Love in Crime.

Capítulo 29: Mar.

Pov Becky:

Era día del juicio y Alex y yo ya estábamos en el lugar al que minutos después llegó Freen junto a Emily sentándose a mi lado, seguidas de mi hermano, y su padre

Alex había llevado el juicio con bastante firmeza, defendiendo que la familia Chankimha se había visto forzada a comercializar drogas por amenazas de seguridad graves

-Señor Armstrong, sus pruebas son hipotéticas- afirmó el abogado del lado demandante

-No son hipotéticas, están fundamentadas en hechos ocurridos previos a la detención de mi cliente- respondió el chico a mi lado

-Hechos de los que, supongo, tiene pruebas- reafirmó el hombre en contra

Mi hermano guardó silencio debido a la ausencia de pruebas que fortalecieran su punto, debilitando así el caso

-Teniendo en cuenta la falta de evidencia a su defensa, señor Chankimha, debo descartar la defensa de su abogado, y teniendo en cuenta los plazos dados, la situación de peligro de la menor, y que no tiene pruebas o testigos, daré tiempo al jurado de tomar una decisión de inmediato- declaró el juez

Pov Freen:

Mis ojos empezaban a mostrar algunas lágrimas cuando era espectadora de cómo mi vida, la que pensé que no podría ser peor, recibía un nuevo golpe; ya no solo no vería a mi padre, posiblemente tampoco a Emi e incluso podría verme implicada como cómplice, ya veía mi cuerpo vestido del naranja de los reclusos

Rebecca se acercó a su hermano para susurrarle algo que aparentemente lo tomó por sorpresa captando mi atención aún más que la imagen de mi futuro como presa

-Si tengo un testigo, su señoría- interrumpió Alex al hombre que se disponía a retirarse del lugar junto al jurado

Todos en la sala frenaron en seco esperando si el juez aprobaría recibir a un testigo que apoyara el caso

-Adelante, señor Armstrong- cedió el permiso

-Quiero llamar a Rebecca Armstrong a declarar- inundó la sala con su voz

Un hormigueo recorrió mi cuerpo al ver el nerviosismo con el que la chica dejaba su lugar para ponerse en el de los testigos

-Hace un tiempo, la señorita Freen recibió amenazas que aparentemente venía recibiendo su padre también, amenazaban con hacerle daño a Emily si no se entregaban las mercancías que pedían, así que para no ponerlas en riesgo fui yo a entregarla, al señor Eugenio Azami, hice que mi apariencia fuera lo más idéntica posible a la de Freen y me dirigí al punto en donde minutos antes había indicado él por llamada- declaró mi abogada

-Señoría exijo que se adjunten pruebas de la declaración- pidió el abogado demandante

-En mi teléfono están grabadas las llamadas, el momento de la entrega e incluso los golpes provocados ese día que me mantuvieron en urgencias un par de días- respondió la chica entregando su celular

-Señorita Armstrong, el señor Eugenio Azami le propinó los golpes mencionados?- preguntó Alex

Mi pecho había aumentado su ritmo de acuerdo a mi respiración, las palabras que salían de la boca de aquella chica fueron una bofetada a mi ego y cómo su hermano lo predijo, la culpa se apoderaba de mi. Sin embargo, lo que diría a continuación sería aún más impactante no solo para mi, sino para todos los presentes en el lugar

-No señoría, el fue espectador de los golpes propinados por Jessica Azami, su hija- terminó diciendo

Los susurros se apoderaron de la sala y mi mente abandonó el lugar mientras a ella llegaban los recuerdos de los días anteriores

El juicio terminó con el juez solicitando una citación a Jess y su padre, y cediéndome la custodia de Emily mientras mi padre cumplía una condena reducida a 2 años en el penal y 3 en casa por cárcel

Gracias a la familia Armstrong se había dado una solución que no veía posible, solo esperaba salir del lugar para poder hablar con Beck cuanto antes, y en lugar de ello me recibió su hermano avisándome que se había marchado

Zack nos llevó a mi hermana y a mi de vuelta a casa mientras el número de Beck alumbraba en la pantalla sin obtener respuesta

-Podemos ver a Kyky?- preguntó la niña a mi lado

-No lo creo Em, se fue porque está cansada- respondí

-Pero yo no la vi cansada, la vi triste- dijo agachando su cabeza

Emily tenía razón, Rebecca no estaba enojada, su rostro mostraba dolor por lo que cedí a la petición de la pequeña y le pedí a Zack que nos llevara a su casa

-Hola, perdón por venir sin avisar, Emi quiere ver a Milo, podemos pasar?- pregunté a la madre de Beck

-Hola mi niña, claro que pueden pasar, Hola Emi puedes pasar por ahí, esa es la habitación de Milo- le señaló el pasillo

Emi corrió al lugar que le habían indicado dejándome a solas con la mujer alta frente a mi

-Supe lo del juicio de tu padre, lo siento mucho- dijo con voz amorosa

-No pasa nada- intenté sonreírle

Mar se acercó a mi tomándome por sorpresa, me acogió entre sus brazos

-No tienes que estar sola- susurró para mi aún sujetándome con fuerza

Después de un tiempo al fin correspondí su abrazo y mi cuerpo se relajó con el contacto, sentía que llevaba mucho tiempo cargando un gran peso y por fin lo había podido soltar

-Mira- tomó mi teléfono quitándolo de mi mano -este es mi número, llámame cuando quieras- me ofreció terminando de agendarlo -y por allá- señaló de nuevo el pasillo - a la derecha es la habitación de Beck, ella está ahí- me indicó

Sentía que me había quedado paralizada frente a la actitud de la mujer que tanto me recordaba a mi madre, por lo que me limité a dedicarle una sonrisa, esta vez mucho más honesta, y me dirigí a donde me había indicado

Abrí la puerta sin aviso y Beck estaba en su cama, con unos shorts y una camiseta enorme cubierta con una cobija suave hasta la altura de sus rodillas

Cerré la puerta tras de mi y me acerqué a la chica que dormía con una mueca de estrés, me quité los zapatos y el abrigo y me recosté a su lado

Su cuerpo se sobresaltó al sentir mi tacto, volteándome a ver a la defensiva, sin embargo, sus ojos se encontraron con los míos y un semblante mucho más tranquilo reemplazó el miedo

Se giró hacia mi, abrazándose a mi cuerpo con fuerza, recibiendo lo mismo por mi parte mientras tomaba la cobija para cubrir nuestros cuerpos

-Lo siento tanto Beck- susurré para que apenas fuera audible

No recibí respuesta verbal de su parte, pero su rostro se alzó mientras su mano acariciaba la mía y audazmente juntó sus labios con los míos