Capítulo 2: Solo Un Poco Más

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Vox no podía creer lo que había pasado, aquel beso de pronto comenzó a provocarle una falla haciendo que pantalla tuviera distorsión, Alastor se rio al verlo de esta forma y después se alejó unos pasos.

- Te comportas como un adolescente... Bueno... Es tierno pero... Llevamos más de 7 años casados... No pensé que te pondrías así por un beso.

Vox de pronto se levantó de su asiento tambaleando a causa de su falla trato de ir a su sala de control en donde podría solucionar su problema, pero al entrar, se percató de que no existía tal sala, en su lugar estaba la cabina de radio de Alastor, con un pequeño rincón para unas pantallas en el lugar, en ese instante el demonio ciervo se acercó abrazando por la espalda a Vox.

- ¿Estás bien Vox? Te dije que no habrá función el día de hoy... Hoy es un día de descanso para nosotros.

En ese Alastor metió delicadamente sus manos entre los cables de Vox arreglando su pantalla por completo, esto sin duda sorprendió al demonio con cabeza de pantalla y se volvió para ver a Alastor, quien como siempre tenía una gran sonrisa, acompañada esta vez con una mirada sensual.

- Vamos a la habitación... Voy a ayudarte a cambiar tu ropa por algo más... Mm... Acorde a nuestro día de hoy.

Vox no pudo evitar ser arrastrado por Alastor hasta la habitación, en donde el demonio de la radio comenzó a desnudarlo, repentinamente Vox se apartó avergonzado, el ciervo lo miró confundido y luego rio para molestarlo.

- Oh querido.... Ya he visto todo lo que escondes bajo la ropa, no hay nada nuevo ahí... Vamos déjame terminar de arreglarte.

Alastor se acercó una vez más forzando a Vox a quedar en prendas menores, para después vestirlo con aquel viejo suéter café, hacia tanto que no veía esa ropa y se sorprendió de ver la calidad de la tela y lo bien cuidado que estaba en ese momento Alastor se quedó inmóvil mirando la figura de Vox.

- ¿Cuando fue que adelgazaste?-Alastor colocó sus manos alrededor de la cintura de Vox tomando su medida de esta manera, todos aquellos pequeños roces y acercamientos, hacían el corazón de Vox acelerarse.- Bueno, te ves bien... Aunque si te veo un poco diferente... Ahh quizá me estoy olvidando de ti.

Alastor bromeó mientras reía, terminando de ayudar a vestirse a Vox, aquella ropa actualmente le parecía de pésimo gusto pero aunque trataba de decirlo Alastor no le permitía hablar, después de estar completamente listo, Alastor también se cambió, usando su ya conocido traje rojo, después de cepillar su cabello miró a Vox.

- Muy bien querido... Vamos... Rosie nos espera para hablar de temas extremadamente importantes.

En ese momento Alastor estiró su mano hacia Vox, dejando a éste último bastante nervioso, por lo que tomó con timidez su mano, el ciervo solo soltó una pequeña risa, saliendo a caminar por las calles, tomados de la mano, Vox no podía creerlo, Alastor caminaba con tanta gracia y belleza que lo dejaba completamente embelesado, siguiendo sus pasos con torpeza, viendo como esa delicada figura se adelantaba unos pasos frente a él, verlo desde ese ángulo, su espalda, su cabello rojo agitandose con el viento, el aroma que desprendía su cuerpo, la arrogancia con la que se abría paso entre la multitud, todo, hacía que Vox sintiera que su corazón volvía a latir, a latir de esa forma que hacia tanto tiempo que no latía, deseando en lo profundo de si mismo, que si esto era un sueño, no quería despertar nunca, al llegar al barrio caníbal, todos los saludaron con ímpetu, y se mostraba excesivamente amables con Alastor y Vox, algo que incomodaba un poco a éste último, sin embargo lo ocultaba bajo una sonrisa tratando de mostrar control sobre la situación, apretando ligeramente la mano de Alastor en el proceso, y éste comprendió qué Vox estaba sintiéndose agobiado, por lo que repentinamente se puso frente a Vox recibiendo todas las preguntas y saludos hasta que todos se sintieron satisfechos y se alejaron, dándole paso a Rosie, Vox al ver una cara conocida, se sintió aliviado y estiró su mano hacia ella, pero Alastor repentinamente golpeó su mano de una manera bastante discreta siendo el único que saludó a Rosie, Vox no comprendía qué ocurría, cada gesto, cada movimiento e incluso mirada que hacia Vox era vigilada por Alastor, y "corregida" con algún empujón o pellizco, Vox no si quiera podía unirse a la conversación sin ser interrumpido por Alastor, con el pasar de la hora Vox dejo de intentar cualquier cosa y solo cruzo sus brazos, estaba muy molesto de que Alastor estuviera controlando todo lo que hacía, al terminar la visita Alastor se levantó primero y con una señal de su dedo índice, le dió la orden a Vox de ponerse de pie, éste sin más opción se puso de pie y lo siguió, y después de que el ciervo y Rosie se despidieran, el demonio de la radio miró a su pareja, viendo su irritación.

— ¿Por qué esa cara querido? ¿Acaso hay algo que te moleste?— Alastor no apartó la mirada, esos profundos ojos rojos se clavaron en los de Vox, como si intentarán doblegarlo a su voluntad.

— ¿Qué ha sido todo eso? ¿Por qué me pellizcabas y me tratabas como un bebé? — Preguntó Vox deteniéndose en seco, en medio de la calle, Alastor volvió su mirada, mirándolo con algo de desprecio e ira contenida.

— Esta es la razón por la que no te dejo hablar... Solo dices tonterías al azar... Hazme un favor querido... Y cierra la boca... Tu silencio en lo que más me gusta... Recuerdalo cariño.

Vox quedó estupefacto, mientras veía a Alastor adelantarse a casa, verlo alejarse hizo que el cuerpo de Vox reaccionará casi como un reflejo, tomando al ciervo del brazo para impedirle alejarse más.

— ¡Espera..! No te vayas... No te vayas... — habló con desesperación Vox mientras Alastor se quedaba inmóvil por unos segundos hasta que finalmente volvió la mirada con lentitud, aunque en su rostro había una gran sonrisa, sus ojos siempre habían sido tan expresivos que era imposible ni darse cuenta de que estaba verdaderamente molesto.

— Suéltame Vox... No hagas una escena a mitad de la calle... Hablemos en casa.

Alastor se liberó del fuerte agarre de Vox y comenzó a caminar más a prisa, mientras Vox solo observaba completamente helado incrédulo, en ese momento sus piernas no se movía sentía que algo terrible estaba por pasar, minutos después finalmente pudo caminar siguiendo a Alastor en completo silencio pero al estar frente a la puerta y ver al ciervo cruzar el umbral de la casa su corazón se aceleró sintiendo miedo, por lo que en un acto de valentía tomó aire con fuerza entrando también, y cuando la puerta cerró y todo quedó en tinieblas, los intensos ojos rojos de Alastor brillaron en la oscuridad.

— Querido... — Hizo una larga pausa mientras rodeaba a Vox, cual animal en acecho. — Hoy estás comportandote muy extraño... Desde la mañana haz estado actuando como si fueras otra persona...

Vox sintió su corazón acelerarse repentinamente sintió las afiladas uñas de Alastor recorrer su espalda desde el hombro izquierdo hasta su costado derecho, pero en vez de sentirse aterrado, esto provocó una reacción contraria qué derivo una sensación erótica, Alastor no se percató, ni siquiera quiso ver realmente lo que pasaba, haciendo a Vox caer de rodillas, tomándolo de la parte inferior de su pantalla hizo que lo mirará directamente a los ojos, Vox lo observaba completamente dominado con su cuerpo temblando, deseoso por poseer a ese demonio que lo miraba con tanta altivez.

— ¿Dime... Hay algo que quieras confesar... Vox..? — Dijo apretando encajando la uña de su pulgar en la pantalla de Vox logrando romperla.

— Eres... Hermoso. — Susurró con dolor pero sin dejar de admirar a Alastor colocando de forma atrevida sus manos en las piernas del ciervo.— Déjame tocarte Alastor... Solo un poco...

Suplicó Vox mientras se arrastraba para acercarse aún más a Alastor, el ciervo lo miró con desdén, casi con repugnancia, pero después apartó su mano por unos segundos y acarició con gentileza el borde de la pantalla de Vox inclinándose hasta estar lo suficientemente cerca para que su nariz tocara la pantalla.

— Bien... Te dejaré hacer lo que deseas.

Murmuró antes de que Vox de forma desesperada y desenfrenada empezará a besar los labios de Alastor apretandolo con fuerza contra su cuerpo, su beso era algo brusco rudo y dejaba sin aire al ciervo, y a pesar de que el demonio de la radio intentaba empujar a Vox haciendo uso de algunos araños, el contrario solo lo besaba con mayor intensidad.

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