Estoy yo como todos los días haciendo mi ruta por el bosque, no hay ninguna diferencia a otros días, así que me centré en cazar, a mi derecha hay una ardilla que daría para al menos una persona, y si hago un movimiento brusco se asustará, me voy moviendo poco a poco y cuando la tengo a tiro tenso el arco, apunto y disparo, y como siempre le había acertado de lleno en el corazón. No es por alardear ni nada de eso, pero he de admitir que soy demasiado bueno con el arco, no creo que nadie que conozco ni conozca me supere... Aunque eso ya está claro ya que la única persona con la que mantengo contacto es mi hermana pequeña, la única persona que me importa en el mundo, la razón por la que abandoné la cómoda vida en el castillo del señor y me puse frente a un bosque salvaje lleno de peligros como por ejemplo jabalís o celestes, que para mi entender son lo mismo, o casi, creo que los jabalís son más listos o al menos todos los que me encontré, porque la mayoría de los jabalís en cuanto me veían un cuchillo o una flecha huían, en cambio los celestes se lanzan a por mí, sin importarles si llevo un arma con el que les puedo arrebatar la vida, que les puedes mandar a paseo con solo un movimiento, pero bueno... Los humanos somos estúpidos, ¿no es así? Es la pura verdad, o al menos la verdad que yo veo.
Hablando de humanos... De nuevo esa niña, ¿pero a qué viene al bosque? No lo entiendo, solamente quiere morir por lo que se puede observar, lleva unos cuantos años viniendo, lo extraño es que nunca la pillaron, es bastante hábil, pero aun así me preocupa, y me da curiosidad al mismo tiempo, pero no me puedo fiar, dejar mi escondite y hablar con ella, es demasiado peligroso por si vive en el castillo o algo, no me pienso arriesgar... Aunque la curiosidad cada vez va en aumento, además de que parece que tenga mi edad, yo tengo 15 y ella parece tener unos trece...
Bueno, voy a por la ardilla y volveré a "casa", ya que a una cueva no sé si se le puede llamar casa, pero es donde vivo con mi hermana de 9 años, me da pena que no pueda salir de la cueva pero es demasiado peligroso si sale, con todo lo que hay aquí fuera... Ahora que lo pienso le dijera que hoy volvería pronto, me tengo que dar prisa, cogeré algunas bayas y frutas y volveré...
Un rato más tarde en la cueva...
-Ya estoy aquí-Digo, a lo que Aroa (mi hermana) viene corriendo hacia mí y me abraza. Ella siempre está feliz, lo que hace que mi día a día se haga un poco mejor de soportar, no sé qué haría sin ella...
-¿Qué tal te ha ido la caza, hermanito?-Me pregunta, a lo que yo respondo:
-Se podría decir que bien, cogí una ardilla bastante grande, y después encontré otra zona en la que hay esos frutos que tanto te gustan-Le digo dándole unos frutos de los cuales su nombre no sé, pero mi hermana les dio el nombre de "frerizas", dijo que inventó el nombre a partir de las fresas y las cerezas porque le gustan mucho al igual que esos frutos, a decir verdad el nombre le va que ni pintado, ya que tienen una forma parecida a las fresas solo que son también parecidas a las cerezas... La forma de las frerizas es rara, pero están riquísimas y llenan mucho la tripa.
-¡Bieen!-Dice saltando y cogiendo las que le di. Es tan mona cuando se emociona con pequeñas cosas.
-Voy a preparar la cena, ve a jugar por la cueva y cuando te llame vienes, como todos los días, ¿de acuerdo?-Le digo.
-Síiii-Me responde mientras se va corriendo hacia dentro de la cueva, la verdad es que esta cueva es bastante espaciosa y eso es bueno.
Cojo la ardilla y voy al lago que hay al lado de la cueva, aunque es pequeño sirve bien para lavar la comida y para bañarse.
Limpio la ardilla, hago un fuego dentro de la cueva en un sitio en el que el humo no llega a salir afuera y así nadie se podrá orientar por el humo para llegar aquí, cocino al animal y voy a coger las frutas y cuando vuelvo a donde está el fuego llamó por mi hermana:
-¡Aroaa, a cenar!-Pero no hay contestación-¡Aroa! ¿Dónde estás? ¡Aroa!-Me empiezo a preocupar, veo por toda la cueva y no está, salgo afuera y la tensión que tenía empieza a aumentar, veo a un lado y al otro cuando la encuentro, está en el lago, ¿pero qué está haciendo ahí? Me fijo hacia donde está nadando y veo que hay una cría de gato ahogándose.
Voy corriendo a la orilla y llamó por mi hermana:
-¡Aroa! ¡Ven aquí ahora mismo!-Grito para que me escuche ya que aún está lejos de la orilla... Pero, ahora que lo pienso, ¿Aroa cuando aprendió a nadar? Yo nunca le conseguí enseñar, muchas veces lo intenté pero nunca lo conseguí ya que huía del agua porque le daba miedo ahogarse...
-¡Hermanito espera, tengo que salvar al gatito o si no se ahogará!-Me reprocha.
-¡Pero...!-
-¡Hermanito, yo también quiero servir para algo! Al menos salvar a un animal estará bien para empezar... Ya que no conseguí salvar aquella vez al perrito esta vez salvaré a ese gato.-Me dice... Llega al gato y lo agarra, pero entonces no sé qué pasa pero Aroa ya no consigue nadar y se está ahogando. Corro a toda velocidad rodeando parte del lago para llegar a una roca que está alta y me tiro de cabeza, me tiré desde aquí porque está más cerca de Aroa y el gato, sigo bajo el agua buceando cuando veo como Aroa está sumergiéndose en el agua cada vez más y quedándose sin aire, buceo más rápido, la cojo y la llevo a la superficie, nado hasta la orilla y pongo a Aroa en el suelo tumbada y yo me pongo a su lado de rodillas...
-¡Aroa! Aroa...-Digo entre sollozos-Aroa... Por favor... Abre los ojos, solo te pido eso...-Digo mientras la abrazo. Cuando daba todo por perdido la oigo decir:
-Hermanito...-Dice mientras me abraza-No he sido de mucha utilidad, ¿verdad?-
-Sí que lo has sido... Además de superar tu miedo al agua has salvado a un gatito, aunque nunca más me des estos sustos... Casi me muero...-Digo mientras le sonrío amablemente. Y ella también me sonríe y me enseña sus manos, en ellas tenía al gato.
-¿Me estará agradecido?-Pregunta mirando al gato, el cual le está a lamer la mano.
-Seguro que sí-Digo acariciándole la cabeza al gato.
-Hermanito... Tengo hambre...-
-Jaja, con todo lo que pasó hoy normal que tengas hambre. Anda, vamos a cenar-Digo mientras me levanto-
-¿Me llevas?-Me pregunta.
-Venga sube-Le digo agachándome para que se ponga en mi espalda. Se sube y me levanto y la llevo a dentro, donde está la ropa para cambiarnos, le cojo ropa que tiene en una estantería que le fabriqué, y también cojo ropa para mí, ella se cambia en su "habitación" y yo en la mía, las llamo habitaciones pero son unos trozos en la cueva en la que hay huecos grandes que parecen habitaciones. Yo me puse una camiseta negra larga pero fina, ya que es casi verano y un pantalón azul oscuro largo pero fino al igual que la camiseta y unas zapatillas, la ropa que me puse es cómoda para dormir. Aroa se puso una camiseta fucsia manga corta que tiene unos osos dibujados en el centro y unos pantalones que van en conjunto con la camiseta y tienen los mismos osos solo que en los bolsillos.
Nos pusimos a cenar todos, el gato también, solo que el gato agua y un poco de la ardilla, pero casi nada, Aroa no comió casi, pero casi acaba con todas las frerizas, yo en cambio solo comí unas cuantas frutas de esas.
Nos fuimos a dormir, siempre dormimos juntos y hoy no fue la excepción, solo que hoy el gato durmió al lado de mi hermana.
Este día ha sido agotador...
-Buenas noches...-
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Hola a todos, deseo que os haya gustado el capítulo, y espero que haya sido buena idea hacer esta historia desde el punto de vista de Jonathan :D. Bueno, esto era todo, adiós.
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El Guardián De La Elegida
AdventureJonathan es un niño burlón, amable y valiente que vive en una cueva con su hermana pequeña, Aroa, por la cual tuvo que renunciar a una buena vida, pero eso no le importa con tal de que su hermana se encuentre a salvo y feliz.