Mi amada es mía y yo soy suyo.

Capitulo 12. Una declaración

Dios que rico besaba, su lengua jugueteaba por toda mi boca, en un intento de someterme, de dominar todo lo que era. Nuestros cuerpos desnudos en la alberca hacían que fuera mas excitante, quien diría que estar en tu dia libre en una alberca, en celo y con un macho que te va a dejar temblando las piernas seria tan satisfactorio.
Su manos bajaban por mi espalda, yo igual baje mis manos, pero mis intereses eran mas...pulsantes, así que tome lo que es mio, lo acaricie, me encantaría decir que lo podía tomar con mi mano pero no, eran grande, cuando sentí esa textura suave que su miembro me daba podía sentir corrientes calientes desde mi pecho a mi entrepierna, sabia que estaba mojando pero la alberca sin duda se lo llevaba, no me importaba, que ganas tenia de que ese momento dudara, si bien era romántico sentir lo cuidadoso que era nick conmigo quería despertar a aquel hombre que me tomo anoche.

Nick:
Me estaba tomando mi tiempo, Judy empezó a tocarme y a besarme con mas ganas, yo sabia que estaba lista para que fuera mía, y claro que quiero hacerla mía, la alberca me permitía mantener mis sentidos mas tranquilos, pues no estaba el aroma de su celo intoxicando mis entrañas, así que podía divertirme un momento. Baje mi mano para encontrarme con sus labios, si esos labios que me daban acceso a lo mas intimo de ella, y empecé a tocarla, ella se separo de mi beso, jadeo y empezó la acción, podía sentir como me apretaba contra ella, cuando porfi acaricie su clitoris ella recargo su cabeza en mi pecho, toque, subí, baje, en círculos, en zic zac, ella jadeaba, mojaba, mordía y apretaba
— Nick humm - exclamo tan fuerte seguido de un fuerte apretón de piernas que aprisionaron mi mano - ah Dios si - ese era el sonido que su primer orgasmo del día era bueno.
Relajo los músculos, dejo salir mi mano y la cargue a la orilla de la alberca, la deje recostada y que buena vista, por todos los zorros, que pelaje y silueta tan agradable, ver sus pechos rosados con su entrepierna rosada, en ese pelaje gris y ese vientre tan sexy, uff se me paro, y se me paro mucho, la tenia dura. La acomode de tal forma en la que me quede en medio de ella, cuando ella reacciono fue porque sintió y vio mi miembro sobre ella en su vientre listo para entrar en ella.
— Nick ¿porque me haces esperar?
— Oh, pensé que estabas reponiéndote.
—solo mételo por favor - dijo en voz baja
— ¿perdón? ¿Dijiste algo? - sonreí
— Mételo, follame, cogeme como quieras decirlo pero por todas las galletas con queso solo has que mi celo se calme- ok eso solo sexy y no era en tono de suplica, era una suplica honesta de que la tomara.
Con un poco de saliva moje mi miembro, y entre en ella, caliente y húmedo, al estar fuera de la alberca el aroma de ella empezó a desprenderse, eso incendio mi ser, con fuerza tome sus caderas y la meta toda, firme intentando ser lo mas gentil que mis instintos me permitían ser, ella no se quejo al contrario abrir mas las piernas para mi dejando que entrara a tope. Jadee de felicidad y que gusto me daba tenerla a mi merced, que rico era penetrar a tu chica, a tu amor esa hembra que te llena el corazón.
Mis embestidas eran fuertes, sus ojos en blanco y vaya que Judy gemia, gemia fuerte y gemia con ganas y con cada gemido que daba me daba fuerzas para penetrarla mas, un poco mas, mas, me daba la fuerza de entra y que chocaran mis huevos contra ella, que sintiera que con ella yo siempre daría todo de mi con tal de satisfacerla y llenarla.
Cuando menos acorde estaba en el camastro y teniéndola en 4, como toda hembra que te ama hace y como todo caballero que responde la monta, tocar su cervix fue el cielo ella tubo su orgasmo en cuanto empecé a penetarla y topar con mi miembro una y otra vez esa área, y aunque ella se vino y mojo yo no podía parar de meterla, no podía dejar de follarla, ver ese trasero esponjoso y esa colita que me daba a mi y solo a mi para poder llenarla de semen y dejarle a dentro mis cachorros era una idea que me enloquecía, acelere mi ritmo, la tome de los hombro y la baje de tal forma que su trasero quedo levantado pero sus pechos tocando el camastro y fue cuando me libere, cuando mi semen empezó a llenarla de nueva cuenta, era embriagante, era una explosión de gozo, mi nudo aprisiono a mi hembra y era un claro símbolo de pertenencia, no solo de ella hacia mi, mas bien de mi a ella, pues fui yo quien quería y amaba estar atado a ella.
Después de unos minutos sali de ella y empezó a escurrir nuestros jugos y pasión, dios mio que olor tan embriagante salía de ella, se limpio y me miro, con esa mirada entre "me encanto" pero también "no hablemos de esto" lo único que hice fue ir por ella desnudó, dejando que me viera enfrente de ella, tomar sus orejas, mordisquearlas un poco, bajar y besarla.

Judy:
Ver esa seguridad de Nick de caminar desnudo y estar frente a mi me excito un poco, era sexy, era varonil y que bien olía, sus caricias me hacían sentir bien, creo que sin esas caricias me sentiría como objeto sexual de alguna manera, pero que hiciera eso, que me besara que me abrazara... que me miraba como me miraba me hacia sentir tan especial.
— Judy - dijo el - gracias por esto, el sexo es estupendo contigo, eres magnifica, toda tu eres magnifica.
Acaricie su pelaje y baje císmanos acariciando sus partes, subí de manera lenta mis manos hasta su pecho y lo tome de su rostro, que lindos ojos, que mirada tan... devoradora me lanzaba pero llena de... de...
—Nick, ¿esto significa que ya somos pareja?
— Torpe coneja, te quiero para mil vidas - digo sin vacilar y sin apartar la mirada.
— No bromees conmigo - dije pensado que quizá sus palabras llenas de intensidad fueran una mala broma.
— Judy, se que esto va empezando entre nosotros, pero honestamente espero no tenga fin.
Lo bese y el me cargo entre los brasos, bajamos hasta la cocina, desayunamos y nos acurrucamos juntos en la cama, pero nos duro poco, pues el celo y los instintos de nick me llenaron el corazón y algo mas.