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> Oh My God <

Warning: Denigracion/Insultos/Romance/Drama religioso/+18

Desc: Izana es el hijo adoptivo de una familia religiosa; como un buen chico asiste a misa todos los domingos y se encarga de dar clases a los más jóvenes. Es el tipo de chicos de los cuales el sacerdote halaga su buena doctrina. Hasta que, su mundo perfecto, choca con el. Kakucho es la descripción de peligro de la cual toda la vida se ha alejado, pero, se siente mageniticamente atraído hacia el chico de cicatriz misteriosa.

 Kakucho es la descripción de peligro de la cual toda la vida se ha alejado, pero, se siente mageniticamente atraído hacia el chico de cicatriz misteriosa

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» Padre nuestro que estas en los cielos...

¡Kaku!— el sonido que emite su boca sin previo aviso es, por demás, vergonzoso, siente las mejillas calientes al igual que todo el cuerpo

Izana esta siendo consumado por el fuego abrasador de las llamas del infierno que recorren su ser. Siente cada respiración más difícil de continuar qué la anterior.

Sabe que esta mal, esta yendo en contra de todo lo que le fue inculado. El abuelo Sano le quitaría la herencia que cayó en sus manos cuando fue adoptado, su padre en cambio no dudaría en hecharlo de casa y, oh, ni hablar de su madre que no soportaría el llanto de saber que uno de sus hijos resultó ser todo menos heterosexual.

Sucumbio ante el placer y le deseo de la manzana.

Dulce y jugosa manzana roja del pecado.

» Santificado sea tu nombre, Vega a nosotros tu reino...

—Dios, sí, no te detengas— Izana logró murmurar, mientras Kakucho tenía el precioso pene de Izana entre sus labios, se movía sin descansar y aplicaba presión sobre su miembro con besos húmedos y fuertes estirones sobre su piel, asegurándose de darle mayor atención a las áreas que parecían hacer que Izana gimiera más.

—Jodidamente perfecto— Kakucho sacó el pene de Izana de su boca sólo para halagar a su chico momentáneamente por la perfección que yacía entre sus piernas —Mi bebé es tan bueno para mí— casi ronroneo con satisfacción

Maldita sea, Kakucho sabía las palabras precisas para hacer que Izana gimoteara por él, y él lo sabía. Sus piernas temblaban mientras Kakucho las sostenía, alzándolas. Algo sobre tener sus piernas sobre los hombros de Kakucho hizo que se convirtiera en una posición con la que Izana quería experimentar más seguido.

» Hágase tu voluntad en la tierra como en los cielos...

—¡Joder!— chillo fuerte cuando la boca ajena se dirigió a su entrada, robándole más de un suspiro y jadeo, la lengua experta se movía dejando un rastro húmedo que le hacía sufrir espasmos —T-Tú boca, ¡oh Dios!— gimió, apretando las sábanas, sintiendo la humedad llegar más profundos

Love | KakuIzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora