ᥫ᭡ 𝟫.- 𝖬𝖺𝗋𝖼𝖺

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Ya por fin era otro día, me levanté e hice mi rutina de mañana. Al parecer Valentina no volvió de donde había dicho que estaría, pues no se encontraba en su cama. Probablemente allá se quedó a dormir con el novio.

Fue un día normal realmente, era lo mismo de siempre. Ya me quedaba como dos semanas para que me fuera, porque estaría loca si me pienso quedar. Tengo muchas cosas que hacer (ya no quiero estar aquí).

Ya fue en la noche que me quedé sola, pues Silena estaba con su ya oficial novio, Valentina estaba con un chico llamado Ryan al que solo sabemos el nombre y eso que nos lo dijo a regañadientes, Lilac salió con las hijas de Demeter, específicamente con Katie, y Audrey no sabía dónde estaba.

Me quedé sola en la habitación compartida escuchando un poco de música y ordenando mi lugar, al parecer Audrey me contagió su gusto por limpiar.

Pronto se escucharon las tres campanadas para la cena y dejé lo que estaba haciendo para ir a cenar, cuando de repente escuché como tocaron la puerta. ¿Quién podría ser? Me dirigí hacia la puerta para descubrirlo.

Ahí estaba ella, sus ojos cansados mirándome con un poco de molestia y sus labios fruncidos en forma de puchero, me dieron ternura . Clarisse había entrado a pasos grandes hacia la cabaña, lanzando su espada hacia otro lado para acostarse en el sillón rosado.

En silencio observé todo el camino que había hecho desde la puerta hasta donde estaba acostada, enseguida fui hacia ella. Me senté a su lado y sin saber que decir, solamente pasé mis manos por su cabeza, específicamente por su cabello rizado.

- ¿Pasó algo, Clarisse? - pregunté casi en un susurro, pues no quería que mi voz la hiciera agobiarse más.

La morena mantuvo un silencio tras negar con la cabeza y soltar un suspiro exhaustivo de su boca. A regañadientes, se acercó más a mí, poniendo su cabeza sobre mi muslo.

- No es nada, princesa. - dijo finalmente, mirandome a los ojos aún con ojos cansados.

- Anda, dímelo. No tienes porque mentirme. - aseguré.

Solamente volvió a dar un largo suspiro, acariciando su cabeza contra mi muslo más hacia mí y volteó su rostro hacia otro lado.

- Simplemente no quiero hablar de eso ahora. - se limitó a decir.

No dije nada más, no era momento de preguntar o sentir curiosidad, lo comprendí. Ahora Clarisse solo quería descansar pues a lo mejor tuvo un día malo o cansado y yo al querer fastidiarla con más preguntas la harán sentir peor. Así que solo dejé que descansará en donde estaba.

Entonces decidí que debía consolarla, ráscandole su cuuero cabelludo lentamente, en forma de aliviar esas preocupaciones o el mal día que pudo haber tenido. Poco a poco, la tensión que había en ella se iba, dejándola más relajada.

- ...¿quieres ir a entrenar? Sé que siempre te calma.- sugerí, con una cálida sonrisa aún masajeando su cabeza.

Todo lo que hizo fue tararear una vez y levantar ligeramente las cejas ante la sugerencia.

- Tal vez más tarde... - respondió Clarisse mientras se acercaba a mi hombro, inclinando su cabeza más cerca, en mi cuello. -Me siento demasiado cómoda con mi chica.

¿Desde cuándo nos tratamos así, Clarisse? Aquellas palabras hicieron que me sorprendiera y levantara las cejas ante tal reacción. Sé que lo que está haciendo en mí esta mal, pues a veces está bien pero otras veces no, y eso me tiene un tanto confundida.

- ¿A qué te refieres con..? - no dejó que terminara la oración cuando sus labios tocaron los míos, probablemente para que me callara.

Abrí los ojos con sorpresa, los cuales cerré al senti como Clarisse tomó con su mano mi mejilla para acercarme más a ella. No podía creerlo, lo que juraba que no pasaría, sucedió. Había dado mi primer beso, con Clarisse, con la que se suponía que nunca se lo daría.

𝒢𝐫𝐞𝐞𝐝𝐲 ༅ || Clarisse La Rue. ⬷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora