CAPÍTULO 14. LA CITA.

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Mi fiesta de quince años., todo estaba listo para mi fiesta, mis padres decidieron que fuera la fiesta típica de pueblo. Vestido glamoroso de vuelos y encajes, colores pastel, tiara de princesa y 4 chambelanes., en un salón espacioso.

Me di cuenta de la hora exacta en la que ella llegó a la fiesta., claro... con Keko de la mano.

Estaba irresistible con su vestido negro de escote atrevido., el pelo negro esta vez sujeto en un moño original. Solo un mechón escapaba y ese mechón era lo que la identificaba como mi Bunny

Keko la miraba con ojos de lujuria, como si se hubiera dado cuenta de repente que se había sacado la lotería, sus manos impertinentes la tocaban sin pretexto, solo por el simple hecho de que ella era su novia.

Me llené de celos, y la evité durante casi toda la fiesta. El momento de la entrega de regalos no lo pude evitar., estaba al final de la fila.

Recibía regalos y abrazos, unos se tardaban más de lo necesario para darme consejos o pensamientos bonitos, propios para una quinceañera.

Y entonces llegó el turno de ella.

Freen puso el regalo en mi mano y esperó a que yo lo pusiera sobre la mesa para tener toda mi atención.

—Becky —me dijo con una mirada tierna que se transformó en algo más al ver que me mordía los labios— Felicidades... mi preciosa quinceañera.

—Hola —le dije con una sonrisa tímida— gracias por venir.

—Becky —me dijo mientras me abrazaba con fuerza— Estás preciosa.

Nada me había preparado para lo que sentí en ese momento. Fue el abrazo más sensual que había recibido en la vida., Freen me apretó contra su cuerpo, mientras su rostro se adueñaba de mi cuello.

—¡Hueles malditamente bien! —me dijo en un susurro que me puso a cien— Becky... te quiero... ¿lo sabes?

—Bunny —fue lo único que pude decir mientras mis manos tomaban su lugar detrás de su sensual espalda., y mis sentidos se llenaron de su esencia. Miré discretamente hacía los lados y pude comprobar con alivio que los invitados se habían reunido en la pista para bailar la canción de moda. Nadie nos ponía atención, ni siquiera Keko que se encontraba rodeado de mis guapas primas solteras, y yo en el fondo sabía que el abrazo en el cual estábamos fundidas no era para nada normal.

—Becky —susurró y sus labios rozaban mi cuello como el ala de una mariposa.

—Freen...

—Estoy tan feliz por ti —dijo abandonando mi cuello para mirarme a la cara, entonces pude oler su aliento... estaba ligeramente ebria., y digo ligeramente, porque aún podía mantenerse en pie.

—Lo sé...

—Te deseo toda la felicidad del mundo... Becky... quisiera decirte tantas cosas.

—Lo sé, Bunny —le dije— sé de lo que hablas... eres mi mejor amiga.

Yo sabía del amor que sentía ella por mí... pero también sabía que para ella sólo era amistad., mientras que yo sólo quería besarla en esa boca roja que dejaba ver por momentos breves, su lengua sonrosada posada seductoramente sobre su labio inferior.

—Quiero verte feliz... Becky... me encanta verte feliz —dijo atropelladamente mientras acercaba cada vez más su rostro al mío.

—Gracias por ser parte de mi felicidad, Bunny —le dije conmovida— tú eres parte de mi felicidad.

—Tú eres toda mi felicidad... Becky...te amo...

¡Ahora le pedimos a la quinceañera que suelte a su mejor amiga... y que venga a bailar su Vals... los chambelanes están ansiosos! ¡Ya parece boda en vez de quince años! —interrumpió el maestro de ceremonias, arrancando la carcajada de los entusiastas invitados.

MI PEQUEÑO CRUSH (freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora