When we meet again (Huskerdust)

Capítulo 2: Corte Sybil

Resumen:

La noche de juegos en familia trae más recuerdos de juegos de cartas olvidados hace mucho tiempo.

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Habían pasado unos días desde el agitado y emocionalmente agotador Día de la Muerte de Angel. Muy pronto, la rutina normal volvió a establecerse; Angel Dust se puso a trabajar, Husk se quedó en la recepción y los habituales comentarios sarcásticos y bromas entre ellos se reanudaron. A cualquiera que estuviera fuera le parecería como si nada hubiera pasado. Husk todavía estaba de mal humor y Angel todavía coqueteaba sin descanso. 

Pero para los dos demonios, estar uno cerca del otro se sentía diferente. Más cómodo en un sentido extraño.

Angel confió un poco más en Husk después de escuchar al gato cascarrabias disculparse. En toda su vida futura, la única alma que le había mostrado ese tipo de bondad real había sido Cherri. Fue reconfortante encontrar a alguien que lo considerara lo suficientemente digno como para recibir una disculpa genuina; encontrar a alguien que le prestara suficiente atención.

Husk pudo apreciar la compostura que Angel había mantenido con él durante su arrebato. Siempre había sabido que Angel Dust era un individuo voluble y ruidoso. El hecho de que la araña no hubiera dicho nada sobre que le arrojaran una botella, ni se hubiera burlado de Husk por ser emocional, lo decía todo.

Angel entró al vestíbulo después del trabajo. Considerando todo esto, había sido un día bastante tolerable; todavía uno que le hacía querer tomar una ducha súper larga y distraerse con televisión basura, pero de todos modos era tolerable. Se dirigió al mostrador para volver a registrarse y miró el calendario detrás de la barra. La fecha estaba rodeada con tinta rosa brillante. La Noche de juegos en familia estaba escrita en letras enormes, rodeada de demasiadas pegatinas.

Maldita sea. Se había olvidado por completo de la noche de juegos.

—Joder —Angel maldijo en voz baja, molesto porque tendría que participar en la diversión obligatoria de Charlie—. ¡Oye, Husky! ¿Puedo conseguir esa bebida que me debes?"

El demonio gato arqueó una ceja y se levantó de su taburete.

—Ya era hora. Ha sido un puto dolor recordar que te debía una.

—Sí, lo que sea. Sólo dame un vodka doble de arándanos. Angel apoyó los codos en la barra y recostó la barbilla en sus manos, dejando escapar un resoplido—. No me siento con ganas de jugar estando sobrio en este momento.

—Bien, bien —Husk cogió una botella de uno de los estantes más altos y sirvió un poco en un vaso bajo—. Simplemente no me culpes cuando estés demasiado jodido para recordar a qué estamos jugando.

Le dio a la araña una sonrisa de complicidad, recordando la última noche de juego en la que Angel estaba tan drogado que olvidó las reglas de Chutes And Ladders.

—¡Ja! ¡Tú no eres quien para hablar! —la araña se rió, una sonrisa se dibujó en su rostro.

—¡Ay, cuidado, Piernas! Estoy concentrado —las cejas de Husk se fruncieron con molestia, apuntando con una garra a Angel y vertiendo jugo de arándano en el vaso con la otra.

—¿Concentrado?

—Me escuchaste, joder.

—Oh, cariño, no creo que sepas la definición de esa palabra —dijo Angel, su tono se volvió coqueto.

A pesar de su expresión irritada, en la boca de Husk se formó en una sonrisa y soltó una risa tranquila. Rápidamente volvió a fruncir el ceño, añadió una lima al borde de la bebida y la deslizó hacia la araña. Angel tomó un sorbo de su cóctel, sonriendo por encima del borde.