Reigen arataka

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Un día como cualquier en la oficina "Oficina de consulta de espíritus y Tales", ningún cliente se presentaba, solo su estudiante "Mob"era el que se encontraba en la silla frente a él. Unos murmullos se escuchaban de fondo mientras él jugaba en su computadora, restándole importancia a lo que su estudiante decía.

Escuchaba sus lamentos, sus sollozos y veía de reojo como limpiaba con su manga sus ojos lentamente para volver a hablar. Siempre mantuvo su mirada en el juego, haciendo chistidos al perder una ronda.

Solo asienta cuando escuchaba entre murmullos un tono de pregunta, soltando onomatopeyas al azar.

-Creo que debería concluir las cosas con Ritsu, e-estaba pensando en irme de la casa. Tras perder su partida un silencio momentáneo dio paso a la claridad de sus palabras, saliendo de su trance y dándose cuenta de las palabras de su estudiante.

Tras unos segundos de procesar el mensaje estalló en carcajadas, riéndose por la idea tan absurda de el menor, recibiendo su mirada sorprendida y confusa.

-Reigen-sama...?

-Haha!, ¿enserio te vas a ir de tu casa?, siendo tu un estudiante de preparatoria?. Preguntaba irónico, sonriéndole con burla.

-Fue la única cosa que se me ocurrió...

-Ay Dios... Mob! ¿Solo por una pequeña discusión de hermanos te vas a ir de tu casa? ¡No seas ingenuo!.

-P-pero..

-Mira, por lo que me contaste, si tu no hubieras dicho eso no hubieras causado el enojo en Ritsu!, así que tú eres el principal culpable de todo esto. Al terminar su frase solo recibió el silencio de su estudiante, dándole el paso para seguir.

-Tu solo debías asentir como siempre lo haces, Yo te enseñe que para evitar problemas es mejor ser obediente!, ¡Aparte son hermanos!. La mirada seria del contrario quedaría guardado en sus memorias, todavía no tomando en cuenta la gravedad de sus palabras.

-Y sobre el moretón en tu nariz, capaz lo merecías mob. Finalizó con una leve risita, echándose para atrás en su silla, suspirando con pesadez.

-Creo que simplemente deberías ir a disculpa-

-¡No es verdad!

Un silencio incómodo reinó entre los dos, tomando en cuenta sus palabras y el contexto de la situación, sudando frío tras su error.

-B-Bueno!, n-no fue realmente tu culpa-

-No es mi culpa, no lo fue y no será, nadie merece ser lastimado tras negarse a degradarse. La seriedad de su tono y frialdad de su mirada despertaron sus nervios, dándose cuenta un lo había arruinado.

-N-no!, no n-no no es tu culpa Mob!, r-realmente dije cualquiera cosa!. Exclamaba nerviosamente tratando de borrar esa fría mirada de el rostro ajeno. -O-olvida lo que dije Mob! No-

-Entonces lo que dice no siempre es verdad?, creía que siempre decía que usted tenía la razón, Maestro.

La penetrante mirada clavada en sus ojos fulminantemente lo abrumaba considerablemente, agitando sus manos en nerviosismo.

-N-no!, si puedes confiar mi Mo-

-Así que los consejos que usted me daba, los decía por decir?.

No tenía salvación, se maldecía internamente por no haber prestado atención y decir toda esa palabrería por decir, sin haber pensado en cómo afectaría a Mob.

-Creo que debería pensar más sus palabras, maestro Reigen, no sabe a cuánta gente puede mal influenciar. Decía fríamente mientras se levantaba de su asiento.

Un minuto de tu tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora