CAPITULO 4

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YeoSang logró su objetivo.

Escapar...perdón, evitar a JongHo tan pronto terminó su serie de pesas. Su vergüenza lo impulsó a ducharse y cambiarse a velocidad luz en el vestidor, sin topárselo en ningún momento, tal como había esperado.

Entonces, ¿por qué no estaba feliz ni tampoco aliviado?

Es más, se sentía patético. Un total cobarde, arrepentimiento corriendo por sus venas por huir de JongHo como si fuera la peste, lo cual no era. De hecho, era todo lo contrario. JongHo encendía su curiosidad de tantas maneras que era confuso; llenaba su cabeza de conjeturas y preguntas, la primera duda en su lista, si el JongHo de ahora, era el mismo que conoció años atrás en el bosque. Aun cuando solo hablaron un día, era alguien importante para YeoSang. Después de todo, fue gracias a sus palabras que obtuvo la valentía para adoptar su forma humana, de lo contrario, quien sabe cuánto habría tardado en lograrlo.

El JongHo de ese entonces, lo llenó de confianza.

A diferencia de ahora, YeoSang flaqueando en confianza, convirtiéndose en un gallina tan pronto vislumbró la posibilidad de que fuera la misma persona.

Pero, no todo era culpa de su cobardía. También era por los inoportunos comentarios de cierto gatito, que lo incomodaron hasta ahuyentarlo del gimnasio...

¿A quién engañaba?

La verdad sea dicha, YeoSang no se encontraba preparado mentalmente para afrontar todo eso. No estaba preparado para encontrarse de repente con su supuesto amigo y mucho menos manejar las sensaciones que le provocaba. Tampoco admitir que, pese a todo ese tiempo, aún cargaba con inseguridades respecto a su apariencia, el estar ejercitándose para obtener un cuerpo musculoso e intimidante, siendo prueba de ello.

Como si aún no aceptara el cuerpo que tenía, sin importar si era humano o animal.

Negando, YeoSang intentó enfocarse una vez más en la clase y en la explicación del profesor. De nada le servía quemarse la cabeza pensando en sus complejos y miedos, mejor enfocarse en aprender algo que, de hecho, si le servía.

Mhm. Muy lógico.

Muy inútil también. Porque, por mucho que lo intentó, no dejó de recriminarse por sus actos y su baja autoestima. Aún después de terminadas las clases e intentar estudiar en la biblioteca, seguía dándole vueltas al asunto.

Agotado por el día, y todo en general, se dirigió al comedor a reunirse con sus amigos para cenar. Necesitaba con urgencia distraerse y que su odiosa consciencia se quedara callada por al menos un minuto.

Si bien todavía era temprano para cenar, con WooYoung tenían la costumbre de comer a esas horas. En parte porque el lugar estaba más desocupado y en parte, porque YunHo y San los podían acompañar antes de regresar a su casa y cenar con los abuelos Jeong.

En fin, cenar con sus amigos seguro distraería su mente y no lo haría pensar en cosas absurdas, por ejemplo, qué hacer al día siguiente cuando viera a JongHo en el gimnasio; el evitarlo sin ser una opción. Sería demasiado obvio...

Como si correr a los vestuarios y desparecer de su vista tan pronto tuvo oportunidad, no fuera lo suficientemente obvio...

YeoSang frunció el ceño ante su insidiosa mentecita y estaba por replicarle, cuando alguien lo llamó por su nombre.

Alzando la cabecita miró en todas direcciones, hasta que lo divisó. WooYoung agitaba su mano enérgicamente desde una de las mesas exteriores, llamándolo una vez más. YunHo estaba sentado a su lado concentrado en su celular, mirándolo tan fijamente, que parecía que le saldría un rayo láser de los ojos y destruiría la pantalla del pobre aparato.

Corazón de Dóberman [JongSang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora