CAPÍTULO 13. EL CÓDIGO DE LA AMISTAD.

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¿Cuándo decidí alejarme de ella?

Fue una semana después de sufrir el tormento de las manos de él sobre mi amiga. El pretexto perfecto fue mi fiesta de 15 años.

—Tengo que dejarte por un tiempo. No podré convivir contigo como siempre —le dije, aprovechando que Freen mandó a su novio por refresco a la cafetería.

—¿Por qué? —preguntó con sus preciosos ojos marrones clavados en mí— ¿no vendrás a la escuela?

—Sí... pero...

—¿Entonces? —preguntó, y su rostro se cubrió de la misma tristeza que me embargaba.

—Mis quince —fue mi tonta explicación.

Ella me miró con expresión incrédula, esperando que yo ampliara una explicación que sonara más coherente.

—Tengo que ayudar a mi mamá con los preparativos —le dije pero ella parecía no comprender.

—¿Eso que tiene que ver? —preguntó molesta esta vez— yo puedo ayudarte... puedo decirle a Keko que...

—¡No Freen! —grité furiosa.

—Pero... ¿por qué?

—Porque no quiero que tú y Keko metan las narices en esto.

—Becky... soy tu amiga —me dijo con un tono de súplica que nunca le había escuchado— quiero ayudarte...

—Irin me ayudará —le dije y su rostro se descompuso por la rabia y algún otro sentimiento que no alcancé a distinguir.

—Irin es la prima de tu novio... yo soy tu amiga.

—Mi casi mejor amiga —respondí molesta— Irin se está quedando en mi casa y creo que con su ayuda será suficiente.

—Becky...

Su tristeza me convenció por un momento. Pero vi a lo lejos a Keko tomando de la coca cola de ella con su sucia boca... y me llené de determinación.

—Es que quiero que sea una sorpresa, Bunny —le dije— e Irin no sale de mi casa por mi primo. Así que aprovecharé su ayuda.

—Está bien —me dijo no muy convencida— ¿pero me vas a invitar?

—¿Qué dices, Bunny? —protesté— Tú eres la primera en la lista de invitados.

—¿Qué invitados? —preguntó Keko con esa sonrisa de enamorado que hacía que mis tripas se retorcieran de disgusto.

Freen no respondió, ni siquiera miró a Keko, sus ojos no dejaron de mirar los míos ni por un instante.

—Cariño... ¿Qué fiesta? —preguntó Keko a Freen, mientras intentaba darle la lata de refresco.

—Mi fiesta de 15 años —le dije para no seguir escuchando como llamaba cariño a mi Freen.

—Claro —dijo aburrido— allí estaremos mi novia y yo —le dio un beso en la mejilla y Freen salió del estado en que se encontraba.

—Bueno, Freen. Te veo después... y ya no tomes coca cola.

Y lo cumplí al pie de la letra., evité a Bunny durante casi un mes, el mismo tiempo que duraron los preparativos de la fiesta, fiesta que no me importaba en lo absoluto, dejé todo en manos de mi madre.

No dejé de hablarle del todo., seguíamos sentándonos juntas en clases. Pero ya no la miraba, yo fingía trabajar en la lista de invitados, o me la pasaba en el celular buscando ideas para la fiesta. Freen respetaba mi distanciamiento, pero no se alejaba de mí. De pronto la descubría mirando de reojo lo que yo hacía, o mirándome a mí.

—Sal a comer algo —le decía al iniciar el receso— yo tengo que hacer otras cosas.

—Me quedo contigo... te acompaño en lo que haces tus cosas.

—Ve con Keko. O alguien te lo quitará.

—¿Aún te gusta? —me preguntó con la expresión tensa.

—No. De alguna manera he convivido con él... gracias a ti... y ya no me gusta.

—¿De verdad? ¿O solo prefieres no pensar en él?

—¿A qué te refieres exactamente? —pregunté, extrañada.

—¿Si yo termino con Keko? ¿Te atreverías a salir con él? —preguntó mirándome a los ojos.

—Guácala... he visto cómo te besa... y la verdad... si es así como te besa cuando están a solas...

—¿Cómo te gustan los besos a ti? —me preguntó, sin responder a la pregunta impresa en mi comentario.

—Apasionados —le dije mordiéndome los labios por un instante—... como el beso de Allie y Noah del diario de una pasión.

No respondió... no de inmediato. Su mirada cambió, seguramente recordando los besos que Keko le daba a solas. Me odié por sacar el tema de los besos., la odié a ella por los pensamientos horribles que acudían a mí, imágenes de Keko besándola de esa manera.

—¿Te han besado alguna vez? —preguntó ahuyentando los pensamientos de mi mente— ¿te han besado como Noah besó a Allie?

—No... pero me imagino que algún día —la miré un momento y me di cuenta de que sus ojos estaban atrapados en mi boca.

—Ah.

—Algún día recibiré mi primer beso... ¿y a ti? ¿Te han besado de esa manera? —pregunté mordiéndome los labios., acababa de descubrir que si quería tener toda su atención, solo tenía que morderme los labios.

—Tampoco me han besado así —respondió con una risa nerviosa— supongo que me quedaré con la persona que sea capaz de besarme de esa manera.

... si sabía leer entre líneas, había insinuado que no pensaba quedarse con Keko. O tal vez es lo que quise leer.

No pude más que sonreír., Freen en pocas palabras me había dicho que Keko no sabía besar., que nunca le había dado un beso apasionado.

—Yo también... y con respecto a Keko... aunque fuera el mejor besador sobre la tierra... jamás andaría con él.

—Me parece lo más lógico.

—Freen...

—¿Sí?

—¿Sabes que hay una regla no escrita que impide tener al ex de tu amiga?

—Lo sé, Becky. Por supuesto que lo sé.

MI PEQUEÑO CRUSH (freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora