Capítulo 1

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—Mierda!—digo saltando de la cama para irme a la ducha.

Me he quedado dormida y tengo entrenamiento hasta tarde y aparte, nos dijeron que hoy venía el grupo de pintura del señor Williams—el esposo de la señorita Williams,mi entrenadora—.

Cuando salgo de la ducha cojo una liga y mi maletín y salgo corriendo de la residencia para irme a la cancha. Al llegar por suerte no había empezado el entrenamiento aún, así que tomé asiento para poder respirar.
Luego de que se tranquilizara mi corazón,levanto la vista y vi a Sara, mi mejor amiga, que estaba con el celular en la mano y rápidamente fui a verla.

—Sarita de mi vida!!—digo abrazándola fuertemente—.

—Ayla, suéltame.

—Vale señora—digo con las manos en forma de rendición.

—Chicas vengan—dice la señorita Williams llamando la atención de todas las chicas de la cancha.—Como ya sabéis el grupo de pintura del señor Williams vendrá a ver cómo cada una de vosotras juegan para después dibujar lo que han observado del partido. Así que...vamos a entrenar que estamos tarde.

—Si señorita Williams—decimos todas las de la cancha.

Antes de empezar me recogí mi hermoso y castaño cabello, la verdad es que lo amaba.

Luego de haber entrenado por dos horas llegan los del grupo de pintura, la entrenadora y el pintor se comen a besos mientras todos hacen un "uuuu" para hacer que la entrenadora se separe de su esposo.

—Bueno niñas, ya todas conocéis al señor Williams que en el día de hoy estará acompañándonos junto a sus alumnos.

—Okey, entonces... empecemos con esto—dijo el señor Williams.—

Estuvimos haciendo los equipos, cada uno de siete chicas, Ami me tocó con Sara,Sheila,Karol, Gabriela,Mavie y Brittany.
Cómo todos sabemos, para jugar baloncesto se necesitan personas altas, en mi caso soy esas personas que soy alta,pero no tanto, apenas mido un metro y sesenta y cinco centímetros y la gran mayoría de las chicas de aqui son de un metro y setenta centímetros o un metro setenta y cinco centímetros.

El juego ya empezó, el primer juego era del equipo uno y dos—yo era el tres—. Solo llevaban cinco minutos jugando y ya el equipo uno tiene cinco puntos de veinticinco.
Después de haber visto el partido, ha ganado el equipo dos, es raro, ya que el primer equipo tenía más ventaja.
Ahora nos tocaba a nosotras y la verdad teníamos apoyo de todos, incluso de los de aquel grupo que estaban sentados en las gradas. Por un momento me concentré en un chico alto de pelo negro, ojos azules y piel pálida.
Estaba guapísimo, pero no podía perder el juego solo por estar mirando a un chico de al menos unos dos metros de altura que estaba mirando fijamente mi rostro.

Espera,¿qué?

Ayla,te está mirando.

Gracias por decírmelo conciencia, no lo había visto.

De nada querida

Vale no me iba a desconcentrar por un tipejo que me mira, así que desvíe la mirada hacia el equipo al cual tenía en frente.
Luego de haber metido las malditas veinticinco canastas he ganado el partido.Todas estábamos felices y cada una se fue felicitando.
Por un momento observé al chico, y casualmente me miraba otra vez, no entendía porque me miraba mucha pero, no le tomé importancia.
Llegué a sostenerle su mirada azulada pero no lo logré ya que empecé a ponerme roja y decidí que lo mejor era salir de ahí antes de que me diera un infarto.

Una primavera inolvidable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora