Capítulo 3 - Atracción demostrada en homicidio.

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Un chico de cabellos negros sollozaba bajito mientras se encontraba atado a una silla. El canibal de ojos azules sonreía mientras jugaba con un pequeño cuchillo mirando a su víctima, tal vez el tener un lugar en donde asesinar a sus presas no era tan malo, podría acostumbrarse a refugiarse en la casa de Roier quien justo ahora se encontraba detrás del chico joven recostando sus dos brazos cruzados en la espalda de la silla también con una sonrisa pintada en sus labios.

— Calma mi amor, ¿Por qué tan asustado? — Preguntó con falsa lástima Roier hacia el chico que seguramente tenía menos de 20

— No les-... no les hice nada. Por favor. — Sollozó mientras temblaba, su mirada estaba fija en Cellbit, observándolo con horror y súplica.

— Oh, claro que no hiciste nada. — Murmuró Roier bajito, acariciando ahora los cabellos del muchacho para que solo lo escuchará a él. — Pero necesito satisfacer las necesidades de mi compañero, y digamos que tengo que mantenerlo feliz, ¿No es adorable? —

— Por favor, por favor, por favor. — Repitió el chico cerrando sus ojos con fuerza mientras empezaba a lagrimear. — Dejame ir... por favor, mi mamá está enferma, me necesita, está sola... morirá. —

— Ouh, eso es triste. — Habló Roier.

— Nossa, que horrível — Habló Cellbit fingiendo lástima antes de mostrar una sonrisa filosa. — Nós cuidaremos dela, você não precisa se preocupar. —

— ¡NO! — Chilló el chico, a pesar de no entender muy bien el idioma de Cellbit si supo lo que había dicho está vez. — No, no, no.... por favor, no a ella. —

El chico observó a Roier tratando de pedir ayuda en su mirada ya que este primero se encontraba con el rostro sereno pensando en qué hacer con él. El muchacho dudaba que lo ayudará pero parecía más "comprensivo" que su compañero, o eso pensaba. Roier frunció su ceño aún pensando, vió como Cellbit se acercaba al rostro del chico acercando la punta del cuchillo en su ojo, estando a solo milímetros de tocarlo. Los ruidos de llanto no tardaron en llegar.

— O que devo comer primeiro? Seu olho? Teu coração? — Roier hizo una mueca ante lo último mencionado por el brasileño.

— Gatinho. — Murmuró Roier utilizando su típico tono juguetón. Cellbit giró sus ojos fastidiado antes de observarlo esperando a que le diera una respuesta. — Tal vez deberías de dejarlo ir, miralo, todo miado, todo chiquito. —

Cellbit alzó sus cejas aburridos. Roier sonrió, como amaba fastidiarlo. El chico chilló agudo al sentir como el brasileño le clavaba el cuchillo en su pupila hasta sacar por completo su ojo. Roier soltó pequeñas risitas al ver como el rostro de Cellbit se deformaba en una sonrisa sombría con sus típicos ojos afilados como ojos gatunos. Sin embargo, el rostro del mexicano se volvió de nueva cuenta sereno al ver como el muchacho temblaba balbuceando algunas palabras mientras soltaba demasiados quejidos de dolor.

— Mhm.. ¿Quieres irte? — Susurró divertido Roier en el oído del chico quien lo miró al punto de desmayarse por el dolor. Cellbit frunció su ceño en clara muestra de fastidio, lo había escuchado. — ¿Sí? — Preguntó al ver como el rostro del muchacho se deformaba en uno de tristeza pura y asentía con dificultad. — Cellb-... —

— N-Ã-O — Siseó Cellbit al ver a que quería llegar Roier.

El muchacho sintió el ambiente pesado y no pudo evitar ahora temblar con más miedo al ver las miradas que se daban los dos, buscando control, dominancia de quien tomaría la decisión. El chico rezaba para que fuera Roier ya que al parecer este si quería dejarlo libre, sin embargo tenía miedo, Cellbit tenía todavía el cuchillo y el otro se encontraba desarmado. Contrario a lo que esperaba, Roier rió con emoción, con sus mejillas calientes y mirando a Cellbit como si fuera una reliquia total.

ᴀᴍᴏʀ ᴇɴ ᴄʜᴀʀᴄᴏꜱ ᴅᴇ ꜱᴀɴɢʀᴇ - ɢᴜᴀᴘᴏᴅᴜᴏ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora