04| Primer dia de escuela

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—Mi nombre es Pe

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—Mi nombre es Pe....Peter Parker—dijo el chico frente a mi, le extendí mi mano y las estrechamos.

—Peter, mi nombre es Emma Stark, mucho gusto—le dije y él sonrió nervioso, yo sonreí y no pude evitar reír por su expresión—. Siento que nos hemos visto antes, pero no recuerdo donde—le dije y vi un brillo peculiar en sus ojos.

—Sonará loco que me acuerde, pero éramos amigos cuando tenías cinco años, los dos jugábamos en el mismo parque.—dijo rápido pero emocionado.

Busqué en mi mente tratando de recordar.

EMMA STARK, 9 AÑOS ATRÁS.
EDAD: 5 AÑOS.
NARRADOR.

Emma estaba caminando de la mano de su padre, el famoso Iron man, o mejor conocido como Tony Stark, un filántropo, millonario, play boy. Emma estaba saboreando su helado de zanahoria mientras su padre uno de vainilla. Hoy era día de padre e hija, (así era como ellos le llamaban a los viernes), ya que Emma y su padre siempre salían los viernes en la tarde después de la escuela por un helado y al parque.  Los dos pasaban tiempo de compañía cada que podían, en especial trataba Tony, ya que tener una empresa y ser superhéroe, no es fácil. Pepper, por otro lado, siempre había sido más apegada a Emma, por ser mujer.

Tony se sentó en una banca y le indicó a Emma que jugara con otros niños por mientras él hacía llamadas importantes.
Ella corrió hasta ver a un par de niños jugar a las traes, entonces ella con valentía les preguntó:

—Mi nombre es Emma. ¿Puedo jugar con ustedes?—el niño frente a ella sonrió y los dos comenzaron a correr siendo perseguidos por otro niño.

—¡El que nos persigue se llama Ned, y yo soy Pe....Peter!—Peter trató de decir bien su nombre pero se vio intimidada por los ojos azulados de la niña.

Emma sonreía hacia su nuevo amigo, con tranquilidad.

Actualidad.

—Después de eso jugábamos cada viernes en el parque—dijo Peter terminando de explicarle,  sonreí recordando lo feliz que Peter y yo éramos de pequeños.

—Le tenías miedo a las arañas—le dije sonriendo y él sonrió aún más.

—Les sigo teniendo miedo, trato de que no se me acerquen—los dos nos sentamos en las sillas y pusimos atención a lo que el maestro decía.

"Escojan bien a sus compañeros de laboratorio, serán sus compañeros por el resto del año" El maestro siguió hablando pero no le presté  atención, estaba dibujando una araña en mi libreta, al terminarla se la entregué a Peter.

—Te diré Spidey—Peter miró el dibujo y después sonrió.

—Wow, Emma, esto es muy bueno—tomó mi dibujo pero no sin antes haber sido firmado por mí.

—Soy la rara de la familia, solo a mí me gusta dibujar.

—Bueno, en ese caso eres la primera—asentí y el timbre sonó me levanté y Peter se me quedó viendo, queriéndome decir algo.

—Almuerza conmigo y con Ned, él estará feliz de verte de nuevo—propuso. Asentí y lo seguí.

Cómo negarme, Peter me caía muy bien, aparte no tenía ningún otro amigo en esta escuela, solo tenía otro conocido y era Joseph, el hijo de Steve y Natasha, y él y yo somos aceite y agua, nos odiamos.
Cuando entramos a la cafetería me acerqué a comprar mi almuerzo mientras me alejé un poco de Peter, lo pague y me fui hacia Peter y Ned, pero los había perdido de vista. Miré hacia la derecha buscándolos y me encontré con la mirada de una chica, ella era pelirroja y alta, su mirada era de odio hacia mí.

—Así que eres hija del mismísimo Tony Stark eh....—dijo en un tono de agresividad.

Yo no le dije nada y me le quedé viendo, tratando de controlarme.

—¿Sabes los rumores? ¿De qué eres una bastarda?—no la dejé hablar ya que la empuje y ella salió volando hacia una mesa, después fui corriendo hacia ella y le di un golpe en la mejilla, eso la hizo enojar aún más y al levantarse del suelo su cabello comenzó a brillar, segundos después su cabello estaba en llamas,  literalmente.

Di unos pasos hacia atrás con miedo y ella rio como loca.

—Por culpa de tu padre mi papá está muerto—sus ojos brillaron y comencé a caminar hacia atrás.

Todos en la cafetería gritaban y estaban corriendo en diferentes direcciones.

Sentí como la chica lanzó llamas con su mano que venían directamente hacia mi, yo salté hacia en frente y me empecé a cubrir con mesas, me arrastraba en el suelo mientras ella hablaba.

—Ojo por ojo, perra.

Ella me encontró y de su brazo comenzaron a salir más llamas que venían directo hacia mi.

La hija de Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora