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Tus pardados caen con la calidez de una manta tendida por tu amigo, el aire frio colándose sigilosamente por los agujeros del trapo desgastado más aun si te arropas suavemente en la paz de tu abrigo.

—⁠Mi pancita ya no hace sonidos —⁠Dices acurrucandote en tu carton viejo, puedes notar como camina y oyes como él hace lo mismo segundos despues

 —⁠Es porque comimos —⁠Se cubre con su manta antes de mirarte. Ambos se voltean cruzando sus miradas en un extraño sentimiento de calma

—⁠¿Por que me miras así? —⁠Recibiste una risa de su parte ignorando tu pregunta- 

Bostezaste, poco a poco uniendo tus párpados con pesadez hasta abandonar ese lugar y ser llevada por la corriente de tus ensueños


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Despertaste con el calor de las llamas sofocando tu cuerpo marchito cubierto en el espeso líquido rojizo. Las cenizas se derretían sobre tu cabello cambiandolo a un tono grisaseo, el humo invadia tus pulmones con cada respiración, aunque trates de aguantar la necesidad de tomar aire puedes sentir el polvo colarse. Intentas apoyarte sobre tu brazo, pero ha estado todo ese tiempo atrapado por la pesadez de tu cuerpo que no reacciona. Toses, arrastrando tu cuerpo por el suelo. La palanca de la cabina consumida por el fuego se deja caer sobre tu pie izquierdo. Tus ojos se abren, pidiendo auxilio, mientras miras con horror tu extremidad. Tratas de liberarlo, pero el fuego no parece conforme con llevarse al tren, amenazando a hacer lo mismo contigo, te arrastras hasta la ventana con la poca fuerza que tienes en tu otro brazo, mientras el abrumador calor te quema, siendo más que suficiente para querer gritar.

Necesitas un héroe... alguien valiente y decidido en salvarte de esta situación. Alguien en quien confiar y que siempre estará contigo, incluso si tu pie se calcina o no hueles otra cosa que no sea humo. Por más que te esfuerces, tus ojos se cierran, retomando su camino muy débiles, queriendo rendirse. Tu piel tensa se derretía con cada segundo allí, cada vez mas cerca de la salida retorcias tus pulmones con dolor en tu camino, este era uno de los muchos momentos donde te cuestionabas si querías morir, las chispas saltaban de entre las llamas para salpicarte, extiendes tu mano alcanzando el umbral de la ventana, te recargas sobre la puerta y caes a las vias del tren, no te puedes mover, dejando tu vida al fragil  destino, tu cabeza cae con cansancio sintiendo las humeantes brasas a tu costado.



「 ... 」• · .




Tu reaccion fue revisar el lugar aun en el suelo, te negabas a creer que habia sido una alucinación, no dejaste el sentir de tu pecho adolorido ni siquiera en el exterior del edificio, tomaste camino rapidamente hacia el evento, habias dejado de lado el tiempo olvidando inconsientemente que debías vigilar a los niños.

 Al entrar te paraste sobre las puntas de tus pies para divisarlos de entre otros consejeros, habia un gran escandalo ahi adentro temiste lo peor, tus pensamientos se disolvieron con alivio al ver que estaba todo en orden, todos gritaban y reian esbozando sus sonrisas. No había signos de mal comportamiento, al contrario se mostraban amocionados y activos más de lo habitual, te acercaste con cautela a tu grupo pues ya habia finalizado con el cierre de sus cortinas coloridas al momento de tu llegada. Mostraste tus manos en alto, con gestos indicaste mantener el orden y formarse de nuevo para irse, de apoco se reunieron y esperaron su turno para salir. 

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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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「Espinas」 ☾ CatNap × Reader ✩༉‧₊˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora