Capítulo 2: El Primer Encuentro con Leiftan

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Leiftan no pudo quitarle los ojos de encima a Akira durante el resto de la reunión. Cada vez que ella hablaba, su voz melodiosa parecía resonar en su corazón. "Debemos asegurar su seguridad," dijo Leiftan, dirigiéndose a Miiko. "Hasta que descubramos más sobre cómo llegó aquí y su propósito, es nuestra responsabilidad protegerla."

Miiko asintió, aunque la duda aún brillaba en sus ojos. "De acuerdo. Akira, te asignaremos una habitación aquí en el cuartel. Puedes quedarte hasta que encontremos una forma de devolverte a tu mundo."

Akira asintió, sintiendo un alivio genuino. Esto le daría tiempo para reunir información y acercarse a su objetivo. Sabía que no sería fácil, pero tenía que mantener su fachada intacta. Después de todo, todo dependía de ella y de su habilidad para engañar a la Guardia de Eel.

Esa noche, Akira se instaló en una habitación pequeña pero acogedora dentro del cuartel general. Observó su reflejo en el espejo, quitándose la peluca castaña para dejar caer su verdadero cabello blanco. Sus ojos brillaron con determinación. Necesitaba mantenerse enfocada en su misión.

Recordó las palabras de Lance, conocido por la mayoría como Askor, el villano que había capturado su corazón. "Recuerda, mi amor, cada movimiento debe ser calculado. No dejes que sospechen de ti. Nuestro plan depende de tu habilidad para engañarlos."

Akira asintió para sí misma. Lance confiaba en ella, y no podía fallarle. Pero, mientras más tiempo pasaba con la Guardia de Eel, más empezaba a dudar. Había algo en esos seres que la hacía cuestionar su lealtad. Y, por supuesto, estaba Leiftan. Su bondad y calidez eran desarmantes.

Durante los días siguientes, Akira fue introduciéndose lentamente en la vida del cuartel. Participaba en las tareas diarias, ayudaba en la cocina con Karuto y se unía a las patrullas con Nevra y Ezarel. Cada interacción, cada sonrisa que ofrecía, formaba parte de su estrategia para ganarse su confianza. Sin embargo, no podía negar que empezaba a disfrutar de la compañía de aquellos que, en teoría, eran sus enemigos.

Leiftan, por su parte, se encontraba cada vez más atraído por Akira. Su belleza era innegable, pero era su vulnerabilidad lo que realmente lo conmovía. Había algo en sus ojos que le hacía querer protegerla, una sensación que no había experimentado con tanta intensidad antes.

Una tarde, mientras caminaban por el jardín del cuartel, Leiftan se animó a hablar de sus sentimientos. "Akira," comenzó, su voz suave y cálida, "desde el momento en que llegaste, he sentido una conexión contigo. No sé cómo explicarlo, pero siento que debo protegerte."

Akira lo miró, sorprendida por la sinceridad en sus palabras. Sabía que debía mantener su distancia emocional, pero las palabras de Leiftan resonaron en su corazón. "Leiftan, yo... no sé qué decir," murmuró, bajando la mirada.

"No tienes que decir nada," respondió él, tomando su mano suavemente. "Solo quiero que sepas que estaré aquí para ti, pase lo que pase."

Akira sintió un nudo en la garganta. Sabía que estaba jugando un juego peligroso, uno que podría romper más de un corazón, incluyendo el suyo. Pero por ahora, debía seguir adelante con su plan, sin dejar que sus emociones nublaran su juicio.

Esa noche, mientras se preparaba para dormir, Akira no pudo evitar pensar en Leiftan y en las crecientes dudas que sentía. Sabía que debía mantenerse fiel a Lance y a su misión, pero cada día que pasaba, la línea entre la verdad y la mentira se volvía más difusa.

[Terminada] Entre la Luz y la Oscuridad: El Camino hacia la Paz en EldaryaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora