Eres Nuestro

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POV GENERAL

El joven vampiro que yacía desmayado en el sillón escuchaba murmullos a su alrededor, confundido comienza a abrir los ojos lentamente y cae en cuenta de la situación en la que está, al recordar los acontecimientos que habían sucedido anteriormente. Aturdido se endereza rápidamente y se sienta analizando el espacio en el que se encontraba, el cual no le era para nada familiar. Se tensa brevemente ante cualquier signo de peligro, pero se relaja cuanto siente aquellos conocidos aromas provenientes de sus almas gemelas. Nunca había visto una casa tan buen decorada como la suya, aunque está tenía detalles más tradicionales con acabados de madera, una mezcla entre lo moderno y lo contemporáneo.

Después de echar un vistazo, Edward permaneció sentado en su lugar reflexionando sobre toda su existencia, si Jasper se encontrará con él seguramente le diría que estaba muy feliz y desconcertado en algún punto. Sorprendentemente no le incomodaba la idea de tener dos almas gemelas, teniendo en cuenta que este suceso no era tan frecuente como se imaginan. De por sí, era un milagro que ellos lo hayan encontrado. La vida realmente actúa de formas misteriosas pero no somos nadie para contradecirla solo esperar el devenir de la misma.

El joven vampiro se tensó por un momento al verlos entrar, se sentía totalmente cohibido ante ellos. Eran unos dioses griegos a su parecer, ambos más altos que él y el aroma que desprendían era de familia. Por suerte sabía disimular un poco sino ya estaría babeando al ver como se sonreían entre ellos, para después voltearlo a ver. Seth le sonrió con ternura y lo vio con total adoración, Forks ya no le parecía tan desagradable después de haberlos encontrado. Su lobo ronroneaba gustoso por la aceptación de ambos y su lado posesivo le reclamaba estar más cerca del vampiro más joven. No sabia el por que de eso, pero se contuvo, no quería actuar tan salvajemente por así decirlo. Por otro lado, Stefan no veía la hora de hincarles el diente a ambos para marcarlo como suyo, el no era de ser posesivo pero ellos despertaban una faceta que no sabía que tenía. Ni siquiera cuando salía con Elena tenía esta necesidad.

Los tres permanecieron sentados en sus lugares disfrutando el momento que no era incomodo, para nada, al trío le encantaba llenarse del aroma del otro, mientras estudiaban cada detalle de sus rostros y, alguna que otra mirada que se desviaba a la fisonomía de cierto vampiro, que al darse cuenta volteaba el rostro tímidamente por lo insistente que eran. Se sentía en llamas literalmente. Y los otros dos disfrutaban de avergonzando y ver lo que causaban en el.

De la nada, llegó Damon de forma estruendosa y se sentó en el sillón en el que se encontraba Edward, al cual abrazó por los hombros con una sonrisa sobresaltandolo del susto mientras trataba de apartarse. Sin embargo, el asustado terminó siendo el al ver sisear a su hermano como nunca antes lo había visto y a aquel chico desconocido que parecía ser un metamorfo por su aroma.

Damon: ¿Que mierda Stefan?- le pregunto apretando inconscientemente a Edward en su brazo con más fuerza de la que debería, el cual se quejó por lo bajo por lo brusco que era el hermano de su pareja.

Esto incrementó el enojo de ambos seres sobrenaturales al ver y escuchar a su alma gemela ser lastimada. Gruñeron aún más y Seth parecía estar a punto de transformarse. Ambos tenían la mente nublada por sus emociones, actuando por puro instinto. Todo se calmó cuando Elena llegó para aliviar la situación que había provocado su impulsivo marido. Los años de conocimientos lo tenía de adorno al parecer.

Elena: Damon Salvatore suéltalo ahora- Le dijo a este enojada.

Damon acato sus órdenes sin dudarlo, no quería morir todavía, menos descuartizado por su hermano y aquel lobo. Lentamente dejó salir a Edwar de sus brazos y se alejó de él para llegar hasta donde Elena se encontraba, la cual le tiró de la oreja por testarudo.

Damon: ¡Ya! Amor ya entendí, suéltame, ¡Duele!- se quejaba mientras su mujer lo sentaba al lado de ella en otro de los sillones de la sala. Si, tenían muchos de estos.

Elena: Bueno, al parecer tenemos mucho de que hablar y bienvenidos a la familia Salvatores, disculpen a este idiota- Se disculpo viendo como su cuñado y aquel joven sentaban a Edward entre medio de ellos.

Será una larga noche...