Cuando llegue vi a Mia con un hermoso pantalón, súper elegante
Y mi hija tenía un vestido en su brazo, mientras que lo sacudía enojada, cuando se enojaba se veía igual a mí, tan caprichosa como yo, sonreí por dentro
- MALDICIÓN MIA PARECES MI ABUELA – grito mi hija – Y ESO QUE MI ABUELA SE VISTE MEJOR QUE TU – grito
- Sabes que ya no quiero salir – dijo Mia seria, decidí salir de la habitación antes que se den cuenta de mi
- Entonces, si te digo que ira "él" no iras igual – dijo, me quede fuera escuchando ¿Quién es él? – No te gustaría que te vea con otros ojos – dijo riendo
- ¿Qué dices esmeralda? – Dijo nerviosa – para él yo no soy nada, seguro hasta le causare problemas, además es algo tuyo – dijo, espera mi hija lo conoce, ¿Qué mierda sucede aquí?
- Sabes que estando aquí encerradas no sabremos si le gusto o no – dijo divertida
- Está bien – decidí bajar a la sala y Elena seguía en el mismo lugar tomando una taza de té.
- Espero que no haya visto demás a mi hija señor Gotti – dijo seria y calmada
- Señora Barsini, no sé por quién me está tomando, pero me está confundiendo – dije serio, escuchamos risas de las niñas, Elena se paró emocionada yo me gire y creo que en tan solo dos segundos podía ver mi pantalón incomodarme
- Hija estas hermosa – dijo contenta, se acercó a ella y beso su frente – espero que se diviertan y se cuiden – dijo tranquila, las dos asintieron contentas, vi cuando ella me miro de reojo estaba sonrojada y tensa
- Hija estas hermosa – dijo contenta, se acercó a ella y beso su frente – espero que se diviertan y se cuiden – dijo tranquila, las dos asintieron contentas, vi cuando ella me miro de reojo estaba sonrojada y tensa
- Bueno princesas yo seré su fiel chofer – dije sensual, la miré de reojo a ella y ella se puso nerviosa – salgamos de aquí – dije
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¡LA FIERA!
RandomEra una fiera por fuera, pero por dentro escondía un corazón bueno y sincero, como no poder caer a sus pies, era llamada, La fiera, pero a mí ni me llegaba a eso, cuando me miraba y veía como me acercaba a ella, podía ver como temblaba y su mirada n...