Ese armario me cambió (Jori)

Capítulo 2: Descubriendo Sentimientos

El fin de semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, con Jade y Tori incapaces de sacarse de la cabeza lo ocurrido en el armario del conserje. El lunes por la mañana, el sol brillaba intensamente sobre Hollywood Arts, y la escuela estaba llena de estudiantes que charlaban animadamente sobre sus fines de semana.

Jade caminaba por los pasillos con una expresión imperturbable, pero por dentro, su mente estaba en un torbellino. Cuando llegó a su casillero, abrió la puerta con un poco más de fuerza de lo necesario, lo que hizo que un par de estudiantes cercanos la miraran con cautela.

—Jade, ¿estás bien? —preguntó Cat Valentine, apareciendo de la nada con su habitual sonrisa.

—Sí, Cat, estoy bien —respondió Jade, sin apartar la vista de su casillero.

Cat la miró con curiosidad, pero antes de que pudiera decir algo más, Tori apareció al final del pasillo. Sus ojos se encontraron brevemente, y ambas sintieron una corriente eléctrica pasar entre ellas. Tori se acercó con una sonrisa nerviosa.

—Hola, Jade. Hola, Cat.

—¡Hola, Tori! —dijo Cat, alegremente—. ¿Cómo fue tu fin de semana?

—Bien, gracias, Cat —respondió Tori, pero sus ojos estaban fijos en Jade—. Jade, ¿podemos hablar un momento?

Jade asintió, cerrando su casillero de un golpe.

—Sí, vamos.

Se alejaron del bullicio del pasillo, buscando un lugar más privado para hablar. Finalmente, encontraron un rincón tranquilo cerca del auditorio.

—¿Sobre qué querías hablar? —preguntó Jade, cruzándose de brazos.

Tori respiró hondo, tratando de ordenar sus pensamientos.

—Sobre lo que pasó el viernes por la noche. No he dejado de pensar en ello.

—Yo tampoco —admitió Jade en voz baja.

—Quiero... quiero entender qué significa esto para nosotras —dijo Tori, mirándola directamente a los ojos—. Porque siento que es importante, pero no sé cómo manejarlo.

Jade la observó durante un largo momento antes de responder.

—Yo tampoco sé cómo manejarlo, Tori. Pero sé que no quiero ignorarlo. Tal vez deberíamos intentar pasar más tiempo juntas, ver qué surge de eso.

Tori asintió, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo.

—Sí, me parece una buena idea.

Decidieron mantener su nueva relación en secreto por el momento, al menos hasta que pudieran entender mejor lo que significaba para ambas. Durante las siguientes semanas, comenzaron a pasar más tiempo juntas, trabajando en proyectos y simplemente charlando. A medida que se conocían mejor, se daban cuenta de que tenían más en común de lo que pensaban.

Una tarde, después de clases, se encontraron en la sala de ensayo. Estaban solas, y la tensión entre ellas era palpable. Jade se sentó en una de las sillas, observando a Tori con una expresión pensativa.

—¿En qué piensas? —preguntó Tori, sentándose a su lado.

—En nosotras —respondió Jade, sin rodeos—. En lo que está pasando aquí.

Tori asintió lentamente, sintiendo su corazón latir más rápido.

—Yo también he estado pensando en eso. Y creo que... creo que esto podría ser algo real.

Jade la miró, sus ojos brillando con una mezcla de esperanza y miedo.

—¿De verdad lo crees?

—Sí, lo creo. —Tori tomó la mano de Jade, entrelazando sus dedos—. Y quiero intentarlo, quiero ver adónde nos lleva esto.

Jade se inclinó hacia adelante, sus labios encontrando los de Tori en un beso suave y lento. Fue un beso lleno de promesas no dichas y emociones intensas, un beso que decía más de lo que las palabras podían expresar. Cuando se separaron, ambas estaban respirando con dificultad.

—Quiero que esto funcione, Tori —dijo Jade en voz baja—. Pero también tengo miedo de que salga mal.

—Lo entiendo —respondió Tori, acariciando la mejilla de Jade con ternura—. Pero no sabremos si no lo intentamos. Y estoy dispuesta a intentarlo contigo.

Pasaron el resto de la tarde juntas, hablando y riendo, descubriendo más sobre la otra y disfrutando de la compañía mutua. La conexión entre ellas se hacía más fuerte con cada momento compartido, y ambas empezaban a darse cuenta de que lo que sentían era más profundo de lo que habían imaginado.