CAPITULO 9

205 44 4
                                    


Convertirse en novios después de una serie de abdominales, no era usual. Tampoco romántico, no al menos con ellos apestando a sudor -YeoSang más que JongHo, gracias a los abdominales-.

Y mucho menos, fue algo racional o lógico.

La verdad sea dicha, fue un acto impulsivo y espontáneo, nacido de la atracción y hormonas del momento; envuelto en volutas de dulce seducción. Se miraron, las palabras nacieron y el "sí" fue inminente.

Rápido, sin dudas ni cuestionamientos, aun cuando solo llevan una semana conociéndose.

Sin embargo, YeoSang no recaía mucho en ese último detalle. En vez de cuestionarse la rapidez del asunto, estaba sumergido en su nube personal de colores rosas y corazones brillantes. Solo reaccionó y regresó a tierra cuando, al salir del gimnasio, JongHo tomó su mano, el gesto sonrojándolo.

Y no fue el único. El oso emitió un tosido para aparentar su vergüenza, JongHo sin creer aún que eran oficialmente novios. Tampoco podía creer que se atrevió a pedírselo al Maltés. Fue un impulso, lo reconocía. Un impulso que nació de ese roce accidental de labios, su corazón explotando de una forma que lo remeció. En ese instante solo supo que quería ser su novio y bueno...ahora lo eran.

Sonrió bobo y habría mantenido esa sonrisa el resto del camino, de no ser porque San justo los interrumpió. Como el buen felino que era, saltó por detrás de ellos y los rodeó a cada uno con un brazo.

- ¡Vamos por comida para celebrar!- anunció San con una de sus más radiante sonrisas.

- ¿C-celebrar? - consultó confuso YeoSang.

- YeoSang, me ofendes con tu pregunta. Recuerda que los felinos tenemos excelente audición – respondió brillante y moviendo sus cejas, insinuante.

Oh. Mierda.

Tanto YeoSang como JongHo sintieron la temperatura subir en sus cuerpos, el sonrojo escalando a niveles abismales por su rostro.

- ¡¿Escuchase nuestra conversación?! – chilló el Maltés indignado y avergonzado a la vez.

- ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué me tapara los oídos?

YeoSang abrió la boca, ninguna palabra queriendo salir porque la indignación era demasiado grande.

- Si – respondió JongHo por él – O podrías haberlo dicho antes, cuando regresaste de los vestuarios después de buscar tu botella de agua...

- ¿Por qué debería haberlo hecho? Eran demasiado adorables de ver – rio entre dientes San – Especialmente cuando regresé y ustedes se pegaron en la cabeza por intentar separarse y aparentar que nada había pasado. Pensé que era mejor decírselos ahora, que no había peligro entre sus cabezas – tarareó divertido antes de soltarlos - ¿Y bien? ¿Qué comemos? ¿O acaso quieren privacidad para seguir ejercitándose?

- Me gustaría privacidad para asesinarte – amenazó YeoSang, gruñón. - ¿Qué dices, JongHo?

- Umm...mi oso nunca ha comido felinos – comentó, rascándose el mentón con su mano libre, en un gesto pensativo- Pero dicen que siempre es bueno probar cosas nuevas- agregó al final, malicioso.

- ¡Hey! Ustedes dos son horribles – bufó San abultando su labio inferior, antes de cambiar el gesto y parpadear sorprendido al darse cuenta de lo escuchado – Espera, ¿dijiste oso...?

Aprensión inundaron los ojos del felino, estos posándose en su amigo, quien lo comprendió al instante.

- Ya sabe que me asustan los osos – aseguró, su mano dando un ligero apretón a la de JongHo.

Corazón de Dóberman [JongSang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora