Incógnita

64 11 3
                                    

-¡¿CÓMO PUDO HABERSE LIBERADO?! -Gritaba Ford por los aires.- ¡Tanto que nos costó acabar con él para que esté de vuelta! ¡Ya estoy demasiado viejo para hacer todo ese circo que hicimos en el Raromagedón otra vez! ¡Y en esta ocasión no está el zodiaco completo!

-¡Olvida a ese triángulo! ¡Mi bebé está en peligro! ¡Tenemos que protegerla!

-Basta, basta -Trataba de tranquilizar a todos-, no llegaremos a ningún lado gritando a la nada y enojándonos. Primero que nada, hay que entender cómo pudo haberse liberado. De esa manera quizá podamos hallar pistas para encerrarlo nuevamente o acabarlo directamente. 

-No suena mal, pero esa va a ser la parte más difícil. No es como si fuera a quedarse a platicar sobre su día con nosotros, va a querer sacarnos los dientes. ¡Nos odia! -Replicó Ford.

-Lo sé... Entonces pensemos en otro plan... -Me mantuve en silencio tomando mi barbilla con la mano izquierda hasta tener otra idea.- ¡Espera! ¡Mabel! -Dirigiendo mi mirada a la antes mencionada quien dio un brinco de sorpresa.- Dijiste que Bill buscaba algo y que tú se lo quitaste, ¿No es así?

-Si... -Dijo enarcando una ceja no muy confiada de mí. 

-Habrá que encontrar lo que sea que esté buscando, de esa manera quizá sea posible negociar con él.

-¡¿Me estás diciendo que quieres hacer un trato con él?! -Había enfurecido al tío Ford.- ¡Dipper! ¡Es la idea más tonta que te he oído decir!

-Y déjame adivinar, me pondrás a mí de intermediario para sacarle pistas ¿No es cierto mañoso?

Mabel me había descubierto. ¡Demonios!

-Bueno, no se me ocurre algo más. 

-No quiero exponerme a Bill. No sé qué es lo que podría hacerme.

-Pero quedarnos de brazos cruzados tampoco es una opción.

-Sólo se me ocurre un plan... -Dijo Ford.

Supuse que tendría un plan ingenioso para sacarnos de este embrollo y estaba más que dispuesto a apoyarlo en lo que me dijese, lastimosamente no creí que veinte minutos después estaría empacando de nuevo para regresar a casa.

Su gran plan era echarnos a patadas del pueblo. ¡No era justo! Dice que lo hace para mantenernos a salvo pero no se da cuenta de que queremos ayudar, o bueno, yo deseaba ayudar en todo caso. "Será más fácil si nosotros vamos a visitarlos a ustedes, además, ¡Hace mucho que no visitamos California!", eso fue lo que me dijo. Llevamos menos de una semana en el pueblo, la cual no hemos podido disfrutar para nada, ni siquiera hemos visto a nuestros amigos ¿Y ya debíamos irnos? Esto es un asco...

No obstante, Ford me entregó un pequeño regalo antes de irnos sólo en caso de que nos encontremos con Bill teniendo en cuenta que podía meterse a la mente de Mabel. No sabía qué era o qué hacía, pero simulaba ser un lapicero común y corriente con una aparente luz infrarroja en el otro extremo. La única instrucción que me había dado era que no lo usara por nada del mundo a menos que Bill se aparezca y que lo sujetara con fuerza al momento de activarlo.

-Pero tío Ford... Acabamos de llegar, no me quiero ir... 

-Lo siento Mabel, esto es lo mejor que podemos hacer... Ya te has expuesto a bastante peligro estos días. 

-Tío Stan, dile algo... -Suplicaba con ojos de perrito.

-Lo siento pequeña, por más loco que suene esta vez estoy de lado de mi hermano. Queremos lo mejor para ti -Acariciaba su rostro con dulzura-, y por ahora lo mejor es hacer que vuelvan a casa. No lo digo sólo por ti -Volteando su mirada hacia mí-, sino por tu hermano también...

Reflejos De Inframundo #MabillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora