Mi suerte

18 10 1
                                    

Unas manos fuertes rodean mi cintura y la aprietan con deseo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Unas manos fuertes rodean mi cintura y la aprietan con deseo. Sus ojos verdes son jodidamente únicos, nunca he visto ese color en ningún otro lugar. Nuestros labios se juntan y es peligrosamente adictivo cada beso nuevo. La respiración acelerada de ambos, él entrando con una lentitud que me eriza la piel...

—¡Idiota!

Bufo porque mi escenario tan bello es interrumpido. Miro de reojo a la persona que puso fin a mi sueño perfecto.

La mirada aburrida que me dedica Grayson me hace suspirar de una manera exagerada, sé que eso le molesta y debo admitir que me encanta joderlo.

—¿Ya dejaste de fantasear? —me replica en un tono agresivo por mi falta de interés.

—No, espérate un ratito más —cierro los ojos y recibo un golpe en las costillas.

—¿Cuándo será el día que te tomes algo en serio? —me bufa mientras yo rio sin control alguno.

—¡Pero si me estoy tomando muy en serio todo!

—Cosas decentes, Abel, decentes —me deletrea y yo ruedo los ojos divertido—, no tus cochinadas.

—¿Cochinadas?

—¡En lo que andas pensando!

—¿Y en qué estaba pensando?

—¡Yo que mierda voy a saberlo!

—Pues si no sabe, calle papito, que así se ve más bonito —le mando un beso volado y él gruñe.

—¿Comprarás algo? —cambia el tema de manera drástica y yo sonrío victorioso.

—Aquí no venden al hombre de mis sueños —digo de una manera dramática y Grayson aprieta los puños para golpearme.

—Sigues hablando de ese tipo y juro que regreso a Estados Unidos solo —me amenaza.

—¿Ya y lo malo?

Mi amigo de piel color canela tentación sale de la tienda deportiva sin interesarse en sí lo estoy siguiendo. Niego con la cabeza entre risas y salgo corriendo detrás de él.

Lo tomo del brazo al momento de alcanzarlo pero a Grayson no le importa mucho.

—Quiero largarme a Estados Unidos —murmura entre dientes mientras caminamos por el centro comercial de Ballarat.

—¿Por qué? —me quejo con toda la intención con mi voz más aguda—, ¡si no hemos visto las maravillas que tiene Australia por ofrecer!

—Si las maravillas que tiene Australia es ese tipo de la fiesta no me interesa en absoluto —gruñe.

—Deja ya de estar enojado todo el tiempo —le pellizco la mejilla y él me pega, yo rio enseguida y mi amigo se contiene para no matarme en frente de todos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 27 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una Noche Para AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora