𝐘𝐔𝐀𝐍𝐅𝐄𝐍 | Principio que define esos amores que nacieron predestinados.
Historia participante en los Premios Gemas Perdidas 2024.
Portada realizada por @sammatown.
« actualizaciones: nuevo capítulo los miércoles y los domingos. »
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EDWARD VOLVIÓ POR LA NOCHE. Agatha no se encontraba ahí, había vuelto a la Reserva diciendo que tenía unos deberes de química por hacer y un parcial de español que estudiar. Obviamente era mentira y, los integrantes de la familia, lo supieron cuando lo dijo, debido a sus gestos. Con el tiempo, los Cullen se dieron cuenta que Agatha se rascaba la sien cuando mentía, por no hablar de su pulso ligeramente acelerado. Había conducido hasta la casa de los Uley ya entrando a la noche. Por suerte, no tenía patrulla, por lo que se refugió en el interior de su habitación, prácticamente sin probar bocado.
Sentía como si todo fuera a cambiar a partir de ahora. Como si todo se le escapase de las manos. Y no le gustaba para nada esa sensación.
No durmió en toda la noche, siendo el insomnio su mayor aliado. Aprovechó para terminar un libro que había empezado unas semanas atrás y, aunque hacía tiempo que no lo hacía, también sacó su libreta de canciones propias, empezando una nueva. La escondió de nuevo cuando sonó el despertador. Ni siquiera el maquillaje podía cubrir las ojeras que tenía por haber pasado la noche en vela, pero hizo el intento. Potenció sus rasgos faciales más característicos, como lo era su fina mandíbula y esos ojos oscuros que parecían mostrar su alma. Y de nuevo, condujo hasta el pueblo, aparcando cerca de los Cullen. Sin esperarles, cosa extraña porque siempre lo hacía, Agatha se encaminó hacia el interior del instituto, evitando así que la nieve estropease su outfit.
Las clases del primer periodo pasaron tan lentas como el mismísimo tiempo aunque, por suerte, compartió todas con Jasper. El rubio calmaba sus emociones estresantes con su don, algo que realmente agradecía. Así como la propia Agatha se apoyaba en el hombro ajeno, intentando mantenerse despierta.
― ¿Me pides un café muy cargado, una botella de agua y un bol de frutas? ―le preguntó a su novio, mientras salían de la clase―. Pasaré por el baño antes de ir a la cafetería.
―Todo lo que me pidas, mon amour ―comentó el varón, depositando un beso en los labios impropios―. Dónde siempre, ahí estaremos.
Asintió con la cabeza y aceleró su paso hasta llegar a los baños que, por su suerte, no eran muy concurridos todavía. Aprovechó para encerrarse en uno de los cubículos, dejando caer su bolso al suelo. Llevó una de sus manos a su melena, atándola en una coleta sin apretar, para después sacar todo lo que tenía dentro. Lo poco que había cenado la noche anterior y ese panecillo que había desayunado mientras venía en el coche, había salido de su estómago. Suponía que su periodo estaba por llegar, así como también le sentó mal la cena por no haber dormido. Se limpió con el papel, después enjuagó su boca con agua y salió, como si nada hubiese pasado. Al no escuchar voces, pensó que estaba sola. Pero no fue así, sino más bien Ashley Prince ―una alumna de su mismo curso que formaba parte de las animadoras de la secundaria―, se encontraba al cubículo del lado, escuchando lo que sucedía. . . y nada bueno podía salir de ahí.
Llegó a la cafetería pasados cinco minutos, con su mejor sonrisa posada en su oscuro rostro. Sin embargo, ésta desvaneció cuando vio a Eddie hablando con Isabella. ¿No era que su sangre le era tan atractiva? ¿Qué quería drenarla hasta dejarla sin una gota? Algo en su interior se rompió, negando con la cabeza. Una punzada en su pecho le confirmó lo que sospechaba: todo iba a cambiar a partir de ahora. Lo vio desde la entrada a la cafetería, por donde entraban siempre, y aunque Jasper y Rosalie quisieron pararla, era demasiado tarde. Estaba molesta y disgustada, tanto que no fue a clases después del receso. Se quedó en la entrada del instituto, sentada en las escaleras mientras veía la lluvia caer.
Suspiró. Debió suponerlo. Edward no aceptaría ese vínculo con tanta facilidad pero, ¿caer tan bajo como para acercarse a su tua cantante¸ como si quisiera ponerla celosa? Eso era un golpe muy bajo, tan bajo que no se lo perdonaría si es lo que pensaba.
* *
n/a. llega un nuevo capítulo, dónde os presento a un nuevo personaje. ¡tendrá mucha relevancia en el cuarto acto (eclipse)! por ahora, por eso, tan solo os dejo el cast por aquí. y también lo he añadido en el apartado del cast, que podéis encontrar al principio del libro.
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podéis imaginar a ashley como madelaine petsch, una reinterpretación de cheryl blossom.
¡volviendo al fic! ¿qué os parece? ¿hay algo que os gustaría que sucediera?
¡nos leemos! no os olvidéis de votar y comentar, me encanta leer el feedback que me dejáis.
