𝟎𝟔 | Encuentro inevitable

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Becky quería golpearse, debió de prever esta situación. Pero mantenerse encerrada en sí misma no fue de ayuda.

Sus amigas eran clientes frecuentes de Fever, antes de que ella pusiera un pie dentro del lugar, ellas llevaban asistiendo por semanas. Que en las veces que fue, no hubiera visto señales de ninguna no significaba que hubieran renunciado al sitio o encontrado otro mejor al que ir.

Había sido ingenuo de su parte suponerlo.

Así que no debió sorprenderse ni crisparse cuando Faye y Jane aparecieron a sus espaldas, tranquilamente llamaron a su nombre y tomaron asiento en la mesa que reservaron con Freen horas antes de llegar. Ni siquiera estaban solas, una vampiresa las acompañaba.

—Creí que no volverías a mostrarte por aquí.

Las palabras burlonas de Faye le sentaron fatal, no iba a mentir. No le hicieron gracia en lo más mínimo. Ella estaba muy consciente de cuán reacio había sido a asistir con ellas en primer lugar y que estuviera allí por sexta vez no le favorecía ni mucho menos hacía de sus palabras unas confiables.

Freen se rio y muy a su pesar, se deslizó fuera de su regazo. Sentándose a su lado.

—¿Tus amigas?

—Para mí desgracia.— musitó luego de arrebatar la botella de cerveza de su cita. Y en su defensa, a ella se le fue quitada antes.

—Ignora eso, sólo finge que no le caemos bien cuando lo hacemos.— pronunció la de cabellera azul, su timbre afable, mientras que sus ojos se movían en todas direcciones sobre Sarocha—. Deja que nos presente— agregó con una sonrisa—. Esta de aquí es Faye y yo soy Jane, ¿tú eres...?

—Un gusto, soy Freen.

Becky le dio un trago largo a su bebida alcohólica, captando el momento exacto en el que sus amigas compartían una mirada llena de entendimiento. No le sorprendía que Jane estuviera familiarizada con ese nombre, conociéndola había acudido a ellas por respuestas. Barajando la posibilidad de que tal vez y sólo tal vez, Irin o Faye la conocieran.

Su deseo por mantenerla oculto duró tres insignificantes días luego de que hubieran comido juntas, estaba decepcionada.

—El gusto es nuestro. No oímos demasiado de ti.

El comentario amistoso de Faye estaba teñido por la burla. Sabiendo lo astuta que era, su mente debía de estar haciendo un par de acertadas conjeturas ahora mismo.

Y si bien Freen no le contestó, sus labios le ofrecieron una sonrisa.

—¿Se conocen hace mucho?— preguntó Jane, en sus ojos brillo el anhelo por información.

La diferencia entre los amigos de la mestiza con los suyos era que ellas no dudarían un segundo al hacer una pregunta. Si querían saber algo, irían por ello. No se cortaban a sí mismas, tenían el encanto necesario como para no verse abrumadoras y el humor justo como para hacer de la situación entretenida.

—Un par de semanas. Así que me tomaré el atrevimiento de decir que sí. Lo hacemos.

—Interesante. ¿Y todavía no te aburres?

Becky enarcó una ceja, sin embargo, Freen se carcajeó. Como si le hubieran contado el mejor chiste jamás dicho por nadie antes. Sus ojos se voltearon, pronto podían ser tres las personas que se terminaran riendo a costa suya.

—Estoy bien por ahora, sin quejas al respecto.

—Si cambias de opinión puedes decirme. Nadie te culparía.

«Imbécil», pensó mientras evitaba resoplar. Su noche no estaba yendo como lo esperaba, y aunque supiera que ese no era un motivo para fastidiarse, le daba igual. Lo estaba haciendo por adelantado, al día siguiente tendría a tres buitres sobre su cabeza molestándola. Y ellas se encargarían de despedazar su templanza por la necesidad de respuestas.

Bloodiest 「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora