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16 febrero 2023

Era la tercera vez esa semana que se enfrentaba al mismo resultado: un test de embarazo negativo. Cada vez que veía ese signo, una mezcla de frustración y preocupación se apoderaba de él. No podía entender por qué, a pesar de los esfuerzos y la ilusión, las pruebas seguían dando negativo.

Louis comenzaba a preocuparse cada vez más. Sabía que algo no estaba bien y que era hora de abordar el tema con Harry. Después de todo, habían estado intentándolo durante aproximadamente un mes.

Louis se encontraba mordiendo su labio inferior con ansiedad, tratando de distraerse para evitar pensar en la respuesta que la doctora les daría. A su lado, Harry aferraba su mano con firmeza, mostrando su apoyo incondicional. La puerta se abrió y la doctora Addison entró, extendiendo sus manos en un gesto de saludo. Aunque sus ojos azules reflejaban una ligera tristeza, y su sonrisa parecía forzada en sus labios rojos, su presencia transmitía calma.

"Louis, Harry", los llamó, sosteniendo un sobre blanco en sus manos. "Aquí están los resultados de las pruebas que les hicimos hace algunas semanas."

"Tu salud está bastante bien", continuó la pelirroja, dirigiéndoles una mirada intensa. "Eres saludable y afortunadamente no sufres de ninguna enfermedad hereditaria."

Louis soltó el aliento que había estado conteniendo, notando cómo harry hacía lo mismo a su lado. Sin embargo, la alegría fue efímera cuando la doctora agregó: "Pero, temo que hay una mala noticia. A pesar de ser un omega muy saludable, las posibilidades de que concibas un bebé son poco probables, o incluso nulas."

Louis sintió como si el aire se escapara de sus pulmones, su aroma a mandarinas se volvió amargo y desagradable. La idea de su estómago vacío lo invadió con una sensación punzante, nunca podría sentir las pataditas de un bebé, ni hablarle a su vientre sobre su día. La realidad de no ser llamado "mamá" se apoderó de él con una crudeza dolorosa.

"Louis, eres..." comenzó la doctora pero fue interrumpida por la voz temblorosa del omega.

"Estéril. No puedo tener cachorros", completó con un nudo en la garganta.

El corazón de Louis se encogió mientras mil agujas parecían perforar su cabeza. Harry, con la voz cargada de preocupación, preguntó sobre opciones de tratamiento de fertilidad, expresando el anhelo compartido de ambos por formar una familia.

"Señor Styles, en este caso no es posible", explicó la doctora con voz serena. "Lo lamento mucho."

"Alfa, quiero irme a casa", dijo Louis con voz entrecortada, sus ojos llenos de lágrimas. 

La noticia había golpeado con una fuerza abrumadora, dejando en su estela un mar de emociones difíciles de sobrellevar.

Al regresar a casa, Louis se dirigió directamente a su habitación y se encerró en ella. Se acurrucó en su nido, sintiendo cómo la angustia se apoderaba de su pecho, y comenzó a llorar desconsoladamente. 

En medio de su dolor, percibió una mano suave acariciando su cabello y el reconfortante aroma a canela que siempre emanaba su alfa. Harry se acercó a él, sus labios rozaron suavemente su cabello mientras murmuraba palabras de consuelo. Las lágrimas brotaban libremente de ambos, sumergiendo la habitación en una atmósfera de tristeza y pesar. En ese momento, lo único que podían hacer era aferrarse el uno al otro, compartiendo su dolor silencio.

La lucha por concebir había dejado una marca profunda en la relación de Louis y Harry. Lo que había comenzado como un emocionante viaje para formar una familia, ahora se había convertido en un camino lleno de obstáculos que ponían a prueba su resistencia emocional.

Harry intentaba ser el pilar de fortaleza para ambos, pero no podía evitar sentirse desgarrado por dentro. Ver a Louis sufrir lo afectaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. La tristeza se mezclaba con la impotencia mientras veía a su pareja luchar con sentimientos de fracaso y duda. Aunque mantenía una fachada de optimismo frente a Louis, en privado, las noches se volvían solitarias y dolorosas.

En los momentos más oscuros, la distancia emocional se interponía entre ellos, cada uno atrapado en su propio torbellino de emociones.

El comentario del compañero de trabajo fue como un rayo de luz en la oscuridad para Harry. La idea de alquilar un vientre les ofrecía una nueva perspectiva, una solución tangible a su lucha por concebir. Con la emoción palpable en su corazón, Harry decidió compartir la idea con Louis.

Sin embargo, cuando Harry compartió la idea con Louis, la reacción no fue lo que esperaba. Louis se quedó en silencio, con una mezcla de sorpresa y preocupación escrita en su rostro. La idea de recurrir al alquiler de un vientre para concebir cachorros sacudió su mente y se negó inmediatamente.

Después de días de reflexión, Louis finalmente llegó a aceptar la idea del alquiler de vientres. Aunque la idea aún lo llenaba de ansiedad y dudas, comprendió que era una opción viable para cumplir su sueño compartido de formar una familia.

Reconoció el amor y la determinación de Harry para hacer realidad su deseo de ser padres, y se dio cuenta de que también compartía esa misma pasión. Con el tiempo, comenzó a ver el alquiler de vientres como una oportunidad para traer un cachorrito al mundo y para experimentar la alegría de formar una familia con su alfa.

Esperaba no equivocarse.

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