Segundo libro de la trilogía "Forgotten in Power"
Harry Potter iniciará Hogwarts, donde espera estar más cerca de su hermano. ¿Que sucederá cuando sus planes no coincidan con lo planificado? ¿Harry y Aidan estarán mas inseparables que nunca?
De la t...
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Sus ojos brillaron al ver una locomotora de vapor, de color escarlata, esperaba en el andén lleno de gente. Un rótulo decía: "Expreso de Hogwarts, 11 h". Harry miró hacia atrás y vio una arcada de hierro donde debía estar la taquilla, con las palabras "Andén Nueve y Tres Cuartos".
Finalmente irían a Hogwarts.
—¡Esto es genial! —dijo Aidan emocionado.
Habían tomado un traslador para llegar. Sus equipajes con un hechizo para que parecieran ser más ligeros de lo que eran en realidad. Tras unos minutos, Harry sonrió al ver a los Weasley entre el tumulto de la gente. La familia saludó a los Potter, como de costumbre. Ginny le recordó no olvidarse de ella y enviarle cartas. Ron luego se puso en medio de Harry y Aidan, tomando a ambos de los hombros con una gran sonrisa.
—¡Hogwarts! Ahí vamos. —dijo Ron. Harry y Aidan rieron.
—¡Harry! ¡Aidan! ¡Ron! —Un presuroso Neville llegó saludando con su abuela detrás de él. Harry se soltó del brazo de Ron y se acercó a Neville a saludarlo.
—Es mejor que vayan entrando al tren antes de que se llene. —Comentó la señora Weasley hacia los cuatro niños que se embarcaron a su primer año de Hogwarts. Los hermanos mayores de Ron parecían ya haber entrado al tren.
Su madre se despidió de Aidan y Harry, pidiéndoles que le escriban apenas lleguen. James solo se despidió de Aidan, recordandole hacer las mejores bromas apenas llegaba. También recordando cuidar la capa de invisibilidad cómo debía. Para la sorpresa de Harry y Aidan, James sacó lo que parecía ser un mapa de su bolsillo y se lo entregó a Aidan.
—Úsalo con sabiduría.
Al entrar a la locomotora, los primeros vagones ya estaban repletos de estudiantes, algunos asomados por las ventanillas para hablar con sus familiares, otros discutiendo sobre los asientos que iban a ocupar.
Harry empujó su equipaje junto a sus amigos, buscando un asiento vacío. Intentando no pensar en el tonto pergamino que James le había dado a su hermano.
—¡Este está vacío! —Llamó Aidan entusiasmado unos pasos más adelante. Harry, Neville y Ron se apresuraron a llegar al compartimiento.
Primero puso a Hedwig (que había tenido que mentir a los Potter diciendo que era un regalo del director) y luego comenzó a empujar el baúl hacia la puerta del vagón. Trató de subirlo por los escalones y lo logró sin dificultad. Sus amigos lo imitaron y luego los cuatro niños tomaron asiento. A Harry le agradaba ver la expresión emocionada de su hermano.
El tren comenzó a moverse. Los Potter, los Weasley y la abuela de Neville se despedían agitando la mano hacia ellos.
—Debemos empezar a planear nuestra primera broma. —La voz de Aidan hizo que Harry dejara de prestar atención a los paisajes. —Luego pensaremos en nombres creativos para nuestros apodos.