Chaeyoung observaba la escena con el corazón en la boca, sintiendo una oleada de angustia y remordimiento al ver a Mina en el suelo, herida y vulnerable. Su instinto era correr hacia ella, consolarla y asegurarse de que estuviera bien. Sin embargo, cuando vio cómo Nayeon se apresuraba a abrazar a Mina, dejando besos suaves en su ojo lastimado y en su rostro, un sentimiento de desconcierto y rabia se apoderó de ella.
Por un momento, Chaeyoung se quedó inmóvil, sintiendo un nudo en el estómago mientras contemplaba la escena frente a ella. Había lastimado a Mina, había causado tanto dolor y sufrimiento, y ahora veía a otra persona consolándola, cuidándola, siendo el apoyo que ella misma debería haber sido.
La sensación de desolación la invadió, haciéndola sentirse impotente y desesperada. Se mordió el labio inferior con fuerza, luchando contra las ganas de golpear a Nayeon que tenia. Sabía que no tenía derecho a sentirse así, sabía que era su culpa que Mina estuviera en esa situación. Pero aun así, el dolor de ver a la persona que algun dia amo en los brazos de otra persona le resultaba insoportable.
Con el corazón pesado, Chaeyoung se alejó silenciosamente, manteniendo su distancia. Se sentía herida y resentida, no solo con Nayeon por consolar a Mina, sino también consigo misma por haber causado todo este desastre.
Mientras tanto, en lo profundo de su corazón, Chaeyoung sabía que no podía culpar a Nayeon por estar allí para Mina en su momento de necesidad. Aunque le dolía ver a otra persona tocar a su Mina, sabía que era lo mejor para ella en ese momento.
Las demás chicas se quedaron sorprendidas al presenciar la manera en que Nayeon consolaba a Mina de manera tan íntima y amorosa. Sus gestos cariñosos y sus suaves besos en el rostro de la nipona dejaron a todos en silencio, sin saber cómo reaccionar ante esa escena de afecto.
Sin embargo, fue Jihyo quien rompió el silencio con un estallido de indignación. Sus ojos centelleaban de furia mientras miraba a Nayeon, sin poder contener su enojo por lo que acababa de presenciar.
—¡¿Qué demonios crees que estás haciendo, Nayeon?!— exclamó Jihyo con voz temblorosa de rabia contenida. —¡No puedes simplemente abrazar y besar a Mina de esa manera frente a todos! ¡¿Acaso no te das cuenta de lo que esto significa?!—
Nayeon se quedó sin aliento, sorprendida por la reacción tan fuerte de Jihyo. Tragó saliva con nerviosismo, sintiendo el peso de las miradas acusadoras de las demás chicas sobre ella.
—Lo siento, no fue mi intención...— murmuró Nayeon, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicarse. Pero antes de que pudiera continuar, Jihyo la interrumpió con un gesto de desdén.
"—No me importan tus disculpas!— exclamó Jihyo, su voz llena de frustración y enojo. —¡Sabes muy bien lo que estás haciendo! ¡Estás aprovechándote de la situación para estar cerca de Mina mientras Chaeyoung está aquí! ¡Eso es despreciable!—
Nayeon bajó la mirada, sintiéndose abrumada por la avalancha de acusaciones y reproches. Sabía que había cruzado una línea al consolar a Mina de esa manera, especialmente sabiendo que Chaeyoung estaba presente. Se mordió el labio inferior con fuerza, luchando contra las lágrimas de culpa y vergüenza que amenazaban con escapar de sus ojos.
Mientras tanto, Chaeyoung observaba la escena desde la distancia, sintiendo una mezcla de tristeza y resentimiento. Sabía que Jihyo tenía razón en estar molesta con Nayeon, pero también sabía que ella misma tenía parte de la culpa por lo que había sucedido.
Jihyo, con determinación en su mirada, se acercó a Nayeon y la apartó suavemente de Mina, ignorando las protestas débiles de la nipona. Mientras tanto, Momo y Sana intentaban ayudar a Mina, preocupadas por su estado y por el dolor que claramente estaba experimentando. Sin embargo, la nipona les pidió que la dejaran ir con Nayeon y Jihyo.
—Por favor, déjenme ir con ellas—, murmuró Mina, su voz apenas un susurro ahogado por el dolor. –No me gusta cuando ella le dice cosas... Quiero estar con Nayeon—
A pesar de la renuencia de Momo y Sana, quienes querían quedarse con ella para cuidarla, finalmente cedieron ante la determinación de Mina. La vieron marcharse con preocupación, sabiendo que no estaba en condiciones de caminar sola, pero incapaces de negarle su solicitud.
Mina buscó instintivamente a Nayeon, sintiendo una conexión especial con ella en ese momento de necesidad. Aunque Jihyo también estaba presente y había sido una figura reconfortante, era hacia Nayeon hacia donde se inclinaba su corazón en ese momento.
Con cuidado, Mina se acercó a Nayeon, buscando su consuelo en medio del dolor y la confusión. Nayeon la recibió con los brazos abiertos, envolviéndola en un abrazo reconfortante y ofreciéndole palabras de aliento.
—Estoy aquí, Mina—, susurró Nayeon, acariciando suavemente el cabello de la nipona. —Todo estará bien. Estoy aquí para ti—
Mina se aferró a Nayeon con fuerza, encontrando un poco de paz en su cálido abrazo.
Jihyo observó la escena con comprensión y respeto, reconociendo la conexión única entre Mina y Nayeon. Aunque había estado allí para apoyar a Mina, sabía que en ese momento Nayeon era quien más la necesitaba.
Mina se dejó llevar por la calidez y la seguridad de los brazos de Nayeon.
Mientras tanto, en la distancia, Momo y Sana observaban con preocupación, deseando poder hacer más por su amiga. Sabían que tendrían que ser pacientes y esperar a que Mina estuviera lista para hablar sobre lo que había sucedido, pero eso no les impidió sentirse impotentes ante la situación.
Nayeon ayudó a Mina a sentarse en una acogedora hamaca que se mecía suavemente en el jardín, buscando un lugar tranquilo y apartado donde pudieran hablar en privado. Jihyo, con una mirada comprensiva, se retiró discretamente para darles espacio, dejando a Mina y Nayeon a solas.
Una vez que estuvieron a solas, Nayeon se acostó en la hamaca, creando un espacio cómodo para Mina. La nipona se acomodó sobre las piernas de Nayeon, sintiendo un suspiro de alivio al estar rodeada de su calidez y apoyo.
Nayeon envolvió con ternura sus brazos alrededor de Mina, sosteniéndola con delicadeza mientras dejaba pequeños besos reconfortantes en sus mejillas y cabeza. Cada beso era una suave caricia que le recordaba a Mina que no estaba sola, que tenía a alguien a su lado que la amaba y la cuidaba.
Mina cerró los ojos, permitiéndose disfrutar del dulce consuelo que Nayeon le ofrecía.
Nayeon y Mina se encontraban sumidas en un momento de calma y consuelo, compartiendo palabras suaves y gestos reconfortantes mientras estaban acurrucadas en la hamaca del jardín. En un instante de conexión intensa, Nayeon se inclinó lentamente hacia Mina y depositó un pequeño y suave beso en sus labios.
Mina se quedó sin aliento por un momento, sorprendida por el gesto repentino pero tierno de Nayeon. Sus corazones latían al unísono, y en ese breve instante, todo parecía detenerse a su alrededor.
Sin embargo, en la distancia, Momo, Sana y Chaeyoung observaban la escena con sorpresa desde lejos. Sus ojos se abrieron ampliamente al presenciar el beso entre Nayeon y Mina, sin poder creer lo que estaban viendo. La tensión en el aire era palpable mientras observaban en silencio, sin saber qué hacer o decir.
Chaeyoung sintió un nudo en el estómago al presenciar el momento íntimo entre Nayeon y Mina. A pesar de que sabía que ya no estaban juntas, y que la relacion que en algun momento tuvo con mina habia acabado hace mucho y ya nisiquiera sentía nada por la nipona, pero no pudo evitar sentir una punzada de celos y dolor al ver a la persona que en algún momento amo compartiendo ese momento especial con alguien más.
Momo y Sana intercambiaron miradas nerviosas, sin saber cómo reaccionar ante lo que acababan de presenciar. Se sentían atrapadas en medio de una situación incómoda, sin saber si debían intervenir o simplemente quedarse en silencio.
Mientras tanto, Nayeon y Mina se separaron lentamente, sus ojos encontrándose en un silencioso entendimiento. Sabían que lo que acababan de compartir era especial, un momento de intimidad que nunca olvidarían.
Con el corazón latiendo con fuerza, Mina y Nayeon se miraron la una a la otra, sintiendo una nueva chispa de complicidad entre ellas.
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