Capítulo 60.

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─┈ꗃ ▓▒ ❪ act three ― chapter thirteen. ❫ ▒▓


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AGATHA SE DESPLOMÓ AL MISMO instante que la cabeza de Laurent fue separada de su cuerpo. Victoria dejó caer el vampiro decapitado, acercándose corriendo hacia la loba. Era como revivir el pasado, como ver caer a Tabatha Zorkin siendo mordida por Vladimir, del aquelarre rumano. Y no podía permitirlo, no podía dejar que el destino de la pequeña Agatha fuese el mismo que su vieja amiga, que su impronta, sin saber si la ponzoña actuaría de la misma forma.

Los lobos despedazaron al vampiro de piel oscura, arrancando sus extremidades sin miramiento. Como si les importase algo que no fuese el sufrimiento y la mordida causada en su hermana.

—La llevaré con los Vulturi —gritó la vampiresa pelirroja, llevando a la loba en sus brazos—. Su antepasada, Tabatha, fue un híbrido de vampiro y lobo, mantendrá su loba interior y seguirá transformándose. Pero necesita tiempo para acostumbrarse a lo que será.

La manada, en contra de su voluntad pero sabiendo que ellos no podrían ayudarla si algo salía mal, miró a Sam. Las cabezas de los lobos se movieron en busca del alfa, que estaba desolado por esa desgracia, por mucho que no lo aparentase. Este asintió con su hocico, pensando en su hermana menor. Creía que la ayuda sería necesaria y quería creer que esto no cambiaría, al completo, el amor que le profesó, desde siempre, a Agatha.

Entonces, aquella fue la última vez que la vieron en varias semanas, pero todavía no sabrían aquello.


( . . . )


Llegar a Volterra fue más fácil de lo que pensó la vampiresa de cabellos pelirrojos. Nada más obtener una mochila con cosas esenciales de Agatha, consiguió también su teléfono móvil y mandó un mensaje a los reyes.

"Agatha fue mordida por un vampiro y no permitiré que sufra como lo hizo Tabatha en el pasado." Fue lo que les dijo Victoria sin decir su nombre, deseando que recordasen que ella fue la impronta que una vez, en el pasado, Tabatha Zorkin encontró.

Esa fue la razón por la que ambas se encontraban en el castillo de los Vulturi. Victoria se negó a dejarla sola, por lo que no se movió de su lado en ningún momento. Pasarían tres días, si todo salía bien, hasta que despertase.

Los reyes se preocuparon por la reciente llegada de la menor, pues por lo que conocían a la joven Agatha, sabían que ser un vampiro no estaba entre sus opciones. Al menos, por el momento ni a corto plazo. Por otra parte, también se alegraron de que el causante ya no fuese más un problema, puesto que si no lo hubiesen desmembrado, se encargarían, ellos mismos, de acabar con su existencia.

Más, por el momento, nadie sabía lo que sucedería con el cambio de Agatha Zorkin. Solo les quedaba esperar.


( . . . )


Los tres días pasaron tan lentos como si de semanas se tratasen. Agatha reposaba tranquilamente en una de las habitaciones más cercanas a las estancias privadas de los tres reyes. Los primeros rayos de luz se colaron por el enorme ventanal que daba a la alcoba, a la vez que los orbes de Agatha se abrieron. Victoria estaba sentada junto a ella, alejada de la luz para no brillar como una bola de discoteca.

Ratona —susurró la pelirroja, al escuchar un suspiro.

La miró, extrañada, pues su corazón seguía latiendo. Más lento de lo habitual, pero seguía haciéndolo.

— ¿Victoria? —Preguntó, sorprendida, incorporándose en aquella enorme cama—. ¿Qué sucedió? ¿Dónde estoy?


Dichas aquellas palabras, la loba retrocedió a unos días atrás. Dirigió su mirada hacia la lámpara de oro que colgaba del techo, podía visualizar la luz ultraviolada que emanaba de esta. Frunció ligeramente el ceño, sorprendida. Y, entonces, lo recordó.

El prado. Laurent. La conversación. Isabella huyendo, dejándola sola cuando la había protegido. Los lobos. La mordida.

Rápidamente llevó su mano a su cuello, presionándolo. Pero no había rastro de la cicatriz. Su piel se había enfriado y si bien todavía podía escuchar su corazón latir, no lo hacía con tanta regularidad ni con tanta fuerza. Una lágrima se escapó de sus ojos, sin poderlo evitar.

—Dejaré que Marcus te ayude y te explique todo, ¿vale? —Susurró la vampiresa, depositando un beso en la frente de la menor—. Mantén tu mente abierta, después podrás contestar a todos los mensajes y llamadas, lo prometo.



* *

n/a. ¡sorpresa! aggie ha completado la transformación a vampiro pero todavía mantiene su esencia, por lo que no es exactamento un vampiro  como tal. En el próximo capítulo, se comprenderá todo y se resolverán las incógnitas que he ido dejando a lo largo del acto.

quedan, oficialmente, 3 capítulos para terminar el tercer acto. ¿cómo de fuerte es que en dos semanas lleguemos al cuarto acto? ni siquiera yo pensé que llegaría, cuando decidí escribir este fic.


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YUANFEN | Jasper Hale & Edward Cullen #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora