vi. night swim

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—¿TÚ TAMPOCO PUEDES DORMIR?— preguntó con diversión.

La casa de Rodrygo y Gabi era gigante. Aún así, Jude y Nicole habían encontrado la manera de coincidir en el mismo lugar.

El reloj de la pared marcaba las dos de la madrugada, y ninguno de los dos jóvenes eran capaces de conciliar el sueño, tal vez porque no podían parar de pensar en el otro, aunque tampoco iban a admitirlo.

—No.— negó ella, cruzando por delante suyo hasta sentarse en la mesa trasparente, donde una jarra de agua y un vaso la esperaban.

Vertió el líquido en el recipiente y empezó a beber mientras el futbolista la observaba detenidamente desde la lejanía. Luego dirigió la vista hacia el reloj digital, chasqueando la lengua.

—Yo tampoco.— dijo él con los brazos cruzados sobre su musculoso pecho.

—¿Y eso?

Jude estaba apoyado en la encimera. Aunque el frío había sido momentáneo, las temperaturas habían vuelto a subir, y el calor sofocante de la habitación le había obligado a deshacerse de su camiseta y de buscar algo para refrescarse la garganta. En la cocina encontró varios vasos limpios sobre la pica, y decidió tomar uno y echarle un poco de zumo de naranja que había encontrado en la nevera.

Dejó el vaso encima de la encimera y cruzó por delante de Nicole en dirección a la mesa, donde se sentó en frente suyo. El futbolista se cruzó de brazos y echó la espalda para atrás, recostándose en la silla de manera despreocupada. Los ojos de Nicole escanearon brevemente su cuerpo, empezando por sus pectorales y finalizando en sus abdominales. Jude se dio cuenta y sonrió con confianza mientras miraba hacia otro lado, dos hoyuelos que Nicole recién notaba apareciéndole en el rostro. Ella centró su atención en el vaso mientras bebía nerviosa, sintiendo sus mejillas enrojecer.

—No sé, no puedo dejar de pensar.

—¿En qué?— se interesó.

Ambos sabían lo que buscaba, pero Jude no iba a ceder.

—Estoy pensando en muchas cosas.— respondió rápidamente, aunque era consciente de que no era una respuesta válida, y que debía de concretar un poco más por el bien de la conversación— Sobre la próxima temporada, sobre la vida en general, ya sabes...

—Ah.— sintió una leve punzada de decepción al pensar que, tal vez, el insomnio por estar pensando en él no había sido algo mutuo, sino simplemente una situación unilateral.

I. KISS, JUDE BELLINGHAM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora