Capítulo 15.

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─┈ꗃ ▓▒ ❪ act one ― chapter fifteen. ❫ ▒▓


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AGATHA SALIÓ CORRIENDO DEL HOGAR de los Clearwater cuando sus huesos dolieron más de lo habitual, más de lo que le había dolido el cuerpo hasta ese día. Y sabía perfectamente lo que aquello significaba. Recordando las palabras que su madre le había dejado por escrito, su ancla había entrado en fase para que aquello ocurriera en ella y, por ende, Sam Uley era un metamorfo oficialmente.

La fría brisa azotó su moreno rostro, haciendo que su larga y ondulada melena se despeinara. Intentó centrar su visión en el claro del bosque al que siempre iba con su hermano, pensando que encontraría ayuda en él sí estaba ahí. Se sentía asustada, confundida y sufriendo.

El dolor incrementó de un momento a otro, pensando que no podía ir a peor. Sus huesos empezaron a romperse uno a uno, pensando que aquella sería la sensación de cada transformación cuando la luna llena llegase. Aún sin ser un metamorfo, ella también podría controlar las transformaciones durante los días que no fuese luna llena; pero, a su vez, compartía también una característica con los hijos de la luna, pues se convertiría en un gran lobo las noches de luna llena. Así pues, en resumidas cuentas, los lobos diamante tenían características de ambas razas, convirtiéndose en una raza única en el mundo sobrenatural.

Intentó levantarse, pero sus rodillas cayeron al suelo de inmediato, golpeándose contra el frío suelo del bosque. Sin poder evitarlo, la joven Zorkin empezó a notar el cambio. . . y la primera transformación empezaba. La joven de cabellos oscuros notó como su cuerpo sudaba a más no poder, como la temperatura corporal subía a una demasiado elevada para que el cuerpo humano pudiera aguantar. De lo poros salían gotas de sudor, gotas ardientes que corrían por su rostro y todo el cuerpo. Su cuerpo cambió de forma, francamente era lo más doloroso que había experimentado nunca y sabía que nunca se acostumbraría a eso, así como tampoco se lo desearía ni a su peor enemigo. Sus extremidades se alargaron y su piel morocha se cubrió de pelo, negro y marrón, espeso, bastante espeso. La transformación llegó a su fin cuando sus dedos se convirtieron en garras y sus delicadas uñas se afilaron, hasta convertirse, también, en pezuñas. Todo ese dolor solo se le podría pasar de una forma: trotando hasta encontrar a los metamorfos.


Trotó dejándose guiar por sus impulsos, como si supiera lo que quería hacer sin haberlo hecho nunca. Se dejó guiar por la libertad que le aportaba esa nueva sensación, la de correr campo a través sin cansarse. A su paso creaba una ligera brisa y pequeñas oleadas de tierra que se alzaban al ser pisado el suelo con sus patas, hasta llegar a la cubierta arbórea, que era la parte más alta del bosque, donde habitaban los árboles más altos. Aquel siempre había sido uno de sus lugares de culto, donde siempre acudía cuando quería dibujar y pintar, dar rienda suelta a su imaginación.

Y no se equivocó cuando pensó, justo antes de culminar la transformación, pues otros tres lobos, de diferentes tamaños y pelajes, también se encontraban ahí.

"¿Qué demonios?" pensó Agatha, soltando un gruñido.

"¿Aggie?" preguntó uno de ellos en su mente.

Maldición, estaban conectados mentalmente.

"Maravilloso, simplemente maravilloso" ni siquiera el sarcasmo la abandonaba al ser una loba.

Ahora, si es que era cierto que estaban conectados mentalmente, podrían ver como Jasper Hale era su alma gemela y cómo, además, tenía una impronta que descubriría pronto, si todo iba bien, ahora que ya había completado la primera transformación.

"Te voy a matar, Samuel Uley" gruñó la de ascendencia rusa, mirando fijamente al lobo enorme de pelaje negro. "Me ha dolido como diez mil demonios la transformación, mis huesos se rompían uno a uno" añadió, telepáticamente, sin saber que los otros dos lobos también la escuchaban.

Acto seguido, los otros dos soltaron un aullido, como si estuvieran riéndose de la situación. Una mirada de ambos lobos, de ambos hermanos, fue suficiente para que callasen, mirando al suelo, ligeramente arrepentidos, como si hubiesen sido regañados por sus padres.


Ajenos a lo que ocurría en el bosque, mientras los cuatro lobos corrían saboreando la libertad que aquello les proporcionaba y con Agatha ocultando todo lo respectivo a su alma gemela y su futura impronta, Alice Cullen tenía otra visión.

La segunda visión con lo que a Agatha Zorkin se refería. Aparte de haberla vista transformada en lobo y que no sabía que era un metamorfo de la manada Quileute —aunque, en realidad, no era eso exactamente—, pudo ver cómo sería la chica que uniría a Jasper y a Edward. Ella sería muy querida en la familia pero, también, por los Vulturi. Mas, por el momento, la chica Cullen decidió quedarse para ella esa visión, sin contarles nada a su familia, esperando poder ver un poco más del rumbo que tomaría la joven Zorkin.



* * 

n/a. Otro domingo más de actualización y la primera transformación ya tuvo lugar. Según mis cuentas, al primer acto no le quedan demasiados capítulos, así que pronto entrará Isabella en acción, ah.

gracias por todos los votos que está teniendo la novela, no sabéis lo feliz que me hace.


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YUANFEN | Jasper Hale & Edward Cullen #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora