Mírame

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Félix sentía una mezcla de miedo y seguridad, sabía que Hyunjin estaba a solo unos metros de él, sin embargo, ver de frente a quien le hizo tanto daño, lo hacía sentir pequeño y asustado.
Aún así, no estaba dispuesto a dejar que lo viera como un gatito acorralado.

- Veo que no hay basurero lo suficientemente grande para guardar una mierda como tú - habló el rubio

- Y veo que no hay lugar donde no puedas dejar de ser una pequeña zorra - respondió el hombre frente a él.

Félix no iba a quedarse viendo como lo insultaban en su propia casa, así que respiro hondo y pesado, tomó valor y se dio media vuelta.

- Oye, mocoso, no te dijo tu mamá que es de mala educación dejar a los adultos hablando solos? - gruño con enojo mientras lo tomaba del brazo.

- Entonces comportarte como uno de verdad - respondió el menor, mientras se soltaba del agarre del alfa.

- Te haz vuelto descarado, pero no lo olvides, no puedes escapar de mi. -
Dicho esto, el mayor soltó una cantidad considerable de feromonas, las cuales desestabilizaron al menor.
- Veamos si sigues siendo insolente cuando nuevamente esté dentro de ti.-
Dijo mientras lo arrastraba fuera de la casa sin que nadie lo notara.

Hyunjin estaba en la habitación de Minho, hablando sobre el tema del matrimonio del padre del mayor, cuando sintió a su lobo arañando su interior. Esto no podía ser bueno, la pequeña bestia siempre se portaba bien, solo perdía el control así cuando se trataba de... Hyunjin salió corriendo de la habitación, bajó a toda prisa las escaleras.

Al llegar al jardín no pudo ver al menor por ningún lado, pero si pudo percibir su aroma y sus feromonas definitivamente eran de miedo, así que su instinto se alertó aún más.  Monto su motocicleta y condujo en  dirección al rastro de Félix.
No estaba muy lejos de ahí, por lo que llegó en cuestión de minutos, minutos que eran decisivos para el omega.

Cuando el joven alfa se acercó a la camioneta donde el aroma a fresas era más fuerte, golpeo con el puño la ventana del asiento trasero, haciendo que esta explotara en mil pedazos.
Lo que encontró terminó por hacerle perder la poca cordura que aún tenía.

El hombre estaba sobre el cuerpo de Félix, quién apesar de estar sometido por sus feromonas, resistía y luchaba por quitárselo de encima.

- Niño, no ves que...

La frase no puso ser completada, pues Hyunjin lo saco por la ventana tirando de su camisa abierta.

- Maldito, no sabes...

- Aquí el que no sabe nada, eres tú - interrumpió Hyunjin quien tenía su bella mirada dorada, totalmente perdida en el hombre frente a el.

El menor de los alfas empezó a soltar una gran cantidad de su esencia empapando al mayor con ella.

Las feromonas que desprendía Hyunjin eran pesadas, sofocantes y  aterradoras. El alfa mayor empezaba a perder toda la fuerza de su cuerpo, pero el menor no paraba de someterlo.

Minho llegó en su motocicleta, pues se había quedado preocupado por la forma en la que su mejor amigo salió de su casa.

- Hyunjin, qué pasa? - grito Minho sin acercarse demasiado, sabía que si esa nube de feromonas lo alcanzaba, estaría en problemas.

- Saca a Félix, llévatelo de aquí.

La voz que salía del cuerpo de su amigo, definitivamente no era la suya.
Entonces Minho lo supo, su lobo había tomado el control, así que no tenía otra opción más que obedecer.

Entro a la camioneta y se encontró con un pequeño Félix semidesnudo y con casi nada de conciencia. Lo cubrió con su saco, pues la ropa del menor estaban desagarrada y lo saco en brazos.

En otras vidas (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora