Capítulo Cinco: Mi suerte

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Que agradable suena la idea de almorzar, ir en busca de esa persona que tanto quieres y encontrarla, tus padres se reconcilien y vivan juntos felices para siempre

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Que agradable suena la idea de almorzar, ir en busca de esa persona que tanto quieres y encontrarla, tus padres se reconcilien y vivan juntos felices para siempre.

Suena tan lindo.

Y a la vez tan irrealista.

Nunca sucedería eso.

Jamás.

"Al fin lo reconoces".

Tan amable mi consciencia, recordándome todos mis sueños por cumplir.

Ahora quiero imaginarme en mi cómoda cama durmiendo profundamente y sin necesidad de despertar en algún momento.

En otras palabras, ¡quiero que se termine Anatomía e irme a mi maldita casa! ¡¿Era mucho pedir?!

El profesor de esta asignatura hablaba tan, pero taaan lentito, que fácilmente sería un canal de ASMR que escucharía en las noches para poder dormir tranquilo.

Un verdadero desafío mantenerse despierto durante la clase de este señor.

Por favor, cállese y váyase a su casa, le pago aunque sea, pero, por favor, ¡se lo suplico!

Coloco una de mis manos en frente de mi boca para que el mayor no vea que me estoy muriendo de sueño. Trato de entretenerme mirando a mi alrededor pero puedo notar que el resto de mis compañeros están igual de adormilados que yo.

Incluso Owen, que él duerme sin vergüenza alguna.

De verdad, necesito irme de este lugar ya. ¿Cuánto tiempo falta?

Reviso mi teléfono disimuladamente y quiero matarme al ver que solo han pasado quince minutos desde la llegada del profesor Stork, ¡faltan dos malditas horas completas!

Voy a tirarme del balcón, definitivamente, no puedo más.

Me doy de baja de Anatomía, jamás podré ser un buen veterinario.

Mis ojos se rinden ante la plática de la columna vertebral de la iguana, ¿o era de la vaca? No lo sé ni me interesa.

La puerta del salón de clases se abre de golpe. Dejando entrar a un unicornio gigante morado que empieza a bailar de manera salvaje y todos gritan emocionados, incluído el profesor.

Detrás del unicornio entran una ballena vestida como una bailarina de ballet, un rinoceronte futbolista con la camiseta de Messi, este lleva un parlante gigante que lo coloca al lado del profesor y la música vibra con fuerza.

El ambiente aburrido cambia de manera drástica a uno más divertido. Todos nos levantamos a bailar al son de las magníficas criaturas que acababan de llegar. Puedo ver a los lejos que incluso el maestro está dando todo lo que su cuerpo puede dar mientras la ballena lo apoya con aplausos.

Las personas se distorsionan, volviéndose más pequeñas o más grandes, se volvían de colores chillones, la música aumentaba y parecía que había cada vez más personas, o más bien, criaturas en el salón.

Una Noche Para AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora