Capítulo 8

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De nuevo estoy levitando en un entorno claro, y la voz me vuelve a hablar, solo que la oigo como con interferencias.

-Jonat... no deb... o... el fut... peligro... ¿Entendido?-Yo le pregunto:

-¿Qué has dicho? No te entendí nada-Pero noto como se aleja la luz y me quedo solo en la oscuridad-¡No te vayas! ¡Espera!-

Entonces noto como si estuviera cabalgando un caballo persiguiendo un carro tirado por 6 caballos. El carro vuelca y cae en un barranco y no entiendo por qué noto como si el corazón me diera un vuelco y tengo ganas de correr y saltar.

Pero el sueño se acaba al escuchar un ladrido en mi oreja y despertarme sobresaltado. Veo al lado del ladrido y veo que fue un cachorro que se debió de colar por la noche, ya que el pequeño está a dormir. Lo empiezo a acariciar y se despierta y me empieza a lamer la cara y yo empiezo a reír por las cosquillas. Cuando para se va corriendo, se para y me mira. Parece que quiera que le siga. Me levanto y cuando llego a su lado de nuevo se va corriendo y me espera. Y así todo el rato hasta que llego a una zona con un montón de hojas enormes... No entiendo muy bien lo que me quiere decir pero empiezo a pensar y... Necesito cubrir la entrada de modo que no se vea por afuera. Así que cojo varias hojas y ramas y las llevo a la cueva. Al acabar de tapar la entrada entro y como Angel sigue durmiendo le digo:

- Angel, despierta dormilona, y yo que pensaba que era la persona que más dormía...-Me pongo a espaldas de ella y cojo una manzana. Pero mientras la como veo hacia Angel y veo que está mal, está respirando entrecortadamente y está sudando. Voy a su lado dejando la manzana por ahí.

-Angel, ¿estás bien? ¿Qué pasa?-Pregunto asustado. Ella coge aire y lo suelta hasta que se tranquiliza y me cuenta algo sobre un sueño, en el cual ella estaba secuestrada y caía por un acantilado. Eso me recuerda a mi sueño... Bah, da igual.

-Vaya, menuda pesadilla. Creo que será mejor que cojas algo de aire fresco-Le propongo. Me levanto y le tiendo la mano para ayudarla a levantarse, sólo quiero ser amable. Pero creo que Angel es demasiado borde conmigo, ya que me aparta la mano con un golpe y se levanta. Va hacia la entrada de la cueva y quita algunas hojas para salir y se queda mirando algo con mucha atención. Yo me acerco a ella y le pongo la mano en el hombro pero me da un golpe para quitarla. Aunque Angel parezca pequeña y débil aún pega fuerte.-¡Auch! ¿Pero qué te pasa conmigo? ¿Por qué me pegas?-Me mira y me contesta simplemente:

-No me toques-Y se va a junto de la gata y le dice a esta-¿Qué nombre te voy a poner?-Empieza a jugar con la gata y yo le propongo:

-¿Qué te parece Lucy?-Pero su contestación ya me hace explotar de rabia:

-A ti no te pregunté nada, así que lárgate y piérdete por el bosque-No me pude controlar y le dije gritando:

-¿¡Te crees que quiero estar aquí!? ¿¡Te crees que me lo paso bien estando contigo y que me trates así al intentar ser amable!? No, por mí ayer al verte un segundo me habría largado, pero me quedé porque hice una promesa y no pienso romperla-Y en susurros digo-Debo encontrarla...-Ella contesta a mi acusación:

-Yo... Perdona, supongo que estoy un poco afectada por...-Se calla y empieza a llorar y para que no la viera agacha la cabeza- Lo siento, yo... Mejor me voy, no te quiero ser un problema, vámonos gata.-No... No se puede ir. Sin ella no podré encontrar a Aroa.

-¡¡No!! ¡Espera...!-Mierda... ¿Por qué hablé? Ahora se siente culpable o algo... No debí hablar, ahora a saber dónde se metió. Empiezo a correr hacia donde se fue. Después de un rato buscando escucho sollozos. Corro hacia ellos pero al llegar veo que el chico verdaderamente es pesado. Está a punto de coger a Angel pero antes de hacer eso yo grito y le "sorprendo", lo digo entre comillas porque al gritar solamente me mira-¡Aléjate de ella!-Digo mientras me pongo en posición de lucha y aparecen destellos en mis manos y aparece la espada, solo que esta vez tiene tonos rojizos como si fuera fuego en la empuñadura. El chico pone una sonrisa de superioridad y me dice:

El Guardián De La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora