyeon se volvió hacia su novia, con una mirada de dolor y resentimiento en sus ojos.
—Nayeon, necesitamos hablar— comenzó Jeongyeon, su voz temblorosa con emociones reprimidas.
Nayeon asintió con solemnidad, sintiendo la gravedad de la situación.
—Lo sé, Jeongyeon. Estoy aquí para hablar de eso y encontrar una solución juntas.—Jeongyeon suspiró, sintiendo que las palabras se atascaban en su garganta mientras luchaba por expresar sus sentimientos. —No puedo evitar sentir que todo lo que pasa por tu cabeza es Mina—, dijo con voz entrecortada. —Es como si ya no sintieras nada por mí, como si yo ya no fuera tu prioridad.—
Las palabras de Jeongyeon cortaron como un cuchillo a través del corazón de Nayeon, dejándola aturdida y herida. Sabía que había descuidado a Jeongyeon en favor de consolar a Mina, y se sentía culpable por haber hecho eso. Sin embargo, también sabía que sus sentimientos por Mina eran complicados y no podía simplemente ignorarlos.
—Jeongyeon, yo...— comenzó a decir Nayeon, pero fue interrumpida por la mirada acusadora de su novia.
—¿Qué pasa contigo, Nayeon?— preguntó Jeongyeon, su voz llena de dolor y frustración. —¿Por qué no puedes simplemente dejar de pensar en ella por un momento y enfocarte en nosotras?—
Nayeon se sintió abrumada por la culpa y la confusión mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para explicar sus sentimientos. —No puedo simplemente apagar mis sentimientos, Jeongyeon—, dijo con sinceridad. —Lo siento si te lastimé, pero no puedo fingir que no me importa Mina.—
Jeongyeon sintió una mezcla de rabia y tristeza al escuchar las palabras de Nayeon. Sabía que no podía competir con los sentimientos que su novia tenía por Mina, y eso la llenaba de un profundo sentido de desesperación.
—¿Entonces qué vamos a hacer
ahora?— preguntó Jeongyeon, su voz temblando con emociones reprimidas. —¿Cómo podemos seguir adelante si siempre seré la segunda opción
para ti?—Nayeon bajó la mirada, sintiéndose abrumada por la culpa y la tristeza.
—No lo sé, Jeongyeon—, admitió Nayeon con sinceridad. —Pero prometo que haré todo lo posible para encontrar una solución juntas. No quiero perderte, pero tampoco puedo ignorar lo que siento por Mina.—
Jeongyeon se encontraba al borde de las lágrimas mientras miraba fijamente a Nayeon, su corazón destrozado por las revelaciones y el dolor que había estado guardando dentro de sí misma durante tanto tiempo.
—¿Cómo pudiste hacerme esto, Nayeon?— dijo Jeongyeon con voz temblorosa, su tono lleno de amargura y decepción. —¿Cómo pudiste utilizar nuestra relación para intentar olvidar a Mina?—
Nayeon bajó la mirada, incapaz de soportar el peso de la acusación en los ojos de su novia. Sabía que había cometido un error al permitir que sus sentimientos por Mina afectaran su relación con Jeongyeon, y se sentía abrumada por la culpa y el arrepentimiento.
—Lo siento, Jeongyeon—, murmuró Nayeon, las lágrimas comenzando a emerger en sus ojos. —No fue mi intención lastimarte, pero estaba tan perdida y confundida... no sabía qué hacer.—
Jeongyeon sintió una oleada de ira y dolor recorrer su cuerpo mientras escuchaba las palabras de Nayeon. Sabía que no podía continuar en una relación en la que no era la prioridad de su pareja, y sabía que tenía que tomar una decisión difícil.
—Ya no puedo hacer esto, Nayeon—, dijo Jeongyeon con voz firme, su corazón pesado con la tristeza y el pesar. —No puedo seguir siendo la segunda opción en tu vida. Necesito ser más que eso.—
Nayeon levantó la mirada, sus ojos llenos de desesperación y angustia mientras se daba cuenta de que había perdido a la persona que más amaba en el mundo. Sabía que había cometido un error imperdonable al permitir que sus sentimientos por Mina afectaran su relación con Jeongyeon, y se odiaba a sí misma por ello.
—Por favor, Jeongyeon, dame otra oportunidad—, suplicó Nayeon, sus lágrimas cayendo libremente por sus mejillas. —Te prometo que haré todo lo posible para arreglar las cosas entre nosotros. No quiero perderte.—
Jeongyeon cerró los ojos, sintiendo una mezcla de tristeza y alivio al tomar su decisión. Sabía que no sería fácil seguir adelante sin Nayeon, pero también sabía que no podía seguir en una relación en la que no era valorada como merecía.
—Lo siento, Nayeon—, dijo Jeongyeon con voz quebrada, las lágrimas corriendo por sus mejillas. —Pero creo que es mejor para ambas seguir caminos separados. Necesito tiempo para sanar y encontrar a alguien que me ame y me valore por completo.—
Con esas palabras, Jeongyeon se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Nayeon sola con su dolor y arrepentimiento. Sabía que sería difícil seguir adelante sin Jeongyeon, pero también sabía que tenía que aceptar las consecuencias de sus acciones y aprender de sus errores, aunque lo que dijo Jeongyeon habia dolido, tenía que aceptarlo, ella solo la quería, más a la persona que le pertenecía su corazón era aquella bella japonesa de cabellos rubios.
Jeongyeon se sentía consumida por una mezcla de emociones que iban desde el enojo hasta la tristeza. Se preguntaba cómo Nayeon podía haberla lastimado de esa manera, permitiendo que sus sentimientos por Mina interfirieran en su relación.
El resentimiento se apoderaba de ella cuando imaginaba a Nayeon buscando consuelo en los brazos de Mina después de su discusión. Sabía que no podía culpar a Mina por los sentimientos de Nayeon, pero aún así, sentía una punzada de celos al pensar en ellas juntas.
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