Cigarrillo

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Los zapatos de Gekko resonaban contra el suelo mientras se dirigía desde la sala de informes al laboratorio de Deadlock. El informe había sido rápido, justo como a él le gustaba. Actividad del portal. Sitio de construcción de Kingdom. Plantar la spike. Bla, bla, bla. La habitual mierda del fin del mundo con la que tenían que lidiar.

Mientras caminaba, no podía evitar pensar en Yoru. Esos momentos en la enfermería fueron... intensos. La forma en que Yoru lo había mirado, la forma en que sus frentes se habían tocado, era como si estuvieran al borde de algo grande, algo que les cambiaría la vida. Y luego Reyna tuvo que entrar y arruinar el momento.

Respiró hondo, exhalando lentamente mientras trataba de recoger sus pensamientos. Estaba emocionado, claro, pero también nervioso. Quería,no...necesitaba que esta misión saliera bien. Porque cuanto antes terminara, antes podría volver con Yoru.

"Vale, concéntrate," se dijo a sí mismo mientras finalmente llegaba a la puerta del laboratorio. Vaya, ¿por qué tenía que tener uno de los laboratorios más alejados del ascensor? "Sacar a Thrash, hacer la misión, salvar el día y volver con Yoru. Simple, ¿no?"

Tocó la puerta, esperando a que Deadlock respondiera. Mientras esperaba allí, sus pensamientos seguían derivando hacia Yoru, hacia la enfermería, hacia ese casi beso. Sacudió la cabeza, tratando de aclararla. Ahora no era el momento.

Después de esperar unos 30 segundos y no obtener respuesta, volvió a tocar, un poco más fuerte esta vez. El sonido de su mano contra la puerta de metal resonó por el pasillo. "¿Deadlock? ¿Estás ahí?" llamó, pero una vez más no obtuvo respuesta. Fue entonces cuando notó que la puerta estaba ligeramente entreabierta. Un hilo de luz se filtraba por la grieta, proyectando una delgada línea en el suelo.

"Bueno, esto es... raro," pensó. Deadlock usualmente era meticulosa con la seguridad, especialmente en su laboratorio. Pero necesitaba a Thrash para la misión, y si Deadlock no estaba por ahí, supuso que no le importaría que él entrara a buscar a su compañera radívora y se marchara.

Respirando hondo, empujó la puerta y entró. Lo que vio lo dejó paralizado, con los ojos bien abiertos.

El laboratorio era un desastre, una zona de desastre completa. Papeles esparcidos por todas partes ,vasos , tubos de ensayo volcados, su contenido derramado sobre la mesa y goteando en el suelo. Una silla estaba volcada, y algunos de los gadgets de Deadlock estaban esparcidos de manera desordenada, como si un mini tornado hubiera pasado por allí.

"Maldita sea, ¿qué diablos pasó aquí?"

Entonces la vio. Deadlock estaba desmayada en un sofá en el fondo del laboratorio, roncando como un tren de carga. Thrash estaba acurrucada bajo su cabeza, sirviendo como una almohada improvisada. Su brazo protésico colgaba del lado del sofá, con una bolsa vacía de golosinas agarrada en su mano.

Gekko no pudo evitar reír. "Bueno, esto es algo digno de ver," pensó, sacando su teléfono para tomar una foto rápida. "Material para chantaje"

Navegando cuidadosamente por el campo minado de papeles esparcidos y aparatos volcados, Gekko se acercó de puntillas al sofá. Puso una mano sobre Deadlock, medio esperando que se levantara de golpe como una de sus máquinas. En cambio, ella resopló y murmuró: "No, no comas eso, Thrash..." su rostro se arrugaba mientras dormía.

Gekko sofocó una risa. "Deadlock," dijo dándole un suave empujón en el brazo.

Esta vez, ella se levantó de un salto, con los ojos abiertos y desorientados Miró alrededor, sus ojos aún nublados por el sueño, hasta que finalmente se posaron en Gekko. "¿Cómo entraste aquí?" balbuceó, frotándose los ojos con su mano natural mientras la protésica aún sostenía la bolsa vacía de golosinas.

A solas contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora