❝ 001. Los esfuerzos de la mariposa llorona ❞

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Una característica que sin duda era propia de Katsuki era el hábito de levantarse temprano. Era solo él dando vueltas por toda la casa mientras se preparaba para clases, y luego al estar en el salón, se iba a su asiento en la fila del medio y sacaba un libro de texto junto a un pequeño cuaderno. Siempre dejaba par de ejercicios para estudiar antes del comienzo de las clases. Era una forma más productiva de emplear el tiempo en vez de hablar de temas mundanos como moda o juegos, según él.

Los alumnos llegaban poco a poco, por lo que su aureola de tranquilidad se mantenía mientras escribía con los audífonos puestos. Hasta que esas revoltosas cabezas rubia y pelirroja cruzaban por la puerta.

—¡Buenos días, Bakugo! —Kirishima se había aproximado con su usual tono enérgico y una amigable palmada en los hombros.

Él fue su primer y único mejor amigo desde tercero de secundaria. Se había acostumbrado a su agradable sonrisa y forma de ser, era la única compañía que realmente disfrutaba. Hasta que llegó Kaminari y un nuevo y alocado factor se unió a la ecuación. Y a diferencia del pelirrojo, a este último no le temía mucha paciencia.

—¡Kacchan, préstame tu tarea de Química! ¡Por favor!

Katsuki alzó la cabeza hacia Kirishima.

—Buenos días, Kirishima —fue lo único dijo para después volver a lo suyo.

El rubio sintió como si una piedra con la palabra «Ignorado» le cayera encima. Abrió la boca y los ojos en un exagerado gesto de ofensa. El pelirrojo soltó un suspiro.

—¡Por favor, Bakugo! ¡¿Quieres que Aizawa-sensei me mate?! —lo tomó de los hombros mientras rogaba desesperado. De solo pensar en el rostro macabro del aterrador profesor se le paraban todos los pelos del cuerpo— Por favor.

Luego de verlo por unos segundos, se rindió ante ese rostro. Un suspiro pesado salió de sus labios y sacó el cuaderno para luego lanzárselo, el rubio lo atrapó hábilmente. Sonrió casi de inmediato.

—¡Gracias, te quiero Kacchan! —lo abrazó.

Sin querer terminó por hacer explotar el volcán.

—¡No te me pegues, idiota! ¡Y no vulelvas a usar ese maldito apodo o te mato!

—Sí sí, Kaminari, ya déjalo en paz.

El pelirrojo casi pudo ver las chispas salir de los ojos rubí de su amigo, por lo que optó por evitar una desgracia. Le quitó al feliz rubio de encima e hizo que fuera a su asiento a copiar la tarea. Katsuki dejó ir un aire de frustración y empezó a charlar con Eijiro, quien le comentaba acerca del nuevo capítulo uno de sus intereses comunes, el manga Hajime no Ippo. Él era el único con el que tenía esas conversaciones y disfrutaba tenerlas. Pero por supuesto, podía hablar y estudiar a la vez.

Los minutos pasaron y se oyó el timbre para el inicio de la jornada. Todos fueron a sus asientos, mientras Katsuki ya estaba listo con el cuaderno de Historia y el libro de texto. Pero esta vez, Takada-sensei no entró solo.

Los murmullos y chillidos de emoción por parte de los chicos no se hicieron esperar.

—El día de hoy, vuestra compañera Seirei-san se reincorpora a clases.

—Es un gusto volver a verlos.

Kaede mostró una pequeña sonrisa y todos se deshicieron en suaves suspiros. Katsuki fue el único que soltó un bufido ante tanta agitación estúpida. La chica empezó a caminar hasta su asiento, ojos cautivados la seguían. Admiraban su largo cabello, el cual estaba más largo que la última vez, y el brillante amarillo de su dulce mirada. Era sin duda preciosa, pensaban todos. Excepto Katsuki. A veces pensaba que todos estaban bajo un hechizo y él era el único que se salvó. Sin embargo, empezó a inquietarse cuando la vio dirigirse hacia el puesto vacío a su lado. No recordaba que ella se sentara allí. No hizo más que gruñir por lo bajo y voltear la mirada.

𝐂𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞 𝐚𝐧𝐝 𝐋𝐢𝐞𝐬 | Bakugo Katsuki x OC [ BNHA Fanfiction ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora