07| Dudas

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Emma Sarah Stark

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Emma Sarah Stark

¿Alguna vez se han sentido diferente a las personas que les rodean? Bueno, yo así me siento desde pequeña. Como si mis padres no fueran iguales a mi, ya que físicamente y personalmente salí algo distinta, un poco rebelde y sencilla. A veces siento que físicamente me parezco a mi madre, y de mi padre probablemente saqué su paciencia. (No tengo paciencia).

—No creo que seas adoptada Emma—dijo Pet y traté de sonreírle pero salió algo forzado.

—No lo conoces, soy un bicho raro —le dije mirándolo.

—Claro que no eres un bicho raro Emma, tú eres especial.

Llegamos a la fila de la cafetería y esperamos a nuestro turno.

—¿Y Ned?—pregunte intentando cambiar de tema.

—Esta dándole el tour a un chico nuevo, se llama Damián Harrington, y es igual de millonario que tú—dijo sonriendo.

Los dos pedimos y nos entregaron la comida, caminos hacia una mesa y nos sentamos.

—Su padre ha hecho negocios con el mío—le dije recordando como hace unos años conocí a Damián en la empresa de mi padre.

—Quisiera ser como tu padre—dijo suspirando.

—¿Millonario?—pregunté en forma de burla y él me miró.

—Un genio.

—Peter ya eres un genio—dije riendo y el río también.

Peter y yo seguimos hablando mientras comíamos, no vimos a Ned en el tiempo libre. Cuando sonó el timbre me despedí de él y fui directo hacia mi salón, cuando caminaba por los pasillos no me fijé bien por donde pisaba y caí de boca al suelo, ya que había tropezado con algo, miré atrás y era Joseph, me había puesto el pie.

—¿Qué haces? Idiota—le dije enojada y él me miró calmado.

—Lo lamento Emma, no me fijé bien. Iba distraído—me explicó calmado y yo lo miré con burla.

Me levanté del suelo enojada y me acerqué hacia el.

—No te cruces en mi camino Joseph.

El me miró y después hablo —Emma, escucha, yo.... —sus ojos destellaron arrepentimiento, pero no me importó. Pasé de lado y lo golpe en el hombro.

El se quedó inmóvil y yo me fui hacia mi salón, cuando entré me senté en una banca que estaba sola, ya que no compartía clase ni con Peter ni con Ned.

El maestro entro y junto a él había otro chico, uno alto de pelo café y ojos del mismo color, estaba vestido de negro y era Damián, el hijo de Víctor Harrington, un magnate dueño de muchas empresas, pero la más importante de nombre Harringtons, la cual se especializa en tecnología y ciencia. Visite su empresa hace cuatro años junto a mi padre, y puedo decir que era muy impresionante.

—Chicos el es Damián Harrington y espero que lo reciban bien. Damián siéntate en la silla vacía junto con Emma —el maestro apuntó hacia donde estaba y Damián me miró.

Yo le sonreí y él se acercó, después se sentó junto a mí y el maestro siguió con su clase.

—Cuánto tiempo Emma....

—Han pasado cuatro años. ¿Cómo está tu hermana?—le pregunté y el me miró con ojos tristes.

—Ella murió Emma.

Su hermana, Casey.
Era una niña de corazón amable. Ella siempre mantenía una sonrisa, inclusive en el peor de los casos, lo se por que la conocí en el hospital, ella sufría de un cancer muy agresivo que había hecho metástasis en el corazón. Lo último que supe de ella era que su padre estaba probando de todo para salvarla.
Tenía la esperanza que la había salvado a ella.

—Lo lamento mucho Dami— le dije y él sonrió por oír el apodo que le había puesto yo cuando éramos niños.

—Está bien, ella murió hace dos años—el despegó su mirada de mi y la enfocó en otra parte. —Y cuéntame Emma, ¿Cómo has estado?

—Bien, ahora vivo con el capitán América—dije riendo y el me miró con las cejas alzadas—. Mi padre tuvo una misión importante, y no podía dejarme sola.

Damián estaba por hablar pero oímos como el maestro dio un anuncio importante.

—El viernes es el día de traer a sus padres a la escuela, habrá una comida y una plática. Por favor no falten, cuenta para calificación.

Cuando el maestro terminó de hablar sonó el timbre y todos en el salón nos paramos. Damián estaba por irse pero se giró y habló:

—¿Te gustaría salir a tomar un helado conmigo Emma? Mañana

Yo lo miré y sonreí —Claro que sí Dami—el se fue con una sonrisa y yo también.

Cuando salí al pasillo me encontré con Peter y Ned. Los dos estaban platicando, y cuando me les uní cambiaron de tema.

—Oye Emma—dijo Peter y yo lo miré atenta—. ¿Vendrá el señor Stark, el viernes?

Sentí un nudo en mi garganta y un vacío en mi estómago. Yo quería an mis padres aquí más que a nadie, pero el cuestionarme si ellos podían venir me dolía mucho.

—No lo sé Pet.....

+

Corría lo más fuerte que podía.

Estaba siendo perseguida por Natasha. Estábamos entrenando ella y yo, solo que Natasha era rigurosa con sus entrenamientos y hoy tocaba pelea cuerpo a cuerpo. Así que en lugar de luchar me la pasé corriendo por todo el lugar.

Cuando Natasha me alcanzó me tiró al suelo, traté de darle una patada en su estómago pero ella me dio un golpe en el rostro, uno que se sintió bastante personal.

—¿Todo bien, mamá?—dijo Joseph preguntándole a su madre.

Natasha salió del trance y sentí como de mi mejilla salía sangre. Me senté en el suelo y la toqué con dolor.

—Emma ¿Estás bien?—dijo Joseph con preocupación.

Yo asentí y Natasha me abrazó. Yo no le correspondí.

—Lo lamento mucho Emma—ella puso su mano en mi mejilla y yo solté un quejido. —Lo lamento mucho amor.

Después ella lloró sobre mis piernas mientras me abrazaba en la cintura.

Jamás había visto así a mi tía. Tal vez se arrepentía por haber golpeado muy fuerte. Pero estaba bien, yo tenía que aprender a manejar los golpes, y más si quería ser una vengadora.

Miré a Joseph ya que el llanto de Natasha me estaba comenzando a incomodar, pero el lucía algo triste.

¿Por qué todos actúan así de raro?

La hija de Steve Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora