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Antro

Kakucho e Izana de la misma edad.
Final con social media.

Izana había accedido a una salida con sus amigos, Sanzu había pasado por el a su casa y se habían encontrado con el resto de sus amigos en un antro llamado Red Lights

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Izana había accedido a una salida con sus amigos, Sanzu había pasado por el a su casa y se habían encontrado con el resto de sus amigos en un antro llamado Red Lights. Su hermano, Manjiro, se había colado a su escapada con algunos amigos también.

No era más que una escapada entre amigos, solo para matar el tiempo de ese aburrido viernes después de clases, se había decidido a no vivir más con sombras del pasado ni cicatrices dolorosos. Probablemente iba a terminar durmiendo en una banca del parque, con la sangre intoxicada gracias a Sanzu, pero era todo por la experiencia.

La mesa cuadrada, con asientos acojinados los recibía con mucho esfuerzo a todos; Ken, Emma, Manjiro, Takemichi, Seishu y Chifuyu bebian cerveza como si fuera agua. Hajime, los conocidos gemelos Kawata, Sanzu y el en cambio bebían a ratos unos cuantos shots de tequila.

Pasado un rato, con los mareos abundando, un calor insoportable y entre risas exageradas, después de beber una cantidad exuberante de alcohol, terminaron en un círculo en la pista, con las luces neón de colores alumbrando sobre ellos.

Izana iba a matar a Haruchiyo porque lo vio sacar a sus amigas del bolsillo antes de caer en un abismo de risas tontas y alucinaciones bastante extrañas. Si, de verdad iba a matarlo, porque no podía llegar a casa de esa manera, ni el ni Manjiro iban a poder darle la cara a sus padres o al abuelo, confiaba lo suficiente en Emma para afirmar que ella estaba bien y además muchísimo más sobria, pero ellos eran un desastre.

La música resonando, en algún tono bastante movido junto al alcohol que abundaba en sus sistema, logró que Izana bailara de formas que ni el mismo conocía.

Bien, tenía que admitir que se estaba divirtiendo mucho. No sabía si era el alcohol, las luces, la música que ni siquiera entendía o solo la locura de Sanzu que se le pegaba mientras bailaba a su par, pero estaba disfrutando de todo.

Movia su cuerpo con gracia, pegando su cuerpo al de Sanzu, bajaba con movimientos lentos, subía a la par de Sanzu, ambos reían como estúpidos. Se alejaban y volvian a acercar, Izana chocando su espalda contra el pecho del chico teñido de rosa.

Dieron una vuelta y terminaron mirándose de frente. Luego de eso, Sanzu siguió bailando con los gemelos Kawata después de darle una sonrisa divertida a Izana.

Recordó entonces que llevaba su bolso colgado en el hombro, entre el agetreo del baile y la diversión lo había olvidado por completo. Lo abrió, notando qué ahí estaban aún su teléfono, llaves y cartera, llevaba también un brillo para los labios de sabor fresa y un polvo compacto, cosas simplemente necesarias.

Love | KakuIzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora