XXIII

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Reflexión.

Pienso que el agua salada son todas las lágrimas de dolor derramadas por la humanidad desde sus principios.

Y el agua dulce, son las lágrimas de alegría.

Hay más lágrimas de dolor que de alegría.

Cada persona ha sufrido más tristeza que verdadera felicidad.

Y es por eso por lo que nos alimentamos de agua dulce, de lágrimas de alegría.
Para alejar el dolor.

Pero no sabemos que aún alimentándonos de felicidad, nos bañamos en continua tristeza.

Entre líneas torcidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora