6. Decisiones

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Habían pasado unas cuantas semanas, y no había mejorado nada. Jorge seguía ignorando tanto a Ana como a Malena, Valentina, Gastón y Ruggero. Chiara seguía dedicándole esas miradas extrañas a Ana y Lionel seguía triste.

Algo que había notado Jorge era que comenzaba a sentirse atraído por Chiara, pero esta vez de verdad. Después de casi cuatro años, estaba logrando a sacar a Ana tanto de su cabeza como de su corazón.

Ana, por otro lado, no sé encontraba tan bien.

— Ana, deja ya ese chocolate, te va a hacer mal. Come el pollo que prepare.— le dijo su mamá. Cuando Victoria Martínez llego a Buenos Aires, se encontró a su hija llorando, comiendo helado de chocolate y siendo consolada por sus amigos.

Mejor escenario no pudo haber encontrado.

Ana le contó lo que había sucedido, y ella pensó que dentro de unos días se le pasaría. Qué equivocada estaba.

Ana seguía sin comer saludablemente; estaba más delgada que antes, si en que eso era posible. Le costaba dormir- ese tiempo lo utilizaba para llorar.

Su felicidad acabo gracias a un chico, y la Señorita Dormilona no estaba contenta con eso.

xXx

— Hola ma.— le dijo Jorge a su madre, Carmen Astorga. Había pasado un tiempo desde que había hablado con ella.

— ¿Qué le hiciste a Ana?— le preguntó seriamente.

¿Eh?

— Si, mami, yo estoy muy bien. Estoy trabajando duro y estoy de novio. ¿Cómo estás tu?— le dijo sarcásticamente. ¡¿Cómo podía ser posible que le preguntara por Ana y no por el?!

— ¿Qué le hiciste a mi niña? No evadas la pregunta, López. La mamá de Ana me contó lo que pasó y no estoy para pendejadas.— Jorge se sorprendió. Carmen no utilizaba mucho las groserías, solamente cuando está muy enojada.

— ¿Por qué la pregunta? Además, si no me equivoco, la pregunta debería ser al revés.— escucho que su madre se quedo en silencio.— No voy a responder, si es lo que esperas. No quiero hablar de ella.

Silencio.

— Jorge López Astorga, si no me respondes en este instante, tu padre, Kendra, Lucas y yo nos vamos para Buenos Aires para que nos cuentes tu, aunque debamos jalarte hasta las orejas y pegarte en donde más te duela.

Le dieron escalofríos; sabia que su familia era capaz de eso y mas.

Iba a comenzar a hablar, pero su madre le interrumpió.

— ¿Y como que andas de novio con alguien y no es Ana? Así no funcionan las cosas, hijo.

— Estoy de novio con Chiara Parravicini, la argentina, ¿la recuerdas?— paro por un segundo, pero continuó cuando parecía que su mamá iba a decir algo.— Lo de Ana, este. Pues estaba llorando, y estaban los chicos y querían que me saliera, que era un tema entre ellos y ella, pero yo estoy en ese grupo también. Somos Valentina, Malena, Ruggero, Gastón, Ana y yo desde un principio, ¿lo recuerdas? Y hay algo que me están ocultando. Simplemente les dije que me dejaran de hablar, sobretodo Ana. Y eso fue lo que pasó.

Más silencio.

De pronto, se escuchó como se rompió algo. Muchos ruidos le siguieron después, como si todos en la casa estuvieran corriendo de un lado para otro. Se escuchaban frases como "¡Tú busca los boletos!", "Lucas, si voy y encuentro tu maleta, ¿qué te hago?" y "¡Mamá, cuando la busque no estaba ahí! ¡Te lo prometo!"

— Estaremos en Buenos Aires mañana, para a recogernos a las doce de la tarde.

Y se corto la línea.

xXx

— ¡Tini! ¡Qué lindo verte!— se escucho que exclamó Valentina. Sus amigas habían estado viviendo en su casa por casi tres semanas ya. Se escucho que platicaban algo,y luego pasos que se acercaban a su habitación.

Ana se removió en su cama, incomoda. Intentó alcanzar el bote de nieve pero sus brazos eran demasiado cortos. Si Jorge estuviera ahí, se hubiera reído de ella con ternura, y luego se lo hubiera pasado.

Hay, Jorge.

— Espero que la hagan entrar en razón, ni Malena ni yo lo hemos logrado.-

Malena había ido a su casa por más ropa, volvería en un rato.

— Hola españolita.— escucho que alguien dijo en voz baja. Llevo su mirada a la puerta, donde Martina Stoessel asomaba su cabeza junto a Candelaria Molfese.

— Hola. Pasen.— dijo Ana dando un intento de sonrisa, que parecía más una mueca.

— Aunque no nos hubieras dado permiso pasábamos.— le dijo Cande, que corrió a abrazarla junto con Tini.

Valentina entró con cinco vasos con té, uno para cada una. El quinto era para Malena.

— Vamos a hablar, y nos vas a escuchar atentamente, ¿está bien?— le dijo seriamente Candelaria. Muchas personas esperarían que ambas se llevarán mal en la vida real, pero Cande era una de sus amigas más cercanas. Sabía que podía contar con ella para lo que fuera y viceversa. Tenía suerte de que Ruggero también fuera uno de sus mejores amigos.

Esperaron a que Ana por lo menos asintiera para comenzar a buscar dos cuadernos dentro de sus bolsas, ambos de distinto color. El que traía Tini era blanco y el de Cande, negro.

Pusieron los cuadernos en su cama y los deslizaron hacia ella, para que pudiera apreciar las portadas y hojear cada uno un poco.

El cuaderno blanco decía "Guía para Olvidar a Jorge López." En letras negras. En la portada había una foto de Jorge y tenía una gran cruz sobre su cara. Lo abrió y había un índice y hasta una introducción.

El segundo libro le llamo un poco más la atención. Cande hizo un título más sencillo y simplemente escribió "Rompiendo Jorgiara" en letras blancas. La portada tenia una foto de la pareja, aunque estaba arrugada y hasta un poco rota. Al igual que el libro anterior, tenía un índice y una introducción y después de esta, los pasos para romper Jorgiara.

— Te daré un pequeño resumen de mi libro, y Candelaria hará lo mismo con el suyo.— le dijo Tini.— Mi libro te dará pasos que se que te servirán para que olvides a Jorge. Si, puede ser un poco difícil, pero con el tiempo lo lograras. Pero para que funcione, debes de seguir los pasos que vienen ahí exactamente cómo están escritos. Si te decidís por mi libro, te aseguro que López estará fuera de tu corazón en menos de seis meses.

Ana asintió. No parecía tan mala idea.

— Si no estás lista para olvidar a Jorge y de verdad quieres algo con el,— hablo esta vez Cande.— te presento "Rompiendo Jorgiara", que se trata exactamente de eso. Romper Jorgiara. En este libro, te daré pasos que te ayudarán a destruir la pareja y tal vez hasta despertar interés en Jorge. Al igual que el libro de Tini, debes hacer exactamente lo que te dice el libro; nada de saltarse pasos o cambiarlos un poco.

Ana no sabia que decir y el cuarto se quedo en silencio, hasta que Valentina decidió hablar.

— Piensa bien lo que vas a elegir bien, Ana.— le dijo Valu.— No quiero que te arrepientas de tus decisiones en un futuro.

— Mañana nos dices con que libro te quedas. Nos iremos para que tengas tiempo y espacio para pensar. Te amamos.— dijo Cande. Las dos chicas se acercaron y le dieron un abrazo y un beso, para después salir de la habitación.

Valentina paro antes de salir y giró un poco y la miro a los ojos.

— Piensa bien tu decisión, Ana. Por una vez, piensa con el corazón y no la cabeza.— y salió de ahí, dejando a Ana con mucho que pensar.

Rompiendo Jorgiara. | Jorana |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora