Confesiones

24 6 0
                                    


Jett estaba harta. Total y absolutamente harta. Los últimos tres días habían sido una vergonzosa sucesión de miradas incómodas, conversaciones forzadas y una tensión tan densa que podía cortarse con un kunai. Y los culpables eran Gekko y Yoru. Habían pasado de ser buenos amigos a actuar como si no pudieran soportarse mutuamente. Era algo que la estaba volviendo loca.

El primer día fue extraño pero manejable. Jett entró al comedor y vio a Yoru sentado solo, jugueteando con su comida como si estuviera realizando un experimento que salió mal. Gekko, por otro lado, estaba al otro lado de la sala, en la mesa donde usualmente se sientan los novatos, conversando con Deadlock, pero lanzando miradas furtivas a Yoru cuando creía que nadie lo notaba. Fue como, "Está bien, extraño, pero tal vez solo tuvieron una pequeña pelea. No hay de qué preocuparse".

El segundo día fue peor. Durante una sesión de entrenamiento, Yoru se mostraba a sí mismo o a quienes entrenaban con él tantas veces que Jett estaba segura de que al final se quedaría ciega permanentemente. ¿Quién hace eso? ¿Y Gekko? Estaba tan distraído que no lograba convocar adecuadamente a su equipo en varias ocasiones. Dijo que era por estrés mental, y que era una excusa justa, pero también sonaba como si estuviera evitando algo más cuando lo decía.

Para el tercer día, era como si se estuvieran evitando activamente el uno al otro. Yoru entraba a una habitación, veía a Gekko y luego ponía alguna excusa poco convincente sobre la necesidad de pulir sus cuchillos o algo así. Gekko, por su parte, encontraba formas cada vez más creativas de estar en cualquier lugar donde Yoru no estuviera. Era como ver dos imanes de la misma polaridad intentando acercarse pero siendo repelidos en el último segundo.

Jett ya había tenido suficiente. Esto no solo era incómodo; estaba afectando su rendimiento como equipo. Y en su línea de trabajo, ese tipo de mierda podría provocar la muerte de alguien.

"Está bien, escuchen, ustedes dos", anunció Jett, dejándose caer en el sofá del área común e indicando a Neon y Phoenix que se unieran a ella. "Tenemos una situación y me está empezando a enojar. Estamos teniendo una reunión obligatoria para 'Descubrir qué está pasando'. Ahora".

Phoenix levantó una ceja, claramente intrigado por el repentino arrebato de Jett. "¿Qué está sucediendo?"

Neon le lanzó una mirada de complicidad. "Gekko y Yoru".

"¿Qué pasa con ellos?" preguntó Phoenix, despertando su curiosidad.

"¡Están siendo jodidamente raros! Se evitan mutuamente como la peste, y eso hace que todos se sientan incómodos. Es como ver un drama malo entre dos hombres adultos que no saben cómo manejar sus sentimientos. Es tan cliché".

Phoenix, que aparentemente había estado felizmente inconsciente de toda la situación, parecía desconcertado. "Espera, espera, espera. ¿Me estás diciendo que Gekko y Yoru están enamorados el uno del otro? ¿El uno del otro?"

Jett se golpeó la cara. "Amigo, ¿has estado viviendo bajo una roca? Se han estado mirando con corazones en los ojos desde que Yoru despertó de su mini coma. Bueno, lo estaban, hasta lo que sea que pasó hace tres días".

Phoenix se rascó la cabeza, tratando aún de asimilar esta nueva información. "Eh. Supongo que nunca me di cuenta".

Neon puso los ojos en blanco, claramente exasperada por el olvido de Phoenix. "Por supuesto que no. Eres tan observador como una roca cuando se trata de cosas como esta".

"¡Ey! No soy tan malo".

Jett suspiró y se pellizcó el puente de la nariz. "Chicos, concéntrense. Necesitamos descubrir qué está pasando con ellos y solucionarlo antes de que afecte nuestro desempeño en las misiones".

A solas contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora